Llevar una vida de caballos no es lo mismo que llevar una vida de perros. Lo que podría parecer una obviedad cobra su sentido cuando se traslada a las dos clases de animales que tiene la Guardia Urbana de Barcelona: la Unidad Montada tiene 30 caballos (además de entre dos y ocho equinos retirados de la actividad) y la Sección Canina tiene una decena de perros.  Para gestionar los relevos por jubilación, y antes de que sean entregados a sus nuevos dueños, se puede aumentar esa plantilla hasta los 13 animales. Según fuentes municipales, en estos momentos hay siete perros de edades entre los 12 meses y los 8 años, aunque se esperan más incorporaciones.

Ello requiere que se deba dispensar un servicio de atención a estos animales para que estén en perfectas condiciones. Para dar ese servicio, el Ayuntamiento convocó un concurso dividido en dos lotes: el de los caballos y el de los perros. El primero fue adjudicado a una conocida clínica veterinaria con amplia experiencia. Pero el lote de los chuchos quedó desierto, porque nadie compitió por él. Es cierto que el contrato de la atención veterinaria de los caballos asciende a 206.987 euros en los dos próximos años y para el de los perros el precio bajaba a sólo 35.000 euros, pero el trabajo y la cantidad de animales a atender es muy diferente.

UN CONTRATO MENOR TEMPORAL

Fuentes municipales explican a Metrópoli que los responsables de la Guardia Urbana han tenido que echar mano de un contrato menor para que los perros no queden desatendidos hasta final de año. Se trata de una medida temporal, con el fin de dar tiempo a poder licitar un nuevo contrato abierto que debe ser adjudicado a comienzos del próximo año. “Mientras tanto, no podemos dejar desamparados a los animales. Lo que no está previsto es que se pierda el servicio a los perros”, subraya una fuente del Ayuntamiento.

El número de caninos se mantiene estable desde hace tiempo, más allá de las bajas y altas que puedan producirse. Su problemática, por otro lado, es muy diferente a la de los caballos, hecho por el cual se troceó la licitación en dos lotes diferentes: “Los perros se han de cuidar de manera muy diferente y específicamente”, dicen las fuentes consultadas. La edad máxima para que los perros estén en activo en la Guardia Urbana es de 10 años, salvo contadas excepciones, mientras que la edad mínima está establecida en 4 meses.

Vic y Tom, perros de la Guardia Urbana que murieron por supuesta desatención / CCOO GUB

UN HOSPITAL DE ALTURA

Tanto los caballos como los perros colaboran y participan de forma activa en los servicios operativos diarios. De ahí que exista la necesidad de “mantener caballos y perros en perfectas condiciones para el servicio operativo, además de velar por su salud”. Con ese objetivo, la Guardia Urbana ha de contratar una empresa de veterinaria externa para “ofrecer un servicio de asistencia veterinaria de calidad y el suministro de productos farmacéuticos y sanitarios”.

La labor de cuidado de los equinos la llevará, los dos próximos años, Eguisof, un hospital privado fundado en el año 2006 pero que ya llevaba funcionando como empresa dedicada exclusivamente a la clínica equina desde 1995. Este hospital, que dispone de unas modernas instalaciones en La Roca del Vallès, está dirigida por Guillermo González y Sofía de Freitas. González es licenciado en Medicina Veterinaria por la UAB, especialista en Medicina y Cirugía Equina. De Freitas se licenció en Medicina Veterinaria en Lisboa y es especialista en la misma materia.

Dos agentes de la Guardia Urbana con caballos / ARCHIVO

BOXES CLIMATIZADOS

Su hospital es tan especializado que tiene incluso una “Unidad de Geriatría” de caballos, para los más ancianos. Además, cuenta con dos unidades móviles para emergencias y para ofrecer un servicio a domicilio. Tiene, asimismo, un servicio de radiología digital computerizada de máxima resolución, ecografía digital y endoscopia, cinco boxes de cuidados intensivos (dos de ellos, interiores, con circuito cerrado de televisión y climatizados) y 17 boxes de hospitalización básica, un laboratorio equipado para realizar hemogramas, bioquímica clínica, gases y electrolitos de pacientes, un servicio de reproducción asistida, y servicios de odontología, oftalmología, podología, terapias regenerativas, etcétera.

La labor de los veterinarios contratados por la Guardia Urbana afecta a los 365 días del año y las 24 horas de cada día. En el precio del contrato, se incluye el suministro de productos farmacéuticos y sanitarios para el cuidado de los animales, el servicio de herraje de los equinos y estancias temporales de los caballos “por vacaciones, recuperaciones de intervenciones quirúrgicas, descanso por lesiones y bajas operativas de larga duración y el servicio de custodia de caballos retirados de la actividad”. Además, los adjudicatarios deben encargarse de redactar y establecer la dieta de los animales (tanto caballos como perros) para mantenerlos en perfecto estado de salud y modificarla si es necesario.

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