Un respiro, que es también una gran paradoja. Los hoteleros se muestran satisfechos con la aprobación definitiva del Peuat en el pleno municipal. El gremio, que preside Jordi Clos, querría ir más allá de los cambios introducidos, pero expresa su valoración positiva con medidas que van en la línea de lo defendido por la alcaldesa Ada Colau, partidaria de establecer una frontera con los apartamentos y alquileres turísticos.
Los hoteleros se han puesto al lado de los comunes en esta cuestión, con la idea de que se puede apostar por un turismo de calidad. “El sector hotelero valora positivamente los cambios introducidos, ya que dan respuesta a buena parte de las reclamaciones planteadas, pero sigue apostando por no limitar el crecimiento de la planta hotelera de Barcelona y poder desarrollar proyectos hoteleros que aporten valor a la ciudad”, señala el gremio que preside Jordi Clos.
CON COLAU, A DIFERENCIA DE COLLBONI
Los comunes se han opuesto con determinación a los apartamentos turísticos y también a los hogares compartidos, las habitaciones que los particulares colocan en el mercado de alquiler a través de distintas plataformas. En este caso, las diferencias con el socio de gobierno, el PSC, son notorias. La formación de Jaume Collboni pactó la modificación del Peuat, pero con el compromiso de que esas habitaciones de alquiler se puedan regular, pero no prohibir, como defiende Colau.
El gremio de los hoteleros valora esa modificación, aunque cree que se ha situado a medio camino. Clos es claro al respecto: “A pesar de que seguimos insistiendo en que es una modalidad que debería estar completamente prohibida en Barcelona, valoramos positivamente el planteamiento recogido, confiando en que la futura regulación será especialmente restrictiva”.
Sin embargo, el PSC buscará que no sea en esa dirección, y aboga por permitir que los particulares puedan recibir unos recursos que complementen sus salarios con el alquiler de una habitación. En ese sentido, Clos entiende que la ciudad debe caminar hacia un turismo de mayor calidad, al identificar esas prácticas con una degradación urbana. Lo que defiende el gremio es una restricción total. “Con este planteamiento, Barcelona apuesta por un turismo de calidad y dice No al alquiler de habitaciones turísticas”. Pide, en esa línea, que las administraciones continúen “centrándose en trabajar y apostar por recursos que revitalicen y potencien comercial y socialmente Barcelona”.
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