El millonario contrato de Accenture: los datos de los barceloneses, en manos de la multinacional

La multinacional Accenture se hará con un contrato de más de 13,3 millones de euros para el mantenimiento y la evolución de las aplicaciones informáticas del Ayuntamiento de Barcelona. El contrato fue otorgado por el Instituto Municipal de Hacienda (IMH) el pasado 29 de diciembre, dos días antes de cerrarse el ejercicio contable del 2021. El contrato está en proceso de adjudicación: será por 3 años, durante los cuales la multinacional cobrará 7.710.196 euros. El contrato, salvo imprevistos, será prorrogado dos años más por otros 5.668.689 euros, lo que totaliza 13.378.885 euros.

La tarea de gestión de las aplicaciones debería corresponder al Instituto Municipal de Informática (IMI), pero el volumen del trabajo hace que este organismo no tenga los recursos humanos suficientes para esas funciones. “El interés público de este contrato radica en el hecho de que ha de permitir responder de manera ágil y eficiente a las incidencias y problemas que puedan surgir en la utilización de estas aplicaciones, así como adaptarlas a las nuevas necesidades de una forma efectiva y eficiente”, explica un informe justificativo de la contratación.

COBRO DE IMPUESTOS Y MULTAS

Los procesos que engloba el contrato son los que se refieren “a la globalidad de los servicios que conforman la cartera del IMH, gestión tributaria, gestión de las bases de datos fiscales, liquidación, cálculo y proceso de puesta a cobro de los padrones fiscales, procesos de recaudación de todos los tributos, tasas e ingresos de derecho público”, añade el informe. Fuentes de Accenture precisan que su labor se limitará a la gestión de los sistemas de información y que no irá más allá.

Gracias al trabajo que ha de realizar Accenture, el Ayuntamiento podrá gestionar con efectividad la generación del padrón fiscal del Impuesto de Circulación, por ejemplo. Su cometido será generar el padrón, definir el cálculo de lo que debe pagar cada ciudadano y realizar los documentos de factura y de deuda de todos los documentos de cálculo. “La generación de los padrones fiscales [del Impuesto de Circulación] es el proceso más importante de cara a la recaudación del Ayuntamiento de Barcelona”, dicen los informes municipales, que así subrayan que al proponer un “buen enfoque” se constituye una “garantía para gestionar de manera eficiente y asegurar consecuentemente el cumplimiento del calendario fiscal del contribuyente”.

Oficinas de Accenture en Barcelona / EUROPA PRESS

IDENTIFICAR A LOS CONDUCTORES

Los informes justificativos destacan también la importancia de otro de los cometidos de la multinacional: el del proceso de identificación del conductor en el caso de multas de tráfico, ya que es un campo con un volumen muy elevado de expedientes. “La comprensión detallada de este flujo, así como el planteamiento de un buen enfoque es una garantía para realizar la tarea de identificación de manera eficaz, optimizando el tiempo y garantizando el resultado”, argumenta el consistorio.

También los expedientes de fraccionamiento o aplazamiento de las deudas de los ciudadanos entran dentro del contrato, así como la gestión de la prescripción y caducidad de los expedientes sancionadores y los procesos de cobro de las deudas periódicas por domiciliación.

CLÁUSULA DE CONFIDENCIALIDAD

El trabajo de la multinacional discurrirá también por la gestión de las notificaciones de los notarios, pero además ha de administrar las bases de datos de los tributos del IBI y el catastro, así como verificar las plusvalías, gestionar el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), los tributos de los residuos y gestionar los expedientes de inspección, los cobros y domiciliaciones o los embargos, por ejemplo. Debido al acceso a datos privados de los ciudadanos, la multinacional ha firmado una cláusula de confidencialidad por la que se compromete a “no difundir y a guardar el más absoluto secreto de toda la información a la que tenga acceso” y a “mantener absoluta confidencialidad y reserva sobre cualquier dato” que llegue a sus manos. Accenture ya está acostumbrada a esta confidencialidad.

Ni Accenture ni Andersen Consulting (consultoría tecnológica) estuvieron relacionadas con el caso Enron ni con cuentas públicas. Si lo estuvo, en cambio, Arthur Andersen (auditoría). Desde su creación en 1989, Accenture fue una entidad jurídica independiente y operó de forma independiente de Arthur Andersen. En 1990, la comisión de la Bolsa y Valores de Estados Unidos reconoció que el predecesor de Accenture, Andersen Consulting, era una entidad diferente de Arthur Andersen. 

Esta empresa es la que se hizo con el patrocinio del golfista Tiger Woods hasta que los escándalos personales del deportista terminaron con la relación entre ambos. A diferencia de otras multinacionales que lo patrocinaban, Accenture cortó abruptamente la relación con Woods al día siguiente de que éste anunciaba que se retiraba momentáneamente del golf.

SEDE EN EL PARAÍSO DE IRLANDA

Hace seis meses, la empresa norteamericana también patrocinó el Congreso Faconauto, el primer gran congreso del automóvil desde el inicio de la pandemia. La empresa cuenta con más de 530.000 empleados en todo el mundo (en España sobrepasa los 10.000 trabajadores), da servicio a unos 6.000 clientes y está presente en 120 países, al tiempo que forma parte del exclusivo elenco de las compañías más “admiradas”, según el ranking que elabora Fortune.

La matriz de Accenture fue constituida formalmente en Bermudas, un paraíso fiscal, en el año 2001. Su nombre era la marca que comenzó a utilizar Andersen Consulting tras el desprestigio que supuso para esa multinacional el escándalo financiero Enron, la mayor bancarrota de la historia de los Estados Unidos. En el año 2009, trasladó su sede social a Irlanda debido a la legislación blanda de este país: sólo se pagaba el 12,5% de tasa del Impuesto de Sociedades. La isla fue considerada tradicionalmente como una especie de paraíso fiscal a pesar de formar parte de la UE. Empresas como Facebook, IBM, Twitter, TikTok, Pfizer, LinkedIn y Google también se establecieron en Dublín por el mismo motivo que Accenture (Apple pagó una tasa de menos del 1% durante años). Las presiones europeas subieron ese límite al 15% hace sólo dos meses.