Ha comenzado el baile, con la necesidad de cada fuerza política de marcar su propio terreno de juego. En el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona, el PSC necesita ofrecer un perfil propio, frente a los comunes, con Jaume Collboni dispuesto a ganarse su puesto como cabeza de filas de la lista socialista en las elecciones municipales. Collboni ha dejado claro que juega la partida, y ha entrado en el terreno de la política catalana y en el cuerpo a cuerpo con dirigentes de JxCat y de ERC. Pero también lo ha hecho Laia Bonet, concejal de movilidad, que ha tomado las 'superilles' de Colau como icono para desmarcarse de los comunes, actuar como ariete de Collboni para erosionar a la alcaldesa, pero también para trazar un perfil propio y colocarse en la recta de salida de cara a las municipales.

Miembros del PSC en el Ayuntamiento han criticado en los últimos meses la actuación de los comunes respecto al urbanismo táctico y a las 'superilles', pero ha sido Laia Bonet quien con más contundencia ha expresado las diferencias. Asesorada por veteranos concejales del PSC, por expertos en movilidad y urbanismo, Bonet ha cogido las riendas de una cuestión que se ha ‘calentado’ en los últimos días, con barrios dispuestos a plantear una batalla frente al Ayuntamiento, como es el caso de Sant Antoni, con los comerciantes muy movilizados.

Render de la futura 'superilla' de la calle de Comte de Borrell, que el gobierno de Colau pondrá en marcha / AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

 

CONTRA LA GENTRIFICACIÓN

Bonet tiene claro que el próximo proyecto, el que será la estrella de la campaña de los comunes, no se puede mantener en los términos planteados. Se trata de la ‘superilla’ del Eixample. La concejal de movilidad, exsecretaria del Govern de la Generalitat con el presidente José Montilla, lo ha expresado sin ambigüedades: “Sí a la pacificación, no al proyecto de la ‘superilla’. El movimiento del PSC con Bonet, al situarla al frente de Movilidad, tiene una clara intención: es la tercera teniente de alcalde y puede dar la batalla frente a Janet Sanz, la segunda teniente de alcalde. Y Bonet lo quiere aprovechar. Su advertencia es clara: “Hay que estar atentos por si se generan dinámicas de gentrificación”.

Jaume Collboni con Albert Batlle y Laia Bonet / CG

Los socialistas, los padres del modelo Barcelona, el que se desarrolla con los Juegos Olímpicos de 1992, se han “puesto las pilas” para no desdibujarlo con las 'superilles'. Bonet insiste en que Barcelona no se puede alejar del plan Cerdà, que tiene entre sus características un modelo urbanístico “igualitario”. Las críticas del PSC se centran en ese problema: unas calles quedarán ‘liberadas’, pero con un castigo mayor para las que deban absorber el tráfico rodado, que, además, provocarán una mayor contaminación.

Bonet, que compitió con Jaume Collboni en las primarias del PSC como alcaldable de Barcelona, ha tomado la directa, al señalar que las ‘superilla’ del Eixample “no puede ser una lucha contra el coche”, en línea con lo que defiende el RACC y la patronal Foment, que ha situado esa cuestión como el eje central de las críticas a la gestión de la alcaldesa.

TERNAS A LA ALCALDÍA

Pero hay algo más. Bonet, discreta durante todo el mandato municipal, busca un hueco de salida de cara a las elecciones municipales. A pesar de la clara determinación de Collboni de ser, de nuevo, el candidato del PSC, el partido sigue pendiente de encuestas cualitativas para calibrar todas las posibilidades. Y Laia Bonet quiere formar parte de las posibles ternas.

El primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, junto a la teniente de alcaldía de Transición Digital, Laia Bonet / EFE

En las últimas semanas, sin embargo, el primer teniente de alcalde del consistorio ha buscado un mayor protagonismo, al lado de las decisiones que afectan al área económica del Ayuntamiento: el congreso del MWC, a partir de la próxima semana, la reforma urbanística del distrito del 22@, y las estrategias para captar inversión extranjera, que han sido valoradas por el grupo del Financial Times. Pero también ha buscado el cuerpo a cuerpo con dirigentes independentistas del Govern de la Generalitat, dispuesto a entrar en todas las polémicas.

En sus redes sociales, pero también en los medios de comunicación de la Generalitat, Collboni ha intensificado el duelo dialéctico: “Que cuatro gatos cortaran diariamente la Meridiana era una burrada”, señaló, tras la prohibición de esas manifestaciones por parte del Govern de Pere Aragonès. Pero ha ido más allá, al irritar al mundo independentista: “El proceso independentista es una de las causas del auge de la extrema derecha en Cataluña y en el resto de España”.

Fuentes socialistas consideran que se trata de un movimiento preciso de Collboni para marcar su territorio. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, lo sabe, y cuenta con él como candidato. Otra cosa será lo que marquen las encuestas en los próximos meses. Collboni acelera. Y Laia Bonet también.

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