Pugna sociovergente para defender el comercio en Barcelona frente a Colau
Concejales de JxCat y PSC se cruzan reproches por la relación de la ciudad con “el país”, tras un informe de Barcelona Oberta sobre las restricciones de los comunes al coche privado
6 abril, 2022 00:00Noticias relacionadas
¿Quién defiende al comercio, un sector que aporta hasta el 14% del PIB de Barcelona? La entidad Barcelona Oberta ha impulsado un informe sobre los visitantes de la ciudad, que provienen de toda la provincia, aunque principalmente del área metropolitana, y que suponen hasta el 28% de los ingresos del sector del comercio. La presentación, en la Cámara de Comercio de Barcelona, provocó este martes una pugna ilustrativa entre Junts per Catalunya y el PSC, que da cuenta del nuevo clima electoral y del interés de las dos fuerzas políticas por aparecer como los defensores del comercio.
El total de los visitantes metropolitanos aportan al sector cerca de 4.000 millones de euros, entre 3.700 y 4.000 millones, que contrasta con la aportación de los turistas, que es del 18%, con un total de 2.400 millones. Los barceloneses, los que viven en el término municipal, y no necesitan entrar cada día a través del coche privado, suponen el 54% de ese total, con 7.500 millones. Pero, ¿qué hace el consistorio?
EL DISCURSO DE MASCARELL
El acto contó con la presencia de varios concejales del Ayuntamiento. Y el hielo lo rompió el edil del PP, Josep Bou, al pedir a Barcelona Oberta que se pronunciara sobre la percepción que tiene del consistorio. La respuesta fue clara por parte de la entidad, a través de Gabriel Jené: “Depende de quién hable, porque en el consistorio hay dos partes, los que están a favor y en contra del comercio”. Se refería Jené a los socialistas y a los comunes, con la concejal de Comercio presente, la socialista Montserrat Ballarín.
La jefa de filas de JxCat en el Ayuntamiento, Elsa Artadi, siguió atentamente todas las explicaciones y datos de Barcelona Oberta. Pero se ausentó poco antes del final. Y recogió el testigo el concejal Ferran Mascarell, exsocialista, independentista y defensor de sí mismo, ahora en el grupo de Junts. “El problema es que no casa la dinámica de la sociedad con la del Ayuntamiento y eso siempre es un problema, pero también existe una desconexión entre la capital del país y el territorio”, aseguró.
Todo partía de la difícil relación, en estos momentos entre los visitantes, los que viven en el área metropolitana y los dos Vallès, en la primera corona de Barcelona, y el centro de la ciudad. Las políticas urbanísticas del equipo de gobierno de Ada Colau dificultan esa relación, que perjudica al comercio. Pero lo que apuntaba Mascarell era otra cosa.
REACCIÓN RÁPIDA DE BALLARÍN
Aprovechó su intervención para defender el proyecto político de Junts, aunque matizado por su propia visión y con la idea de que el sector del comercio, como muchos otros, sufre por esa falta de sintonía entre la capital del país y el propio país, o por la falta de liderazgo de Barcelona para ejercer como capital de ese país.
Y ahí saltó la edil socialista Montserrat Ballarín, que adujo que no tenía previsto entrar en un discurso político el día en el que se defendía la necesidad de potenciar el transporte público o reducir la presión sobre el coche privado para beneficiar al comercio de la ciudad. “No quería entrar en un debate tan político, pero ya que se ha señalado, quizá esa desconexión con el territorio se explica por otros factores. Tal vez viene menos gente a Barcelona porque no ha sido agradable ir a la ciudad en los últimos años, con contenedores ardiendo, y con todo el daño que ha hecho el procés”.
La pulla se había lanzado. Y la paradoja es enorme, en un momento en el que Junts y PSC definen políticas similares sobre Barcelona, con la posibilidad de pactar tras las elecciones, frente al modelo de los comunes, que ahuyenta a los visitantes y molesta al comercio. Se trató de una pugna sociovergente, la misma alianza que puede definir el futuro de Barcelona tras los comicios de mayo de 2023.