El Área de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, que dirige la teniente de alcalde Janet Sanz, hace aguas en cuanto a imagen se refiere. Las críticas a las iniciativas del consistorio se multiplican, porque bajo medidas que en principio suenan a novedosas y respetuosas, al final sus resultados son nocivos para el medio ambiente, una de las preocupaciones más sensibles del programa de los comunes. Ante ello, hay que hacer lo que sea y el pasado viernes, el Ayuntamiento decidió contratar a la empresa La3cultural para los servicios de apoyo en redes sociales del área citada.

Esta contratación se produce en un momento en el que la política ecológica y de movilidad está en el ojo del huracán. ¿Es ecológico el gobierno municipal? Las famosas superillas, por ejemplo, no son el ejemplo de ciudad verde que Ada Colau y su equipo han querido hacer ver. No sólo matan el comercio donde se aplican, sino que han provocado un aumento considerable de la contaminación ambiente, porque provocan atascos en la ciudad, especialmente en las calles adyacentes, por lo que se disparan las emisiones de CO2. Los kilométricos atascos en el túnel de Glòries recientemente inaugurado provocan un efecto similar: más retenciones, más cabreo de los vecinos, más enfados de los conductores, más ruidos y más contaminación atmosférica.

La teniente de alcaldía Janet Sanz en una imagen de archivo / DGM

EL PUNTO DÉBIL DEL CONSISTORIO

La gestión de la movilidad es uno de los puntos débiles de la política municipal, puesto que las medidas tomadas no han dado resultados apetecidos. Y las principales medidas adoptadas han contado con el aplauso de (pequeños) grupos de adeptos, pero también con críticas por parte de asociaciones de comerciantes, gremios o colectivos diversos. Otros temas relacionados con el medio ambiente también preocupan en el equipo municipal, como la querella presentada por Fiscalía contra Tersa y su presidente, el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, por emitir presuntamente gases contaminantes que han podido suponer un riesgo grave para la salud de los vecinos. Esta concejalía se engloba dentro del área de Janet Sanz.

A todo ello, hay que sumar la reciente sentencia que tumba la zona de bajas emisiones (ZBE) que fue uno de los hitos de la política municipal de los comunes, la agresiva política anticoches de la teniente de alcalde (Sanz llegó a pedir que no se reactivase la industria del automóvil tras la pandemia, en plena retirada de Nissan de la Zona Franca y cuando la factoría de SEAT es la principal industria catalana), su gestión de las drásticas restricciones de circulación en las vías, las polémicas con la pacificación de las calles, la instalación de cojines berlineses, la gestión de las terrazas y la gestión de residuos, por ejemplo. Y eso sin contar que la sostenibilidad del transporte público de Colau apunta a la priorización de la conexión del tranvía, un transporte decimonónico, en detrimento de la solución menos contaminante, divisoria y onerosa del autobús eléctrico.

Eloi Badia, en una rueda de prensa en el Ayuntamiento / EFE

‘PACIFICAR’ A LA OPINIÓN PÚBLICA

Lo que necesita ahora la alcaldesa y su equipo es pacificar a la opinión pública. Y eso se soluciona con campañas de propaganda y de sensibilización para lo que queda de mandato. De ahí que se haya decidido contratar un servicio especial de apoyo y mantenimiento en las redes sociales del área de Janet Sanz. Su área, dicen los informes municipales, “aglutina diversas actuaciones municipales con un peso específico de comunicación, tanto para la construcción del relato estratégico del área como de las acciones informativas vinculadas al servicio público que requieren de diversas comunicaciones digitales, a través de las webs y las redes sociales, con actualización de contenidos digitales constantes y rigurosos”. En otras palabras, lo que se requiere es un área bien engrasada comunicacionalmente hablando y con capacidad de influir en la opinión pública vecinal.

Lo que pretende es vender Barcelona como paladín de “ciudad verde y sostenible y convertirse en referente de excelencia en este campo”, dar a conocer e informar a la ciudadanía de las acciones y actividades que tienen lugar en Barcelona, vinculadas a la ecología, el urbanismo y la movilidad, dar a conocer las normativas y publicitar las ordenanzas, informar de las incidencias en la vía pública e incrementar la comunidad de los diferentes programas de sensibilización y sostenibilidad del área.

62.000 EUROS POR AÑO

Ésa será la principal tarea de La3cultural Digital Studio, que por un año trabajo cobrará 62.266 euros, con la opción, según se especifica en el contrato, de optar a firmar por otro año más, por lo que el monto global del contrato se situaría por encima de los 124.000 euros. La intención de esta contratación es, según dicen los informes internos municipales, “traspasar al ciudadano las políticas y acciones que lleva a cabo el Ayuntamiento en los ámbitos de la ecología, el medio ambiente, la movilidad y el urbanismo”.

Detrás de La3cultural se encuentran la influencer Lorena Yera, más conocida como Skumeta, que llegó a tener más de un millón de corazones en la desaparecida App de Periscope (aunque en Facebook tiene sólo 17.000 seguidores), y Jordi Cirach, un creativo de la comunicación experto en marketing digital (recientemente ha sido entrevistado en Forbes), creador, entre otros, del blog Descobrir Catalunya. Skumeta es una experta en comunicación y fue una de las primeras en emitir de forma profesional en España a través de Periscope. Angloparlante confesa, la experta en comunicación asegura que tiene una colección de más de 1.000 discos de vinilo y confiesa que es una devoradora de libros. Ofrece asesoramiento individual a 60 euros la hora (a través de videollamada) para planificación estratégica y ofrece talleres gratuitos de, por ejemplo, planificación de campañas con Facebook, Instagram, Twitter o Tik Tok. Su blog abre con información sobre el “Descargo de responsabilidad para campañas publicitarias sobre política”, donde expone clara y escuetamente las características de las comunicaciones políticas. Curiosamente, el ejemplo que expone en el artículo principal es el de una campaña de Podemos.

Ada Colau con el móvil en las manos en el pleno del Ayuntamiento / EFE

Jordi Cirach, por su parte, es un experto en marketing digital, cofundador de FOMO Barcelona, formador en marca personal y marketing digital en la Universidad de Vic y formador en el máster oficial en Dirección de Empresas Turísticas del CETT, un centro adscrito a la Universidad de Barcelona. Según Skumeta, ambos fundaron su propia agencia, Sorrydigital, en 2015, hasta que ampliaron su horizonte en 2018 con La3cultural. Según los registros administrativos, no obstante, esta última se creó como empresa el 7 de febrero de 2019 y Sorrydigital se constituyó el 4 de abril de 2019.

La3cultural ha recibido en estos tres años al menos una quincena de contratos del Ayuntamiento de Barcelona, la mayoría de ellos otorgados por el Institut de Cultura de Barcelona (Icub). El más importante de esos contratos fue el del servicio de edición y mantenimiento de los contenidos digitales del Icub, del 23 de abril del 2021, que le reportó casi 128.000 euros. El 5 de marzo del año pasado también firmó otro contrato con el Icub para la gestión de los contenidos de las redes sociales del Museo Etnológico y de las Culturas del Mundo (por más de 76.000 euros). Y el 26 de marzo, unos días más tarde, recibía otro contrato, también del Icub, para la creación de contenidos de la web y las redes sociales de Barcelona Cultura Popular, esta vez por algo más de 50.000 euros. En poco más de un mes, pues, se hizo con más de 250.000 euros en contratos municipales. Desde enero de 2020, La3culturtal se ocupa también de la gestión de las redes sociales del Monasterio de Pedralbes, que depende del Icub, por lo que cobra anualmente 39.833 euros. En 2020, Sorrydigital también se hizo con un contrato de 18.998,75 euros (1,25 euros menos que el máximo permitido para un contrato menor) por la conceptualización y diseño del contenido en línea de la AMB, aunque fue un contrato otorgado por el Ayuntamiento de Barcelona.

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