¿Es lo que quiere ERC? “Pues lo tendrá”. El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, entró este lunes en un cuerpo a cuerpo con Ernest Maragall y con el conjunto de ERC, consciente de que los republicanos serán su rival electoral y que éstos han facilitado el inicio de una larga campaña electoral. Las acusaciones de Maragall a Collboni, por haber participado, a su juicio, en una operación que le dejó fuera de la alcaldía, con el espionaje del CNI, han facilitado una reacción rápida y, casi, deseada. “Maragall no pudo formar gobierno, como no pudo Salvador Illa hacerlo tras ganar las elecciones autonómicas, y en uno y otro caso fueron operaciones democráticas y legítimas”, señaló Collboni, iniciando un duelo que descabalga a Ada Colau.
La lucha está ahí. Collboni se apoya en Illa para defender una estrategia clara ante las elecciones municipales de 2023: mostrar que hay dos proyectos políticos, y que los electores deberán optar entre un proyecto socialista, --no independentista, con las apuestas de ciudad en primer término--, y la retórica republicana, en Barcelona y en la Generalitat, que quiere aterrizar y aparecer como una fuerza política pragmática, pero que excluye al PSC de cualquier posible pacto.
IMPLICAR A ARAGONÈS
Es un cuerpo a cuerpo que ha provocado el propio Maragall con sus acusaciones a Collboni. El primer secretario del PSC, Salvador Illa, es la columna vertebral de esa estrategia, al constrastar también lo que públicamente afirman los dirigentes de ERC y la realidad del gobierno de Pere Aragonès al frente de la Generalitat, "decepcionante", en palabras de Illa.
Para que Aragonès baje también a la arena, Collboni reclamó que actúe y rectifique las manifesaciones de Maragall, como ya ocurrió con los presupuestos del consistorio para este año. Entonces, Aragonès reclamó a Maragall que apoyara las cuentas –a pesar de haberse manifestado en contra– como correspondencia al voto positivo de los comunes a los presupuestos de la Generalitat en el Parlament.
Esa apelación a Aragonès busca arrinconar, de nuevo, a Maragall, que quiere presentarse como candidato a la alcaldía. Oficialmente es el candidato, pero ERC puede cambiar su cabeza de cartel en el último momento como pasó con Alfred Bosch, ganador de unas primarias que fueron ninguneadas con la elección, precisamente, de Maragall como candidato en los comicios de 2019.
¿BARCELONA, TROFEO DEL INDEPENDENTISMO?
Collboni tiene el argumentario. La reelección de Colau, aunque Maragall fue el ganador de las elecciones por unos miles de votos de diferencia frente a los comunes, se debió a la apuesta del PSC y de Manuel Valls por el constitucionalismo, evitando la posibilidad de que Barcelona pudiera ser utilizada como el mejor trofeo en manos del independentismo.
En la noche electoral, Maragall se veía ya como alcalde y ofreció la “mano extendida” a todos los partidos, al “unionismo” también, pero recordó que nadie podía dejar de lado la apuesta de ERC por la “libertad” de Cataluña. Barcelona debía ejercer su papel para “la emancipación” de Cataluña.
Collboni, los comunes y Valls negociaron una alternativa y lo lograron. Maragall ahora se acoge a esas escuchas por parte del CNI. Pero se ha encontrado con las ganas de batallar de los socialistas en ese terreno.
CONJURA SOCIALISTA
ERC busca, como hiciera en su momento CiU, ningunear al PSC a través de sus acuerdos por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. Y las escuchas del CNI pueden ser, entienden los republicanos, una buena palanca para hacer ver al PSOE que el mejor acuerdo para las dos partes pasa por permitir que los republicanos puedan gobernar en Barcelona y en la Generalitat. Pero el PSC de Salvador Illa y Jaume Collboni se han conjurado, precisamente, para todo lo contrario. Esa lucha comenzó este lunes, a partir de las palabras de Maragall.
Según avanzó el domingo La Vanguardia, el CNI se mostró interesado en saber cómo iban las negociaciones entre Barcelona en Comú y ERC tras los comicios municipales de 2019 ante el temor de que en la ciudad la gobernara un partido independentista. Y, en este sentido, el espionaje español intervino, con autorización judicial, el teléfono de una persona que trabajaba para que se diera un gobierno de coalición de republicanos y comunes en Barcelona.
Maragall apuntó el domingo a Colau como la gran beneficiada del caso de espionaje. "Para mantener el poder todo vale, incluso la ayuda del CNI", soltó Maragall en Catalunya Ràdio. Las palabras del jefe de oposición en el Ayuntamiento no gustaron a Barcelona en Comú ni a Colau. De ellas, se podía interpretar que Colau había participado y conocía las escuchas.
Este lunes, Maragall lo quiso esclarecer, aunque ya había conseguido su propósito inicial: "Colau no estaba al caso. Ni lo he dicho ni lo he pensado", indicó. Distintos cargos del partido de Colau y la propia alcaldesa le habían exigido una rectificación. “Insinuar que he tenido alguna complicidad o connivencia con el espionaje es una barbaridad“, había subrayado antes la alcaldesa.
SE AGRAVAN LAS MALAS RELACIONES ENTRE ERC Y BARCELONA EN COMÚ
Lo cierto es que más allá de las interpretaciones de lo que se ha dicho o no, el Barcelonagate agrava las malas relaciones entre Barcelona en Comú y ERC, que podrían enfriar una posible coalición de gobierno tras las elecciones de 2023. Por ahora, los distintos sondeos realizados dan a Barcelona en Comú, ERC y PSC como los partidos con más opciones de ganar los comicios municipales de mayo de 2023.
Tras un noviazgo de tres años, en el que los republicanos apoyaron el presupuesto de Colau y avalaron, entre otros proyectos, el tranvía por la Diagonal, la relación entre republicanos y comunes anda de mal en peor desde que hace unos meses Maragall tuviera que acabar absteniéndose en los presupuestos del gobierno de Colau para el 2022 cuando la intención inicial era votar en contra. Maragall tuvo que rectificar después de que ERC y En Comú Podem alcanzaran un acuerdo para las cuentas autonómicas para el 2022 y se negó a entablar ningún tipo de negociación con Colau.
Este lunes, Maragall dio un giro en sus declaraciones y puso el foco en Collboni en el caso de espionaje. "Collboni ha sido beneficiario directo del espionaje del caso Pegasus" y ha rebajado los ataques a los comunes, su posible aliado dentro de un año. Desde ERC se niega ninguna rectificación. Para Maragall, su gran rival en las urnas será el PSC y no Colau.
EL PSC GANARÍA LAS ELECCIONES, SEGÚN UNA ENCUESTA
Desde el grupo municipal aseguran que la dirección de ERC tampoco ha dado ningún toque a Maragall sobre los comunes, aunque politólogos consultados por este medio consideran que el cambio de interlocutor -Collboni por Colau- puede tener a ver en una estrategia republicana pensada a largo plazo para gobernar Barcelona.
De hecho, una reciente encuesta de ERC, desvelada por Crónica Global, sitúa al PSC como partido ganador en los comicios de 2023 empatado en concejales con ERC. Los comunes quedarían en tercer lugar, con dos ediles menos, pero la pinza ERC-Barcelona en Comú permitiría gobernar a Maragall si finalmente es el alcaldable, algo de lo que algunos expertos tienen serias dudas, vistos los últimos acontecimientos, aunque fuentes cercanas al candidato afirman que no se cambiará.