El voto útil puede ser determinante en las elecciones municipales de 2023. Con la implosión del mundo de CiU, y con una derecha liberal que no encuentra su camino en Barcelona, la necesidad de encontrar una opción política pragmática, realista y que apueste por proyectos ambiciosos de ciudad se puede plasmar en un voto al PSC que lidera en la capital catalana Jaume Collboni. Esa realidad, con toda su complejidad, se asomó este martes en el Círculo Ecuestre: “Ánimo, Jaume”, fue el grito de esa burguesía barcelonesa que reclama un cambio político. Lo expresó Enrique Lacalle, vicepresidente del foro económico, que mantiene una agenda envidiable y que lo fue todo en el PP de Barcelona.
Lacalle presentaba a Salvador Illa, el primer secretario del PSC, en el Círculo Ecuestre. En el ciclo agendas cruzadas, Barcelona-Madrid, el lobby empresarial, había invitado a Illa para que ofreciera sus recetas “tranquilas y sensatas”, en palabras del presidente de foro, Antonio Delgado. Pero Lacalle, en su intervención, dejó clara la preocupación de toda esa burguesía que ha asistido con perplejidad a los cambios políticos de los últimos años en Cataluña. “Barcelona es importante, porque, además, puede cambiar toda la política catalana”, insistía Lacalle.
PARA SUPERAR LA BAJA AUTOESTIMA
El primer secretario del PSC, Salvador Illa, habló de Barcelona, del candidato Collboni, y de la necesidad de “hacerlo mejor”, con una gestión más eficaz y con planes más ambiciosos para volver a ser “el número uno”. Illa evidenció las quejas de esa burguesía que entiende que la ciudad podría dar mucho más de sí, que Madrid –aunque las comparaciones puedan ser interesadas—ha buscado un camino distinto y le va muy bien. Y que la autoestima se resiente, y ha llegado el momento de reaccionar.
Pero, ¿no hay otras fuerzas políticas que representen mejor lo que esas clases sociales reclaman a la capital catalana? No las hay en estos momentos. Es lo que reflejó Lacalle, con el asentimiento de buena parte de los presentes, socios del Círculo Ecuestre, ejecutivos, abogados y empresarios, entre ellos la aspirante a la presidencia del Círculo de Economía, Rosa Cañadas.
Ese voto útil lo representa ahora Collboni, que seguía la intervención de Illa en la mesa pesidencial, junto a Javier Godó, la delegada del Gobierno, Maria Eugènia Gay, el propio Lacalle, Antonio Delgado y el delegado del Consorcio de la Zona Franca, Pere Navarro, o el empresario Jorge Gallardo.
¿DÓNDE LOGRAR LOS VOTOS?
La cuestión es que Illa y Collboni saben que los votos, los necesarios para ganar las elecciones municipales, están en otros caladeros. Collboni ha trabajado esos sectores económicos, como responsable del área económica del Ayuntamiento, pero el partido tiene muy presente que se jugará la victoria en el distrito de Sant Martí, en Nou Barris, en Les Corts, en Ciutat Vella y en buena parte del Eixample. Y que los comunes se mantienen fuertes en los dos primeros distritos citados. El voto útil puede ser indispensable, pero el problema para el PSC es que para cambiar la orientación de la ciudad necesitaría un socio que ahora mismo no se vislumbra.
Gobernar desde la izquierda, pero con un complemento en el centro-derecha, para aplicar políticas ambiciosas, las de la “Barcelona del sí”, como le gusta señalar a Collboni, exigiría un partido cohesionado con cierto apoyo social que ahora Junts per Catalunya no está en condiciones de representar. Con la marcha de Elsa Artadi, que se había acercado a los socialistas, los postconvergentes deben decidir qué quieren ser a partir del congreso del próximo 4 de junio.
¿Y A LA DERECHA, QUÉ HAY?
A la derecha, dentro del campo constitucionalista, las cosas están más verdes todavía. El partido Valents, que impulsa Eva Parera -exdirigente de Unió Democràtica— busca un hueco y tratará de obtener representación. También quiere ese espacio el PP, --el que fuera partido de Lacalle—que quiere orientarse de nuevo con la dirección de Alberto Nuñez Feijóo y Alejandro Fernández. Y Ciudadanos buscará como pueda su propia supervivencia. Y mantiene sus aspiraciones el abogado Vosseler.
“No hay nada en ese lado, nada, y lo que hay para buscar una alternativa en el Ayuntamiento se llama Jaume Collboni y PSC”, se repetía este lunes en el Círculo Ecuestre, que no para de organizar actos con la nueva junta de Delgado y Lacalle.
Podría pensarse que es el mundo al revés. Pero es la realidad de la política local y catalana, que ha experimentado una enorme convulsión en los últimos cinco años. Sin CiU, sin el PP organizado –se añoran los tiempos de Alberto Fernández Díaz—aparece Jaume Collboni, socialista, heredero de los alcaldes Maragall, Clos y Hereu. Y a esa burguesía, a los socios y empresarios del Círculo Ecuestre, ya les parece bien. Es más, le ofrecen su apoyo: “Ánimo Jaume”.