Tras el anuncio en mayo de que optará a un tercer mandato y se presentará a las elecciones de 2023, Ada Colau y su partido, Barcelona en Comú, están ya de precampaña. Hace unos días Metrópoli explicaba que en Gràcia los comunes se habían apropiado de la acción de gobierno, incluso del Instituto de Mercados de Barcelona que dirige el PSC, para hacer propaganda de proyectos del mandato que en algunos casos ni han empezado.
También pagan anuncios en redes sociales, como TikTok, con proyectos municipales de pacificaciones, para acercarse a los más jóvenes, o se han instalado en las puertas del metro para repartir una publicación, con el logo de Barcelona en Comú, un editorial y la figura de Colau con un traje rojo, sobre las transformaciones de la ciudad de estos últimos tres años. Como decía recientemente el primer secretario de la Federación de Barcelona del PSC, Ferran Pedret, Colau ahora ejerce de candidata y no de alcaldesa.
CARTA A LOS VECINOS DE PI I MARGALL
Estos últimos días, los vecinos de la calle de Pi i Margall, en el distrito de Gràcia, han recibido una carta de Colau, en este caso como alcaldesa y no como líder de Barcelona en Comú. En ella, la primera edil de la ciudad informa que la pacificación de la citada artería empezará durante la primera quincena de junio y que los trabajos se prolongarán durante 17 meses. La remodelación restringirá la vía al tráfico privado y costará unos 13,6 millones de euros.
En la misiva, encabezada por el logo de superilla Barcelona, Colau presume de que la ciudad vive una gran transformación que hará de la capital catalana "un lugar más saludable, más sostenible y con más verde". Una de las actuaciones, prosigue la alcaldesa, es la conversión de Pi i Margall en un eje verde que conectará el parque de les Aigües con la plaza de Joanic y el paseo de Sant Joan. En total se actuará sobre 25.850 metros cuadrados.
"PROCESO DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA"
Según Colau, la reforma de Pi i Margall es fruto de "un proceso de participación ciudadana" y comportará la ampliación de las aceras, la creación de zonas de estancia, la incorporación de parterres de distintas especies vegetales y la plantación de nuevos árboles. "Con la naturalización de este espacio favoreceremos la disminución de la contaminación atmosférica, de las emisiones de CO2, con efecto invernadero y de ruido ambiental".
Colau, en la carta, no dice en ningún momento que el uso del coche privado, salvo contadas excepciones, estará vetado. Simplemente subraya que "ganaremos espacio para las personas y reduciremos el espacio destinado a los vehículos". Así, la calle, en sentido ascendente, dispondrá de un carril para los autobuses, vehículos de servicios y del vecindario, y un carril bici segregado. En cambio, en sentido descendente, la circulación se limitará a un único carril compartido por buses, vehículos de servicios y del vecindario, y bicicletas. Tras la reforma, el Ayuntamiento asegura que el 70% del espacio será para los peatones.
Los proyectos de pacificación por parte del Ayuntamiento se aceleran a menos un año de las elecciones, tanto en la calle como en los despachos. Este jueves, la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, anunció que la ronda de Sant Antoni ya tiene proyecto de transformación en un eje verde (de plataforma única, con bus de bajada, carril bici y más verde), aunque en este caso, por el momento, no hay consenso con el PSC. El grupo que lidera Jaume Collboni defiende otra propuesta de remodelación.
LA 'SUPERILLA' DEL EIXAMPLE EN JULIO
También en julio, con un mes de retraso, el gobierno de Colau iniciará la transformación de cuatro calles del Eixample -Consell de Cent, Comte de Borrell, Rocafort y Girona- en ejes verdes, y la habilitación de cuatro grandes plazas en las confluencias de Consell de Cent con Girona, Enric Granados, Comte de Borrell y Rocafort, dentro del programa superilla Eixample. ¿El coste? 52,7 millones.