Barcelona apuesta por los drones. El Ayuntamiento de la capital catalana ha anunciado que desplegará un sistema de vigilancia con drones para controlar los incendios forestales en Collserola.
DRONES EN BARCELONA
El año pasado el consistorio hizo una prueba piloto con estos dispositivos tanto en la montaña como en la playa y, tras la experiencia, este verano quieren poner en marcha el nuevo sistema de vigilancia.
En Collserola no está claro si se desplegarán los vehículos aéreos no tripulados porque se está pendiente de licitación. Según ha avanzado Xavier Marcé en betevé, en el litoral de Barcelona habrá drones a partir del mes de junio para controlar el aforo de las playas.
SEQUÍA EN BARCELONA
Un año más, Collserola empieza a reunir las condiciones para un incendio devastador durante el verano. A pocas semanas de Sant Joan, la sierra barcelonesa padece las consecuencias de la sequía que arrastra gran parte de Cataluña desde la primavera de 2020, y las débiles lluvias de principios del mes de marzo no han revertido la situación. Esto, sumado a un bosque estresado, debido al cambio climático, e inadaptado a las condiciones meteorológicas actuales, podría desembocar en un gran fuego, de los que se conocen como "de sexta generación".
El jefe del Grup d'Actuació Forestal (GRAF) de los Bombers de la Generalitat, Marc Castellnou, explicó hace dos meses en conversación con Metrópoli, que además de la sequía larga y pronunciada, como la que sufre actualmente Collserola, se tendría que producir un episodio de vientos de poniente –los que vienen desde la zona de Molins de Rei y Sant Feliu de Llobregat– durante al menos tres días para ver un incendio de estas características en el parque natural. "Con el cambio climático, esto será cada vez más habitual", señaló antes de añadir: "Cuando ocurra, la prioridad será salvar a la gente y proteger las casas".
TORMENTAS DE FUEGO
"El problema de estos incendios es que tienen mucha intensidad, generan tormentas de fuego, por lo que se vuelven todavía más rápidos, y arrasan con todo. Son como una riada, cuando el río está desbocado no te puedes poner delante. En los últimos años ha pasado en Grecia, Turquía, Australia o California. También cerca de aquí, en Francia o Portugal", zanjó Castellnou.