Un golpe inesperado y que rompe la estrategia planteada en el área metropolitana de Barcelona. ERC contaba con erosionar con más fuerza a la alcaldesa de L’Hospitalet, la socialista Núria Marín, y había contado con una ayuda de primer orden: el concejal socialista Jaume Graells, quien había informado a Marín de unos supuestos actos delictivos en el consistorio que ahora la juez ha desestimado, con el archivo de la causa. Graells se pasó de la noche a la mañana a ERC y fue elegido el candidato republicano a la alcaldía. Ahora Marín respira y las opciones de que tenga un mal resultado se desvanecen.

La operación se rompe en la segunda ciudad de Cataluña, y deja a ERC con un enorme mal sabor de boca. El partido de Oriol Junqueras y de Pere Aragonès está determinado a crecer en el área metropolitana, con dos bastiones: L’Hospitalet y Santa Coloma de Gramenet, donde se ha elegido al diputado en el Congreso, Gabriel Rufián, como candidato. La intención es crecer, buscar el cuerpo a cuerpo con el PSC, y lograr votos que impulsen al partido en la Diputación de Barcelona, clave en la estrategia de poder para el conjunto de Cataluña. Pero en L’Hospitalet las cosas se han torcido.

MARÍN Y LA MARCA PSC

Fuentes socialistas admiten que con Marín en la cuerda floja, con la necesidad de que el PSC hubiera elegido a otro candidato o candidata, las opciones de ERC hubieran crecido mucho. Núria Marín pesa en estos momentos más que la marca PSC en L’Hospitalet. Sin su candidatura, ERC confiaba en subir electoralmente y buscar un acuerdo con los comunes con la intención de conseguir la alcaldía. El golpe a los socialistas podría ser de órdago.

Ahora, a un año de las elecciones, esa posibilidad se desvanece. Es más, puede reforzar con claridad a Marín, que ya obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones de 2019. La elección de Graells como candidato, por parte de ERC, ofrece a los vecinos y vecinas de L’Hospitalet una imagen confusa y contradictoria, dando a entender que los republicanos habían diseñado una operación de acoso y derribo contra Marín.

El director de GSMA, John Hoffman, y la alcaldesa de L'Hospitalet de Llobregat, Núria Marín - AJUNTAMENT DE L'HOSPITALET DE LLOBREGAT

En el auto de la juez, en el que se archiva la causa judicial, se deja constancia de forma contundente: “(…) Como se ha dicho más arriba, de las pruebas practicadas y analizadas, la actuación de la Sra. Núria Marín, en cuanto alcaldesa, no puede ser calificada de delito ex. 408 CP. Tras el conocimiento de la información que le transmitió el Sr. Graells, adoptó las medidas que estimó necesarias para la averiguación de los hechos, no solo las entrevistas dichas, sino la determinación de la práctica de la auditoria, y, una vez judicializada la causa, se inhibió de ninguna actuación más dentro del consistorio, pues, como ella misma manifestó al Sr. Graells, ya no podían actuar si estaba la vía penal abierta para la investigación de los hechos. No se aprecia un ánimo de ocultar los hechos por parte de la Sra. Marín, ni elemento alguno que permita afirmar que su conducta pueda ser incardinada en el tipo analizado”.

La figura de Graells queda tocada dentro del propio partido republicano, porque, al ser designado sin contar con la opinión del hasta ahora cabeza de filas de ERC en L’Hospitalet, Antoni García, se ha producido una división interna que no favorecerá la campaña electoral, según apuntan fuentes del partido. García, que tampoco contaba con la unanimidad interna, logró que ERC pasara de dos a cinco concejales en la segunda ciudad catalana, desbancando a Ciudadanos.

¿SE ROMPERÁ LA ESTRATEGIA ASCENDENTE DE ERC?

Los socialistas, además, apuntan ahora a la relación de Graells con el jefe de filas de ERC en Barcelona, Ernest Maragall. Graells formó parte de los equipos de Maragall en su etapa de consejero de Educación, en la Generalitat, con el gobierno tripartido de José Montilla. Tras salir del Govern, fue, precisamente, Núria Marín quien fichó a Graells para su equipo municipal, reconociendo sus méritos y conocimientos en el ámbito de la educación.

Un fracaso de ERC en L’Hospitalet, con el exsocialista Graells como alcaldable, con menos de los actuales cinco concejales, podría detener la estrategia ascendente de los republicanos en el área metropolitana y generar el histórico ajuste de cuentas que, periódicamente, aparece en el seno del partido de Junqueras.

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