La Fundación Pere Tarrés ha hecho pleno. Hace apenas un mes, se hizo con un suculento contrato del Ayuntamiento de Barcelona para gestionar las ludotecas y los servicios de infancia del distrito de Sants-Montjuïc hasta el 31 de julio de 2025 por casi 1,3 millones de euros. Unas semanas más tarde, ha subido la apuesta: el pasado 29 de septiembre, se ha llevado de una tacada la gestión de las seis residencias de ancianos del distrito de Sant Andreu por la nada despreciable cantidad de 3.228.241 euros. El contrato se concedió, curiosamente, dos días antes del Día Internacional de la Gente Mayor, instituido así por la ONU para la jornada del 1 de octubre.
Los Casals de Gent Gran son servicios públicos municipales dirigidos a la gente mayor que tienen como objeto favorecer su plena integración social, la prevención de situaciones de aislamiento, el fomento de las relaciones y la promoción de la participación activa en la sociedad. En esos espacios, los ancianos pueden interrelacionarse y compartir intereses diversos en un entorno acogedor. En un informe preliminar a la adjudicación de los casales de Sant Andreu, el consistorio destaca que los casales “han de dar respuesta a la diversidad convirtiéndose en espacios impulsores y aglutinadores de proyectos donde las personas mayores tienen un papel relevante. Han de ser espacios solidarios y amables con el entorno, espacios respetuosos con la diversidad sexual y de género, accesibles y conocedores y parte activa de lo que pasa en los barrios con capacidad de adaptación de las nuevas realidades. Han de ser espacios donde se favorezcan las relaciones, de confianza, donde las personas usuarias puedan compartir preocupaciones y necesidades”.
CONSEJO ASESOR CONTRA LA SOLEDAD
Destaca también este documento que ante el reto que supone la soledad, los técnicos municipales han comenzado a trabajar en la estrategia contra la soledad “para promover las relaciones solidarias y duraderas” en la línea de los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030. De lo que se trata, aduce, es de “ofrecer recursos a aquellas personas mayores que padecen una situación de soledad no deseada de manera crónica, pero, sobre todo y lo más importante, es preciso fortalecer los vínculos sociales para prevenir la soledad de las personas mayores en cuanto a sexo, género y origen”. Su meta, concluye, es “apoderar a las personas incrementando o dando respuesta a los déficits que pueda tener la red de relaciones sociales y familiares, de la misma manera que busca profundizar en el pacto por la cohesión social”.
El consistorio barcelonés ha aprobado una estrategia municipal contra la soledad para la próxima década y cuenta con un Consejo Asesor Científico contra la Soledad (CACS), presidido por el concejal Joan Ramon Riera, con la vicepresidencia de la gerente municipal, Sara Berbel, y la directora de Serveis d’Infància, Joventut i Persones Grans, Magda Orozco. Este comité está compuesto por 18 profesionales, la mayoría de ellos doctores en diferentes ramas de medicina, psicología o sociología.
QUIÉN PUEDE IR A LOS CASALES
Sant Andreu tiene seis casales. Los seis estarán gestionados, desde el 1 de noviembre de este año, y hasta el 31 de octubre de 2026, por la Fundació Pere Tarrés. Se trata de los centros La Palmera, Navas, Mossèn Clapés, Bascònia, Bon Pastor y Trinitat Vella. Según los estadillos municipales, el distrito tiene 11 centros de personas mayores, de los que 10 son de titularidad pública. En esta ocasión, el Ayuntamiento convocó concurso para la gestión de los seis centros citados, divididos en tres lotes. Los tres fueron adjudicados a la misma entidad. El motivo es que los centros mencionados son de titularidad municipal y el resto de los públicos pertenecen a la Generalitat.
Estos casales están destinados a personas de más de 60 años que afronten la etapa de la jubilación, aunque a los mismos pueden acceder también personas de más de 55 años en proceso de prejubilación y sus parejas aunque no cumplan los requisitos de la edad. Para la utilización de los servicios, deben inscribirse en cualquier casal, aunque no sea de su distrito. En ellos, se imparten actividades de fomento de hábitos saludables y de bienestar social, por ejemplo. En ese concepto se incluyen talleres de memoria, cursos de yoga, taichi, relajación, cocina sana o higiene postural, así como talleres de gimnasia, conferencias, seminarios, salidas de carácter divulgativo, paseos en el exterior, trabajos de jardinería en huertos urbanos o juegos como la petanca, por ejemplo.
UNA FUNDACIÓN CON PESO
Otra línea de actividades son las de formación permanente, que persiguen estimular la formación permanente, como cursos o talleres de idiomas, escritura creativa, fotografía, informática, cooperación internacional, salidas culturales a museos o edificios singulares, etc. Un tercer eje de actividades consiste en actividades de ocio y lúdicas, como cursos de dibujo y pintura, cerámica, maquetería, restauración de muebles, estampación, joyería, country, tango, swing, danza, celebración de fiestas, organización de jornadas, viajes y excursiones, o bailes colectivos.
En cada uno de los casales se han de realizar un mínimo de actividades anuales, talleres trimestrales y actividades de baile y culturales. Para ello, Pere Tarrés debe destinar un equipo de un director o directora de programas, informadores, uno o dos ayudantes de cocina y un animador cultural a cada centro. Al concurso se presentaron dos ofertas, de las que resultó ganadora en todos los lotes la Fundació Pere Tarrés. Esta entidad está presidida por Enric Crous y tiene como vicepresidenta a la empresaria Núria Basi. Crous, que había sido director general de Mercabarna, de Fira de Barcelona y de Grupo Damm, preside ahora el Hospital Clínic de Barcelona y el consejo asesor de la firma Enrique Tomás. Núria Basi, por su parte, es presidenta de la textil Basi y de Basi Group, la empresa familiar que arropa a Armand Basi, Jatrobcn, Náutica, Cole Haan y Noname. También preside el Grup Set y está presente en multitud de instituciones y fundaciones. El director de Pere Tarrés es Josep Oriol Pujol. El año pasado, pasaron por la Fundación un total de 6.311 trabajadores y la media de personas en la plantilla fue de 3.208. El 86,72% de su equipo está formado por el profesorado y el equipo de atención educativa directa.