El concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona, Paco Sierra, será expulsado por querer echar a la presidenta del grupo municipal naranja Mariluz Guilarte. Esta información avanzada por Crónica Global y confirmada por Metrópoli, se hacía sin el apoyo de la dirección de Ciutadans y más concretamente a espaldas del presidente en el Parlament, Carlos Carrizosa, que ha confirmado su confianza con Guilarte.
En un comunicado publicado tras la aparición de las informaciones periodísticas, Ciutadans ha confirmado que Sierra "ha registrado un escrito en el consistorio con el que pretende autoproclamarse presidente y cambiar así la configuración del grupo". Y añade: "A raíz de esta operación hecha a espaldas de la dirección de Ciutadans y después de tener noticia de que Sierra ha intentado integrarse en las listas electorales de otras formaciones de cara a los próximos comicios municipales de 2023, la dirección del partido ha decidido iniciar el proceso de expulsión de Sierra".
Fuentes de Ciutadans detallan que la expulsión de Sierra, si se produce, no será de un día para otro. Es un proceso bastante largo. El concejal puede presentar alegaciones contra la decisión de la dirección y será el comité de disciplina de la formación la que tendrá la última palabra.
APOYO A LA ALCALDABLE MARILUZ GUILARTE
La ejecutiva naranja lamenta “las formas” impulsadas por Sierra y su falta de compromiso con el partido. Además, la dirección reitera su confianza en la actual presidenta y alcaldable, Mariluz Guilarte, para seguir liderando el proyecto de Ciutadans en Barcelona y para seguir trabajando de manera incansable por el interés general de los barceloneses.
La historia es la siguiente: desde hace meses se sabía que Celestino Corbacho, exalcalde de L'Hospitalet de Llobregat, dejaría el acta de edil en otoño para jubilarse. La retirada de Corbacho se produjo el pasado 30 de septiembre, como avanzó en exclusiva Metrópoli, y propició la entrada de Noemí Martín como regidora. Desde hacía mucho tiempo, las relaciones en el seno del grupo eran malas por el "talante autoritario", indican fuentes cercanas a Ciutadans, de Guilarte y el coordinador del grupo Josep Maria Gonzàlez Murt, próximo a la presidenta.
CARRIZOSA ESTABA EN CONTRA
Tanto Sierra como Martín mantienen desde hace años una estrecha relación personal, explican fuentes municipales, y ahora había decidido tirar por la tangente y unir esfuerzos para echar a Guilarte de la presidencia. Ciutadans tiene tres concejales y si dos de ellos apoyan una iniciativa, el cambio se puede materializar. "Quizá el golpe de estado esté justificado, pero no es elegante", apuntan fuentes conocedoras de la situación.
Sin embargo, según ha podido saber este medio, Carlos Carrizosa, presidente de Ciutadans en el Parlament, no estaba de acuerdo con la operación, lo que hace que la iniciativa de Sierra y Martín no fuera bien vista por al menos una parte de la ejecutiva. En cualquier caso, desde un punto de vista técnico y administrativo, la decisión correspondía únicamente al grupo municipal.
SIERRA TENDRÁ QUE DECIDIR QUÉ HACE
Cuando se materialice la expulsión de Sierra, éste estará obligado a dejar el grupo municipal pero no el acta de regidor, porque es personal. Si se queda en el consistorio, Sierra será concejal no adscrito. Está por ver qué decide hacer Martín, pero si optara por dejar Ciutadans y ser edil no adscrita, el partido naranja dejaría de tener grupo municipal porque para ello se necesitan como mínimo dos concejales. El tener un grupo propio permite a un partido contar con consejeros de distrito, varios asesores y una alta asignación económica, privilegios que se reducen considerablemente en el caso de los concejales no adscritos.