En plena caída libre de Ciutadans en España y, especialmente en Catalunya, un "golpe de estado" en el grupo municipal del Ayuntamiento de Barcelona deja sin apenas posibilidades que el partido naranja pueda entrar en el consistorio tras las próximas elecciones de mayo de 2023. Formado por tres concejales Mariluz Guilarte, Paco Sierra y Noemí Martín, ahora Sierra y Martín se han confabulado para echar a Guilarte como presidenta de la formación municipal, ha avanzado Crónica Global. Guilarte es, en principio, la alcaldable de Ciutadans en Barcelona

La historia es la siguiente: desde hace meses se sabía que Celestino Corbacho, exalcalde de L'Hospitalet de Llobregat, dejaría el acta de edil en otoño para jubilarse. La retirada de Corbacho se produjo el pasado 30 de septiembre, como avanzó en exclusiva Metrópoli, y propició la entrada de Martín como regidora. Desde hacía mucho tiempo, las relaciones en el seno del grupo eran malas por el "talante autoritario", indican fuentes cercanas a Ciutadans, de Guilarte y el coordinador del grupo Josep Maria Gonzàlez Murt, próximo a la presidenta, que ha sido cesado o está en proceso de serlo. 

Paco Sierra, concejal de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona, en la terraza del consistorio / MA

 

CARRIZOSA ESTÁ EN CONTRA

Tanto Sierra como Martín mantienen desde hace años una estrecha relación personal, explican fuentes municipales, y ahora han decidido tirar por la tangente para echar a Guilarte de la presidencia. "Quizá el golpe de estado esté justificado, pero no es elegante", apuntan fuentes conocedoras de la situación. Sin embargo, según ha podido saber este medio, Carlos Carrizosa, presidente de Ciutadans en el Parlament, no está de acuerdo con la operación, lo que hace que la iniciativa de Sierra y Martín no sea bien vista por una parte del partido. En cualquier caso, desde un punto de vista técnico y administrativo, la decisión corresponde únicamente al grupo municipal.

Ahora mismo, las relaciones entre los grupo de Ciutadans del Ayuntamiento de Barcelona y del Parlament no son buenas, tampoco entre Madrid y Barcelona, se han producido salidas de los grupos municipales de Ciutadans en Lleida y en Tarragona, y el golpe de estado en la capital catalana tiene lugar en medio de un proceso de refundación del partido en toda España. Vamos, que a ocho meses de las elecciones municipales, y con el partido (en las encuestas) en la frontera de si obtiene o no representación, este nuevo conflicto puede ser la espada de damocles para Ciutadans en Barcelona.

Noemí Martin, durante la sede del distrito de Nou Barris / CIUTADANS

GUILARTE, RELEGADA A PORTAVOZ ADJUNTA

Según explica Crónica Global, la intención es colocar a Sierra de presidente del grupo municipal y a Martín como portavoz, mientras que Guilarte sería relegada a portavoz adjunta. Hace algo más de un mes, la idea era otra: que Martín fuera la presidenta del grupo y Sierra el portavoz. Metrópoli ha intentado sin éxito hablar con Guilarte, pero está desaparecida. Este miércoles participó en la comisión de Economía con total normalidad.

Fuentes oficiales de Ciutadans en el Ayuntamiento se limitan a decir que "habrá cambios internos que afectan a la coordinación del grupo".

Ante esta situación hay al menos tres escenarios: ¿será Guilarte la alcaldable de Ciutadans en Barcelona o se buscará a otra persona? Fuentes municipales recuerdan que en el partido naranja no se han hecho primarias y que el nombramiento de Guilarte no ha sido ratificado por la dirección.

Otra cosa que se tendrá que aclarar es qué pasa con el grupo municipal -el mínimo para mantenerlo es de dos personas- pero si la dirección no apoya el golpe de estado habrá que ver si Martín y Sierra pueden formar un grupo al margen de Ciutadans para los siete meses que quedan de mandato. Tener un grupo municipal supone tener asesores, consejeros de distrito y una mayor asignación económica. Si pasan a ser regidores no adscritos, Sierra y Martín perderán buena parte de estos privilegios.

¿QUÉ HARÁ GUILARTE?

La tercera pata pendiente de resolver es qué hace Guilarte estos siete meses: puede aceptar su nuevo rol de portavoz adjunta, dejar el Ayuntamiento o convertirse en regidora no adscrita (el acta de concejal es personal). Si opta por irse a casa, entraría como edil Fernando Carrera, que era el número nueve de la candidatura Barcelona pel Canvi Ciutadans pero que ahora es asesor de Jaume Collboni en la primera tenencia de alcaldía. Carrera no podría entrar en la formación municipal socialista y sería concejal no adscrito, pero el PSC tendría de forma no oficial un noveno regidor en las votaciones.

Retrato en paseo de Gràcia de Mariluz Guilarte / METRÓPOLI - LUIS MIGUEL AÑÓN

Desde que se inició la andadura de la coalición de Barcelona pel Canvi-Ciutadans para las elecciones de mayo de 2019, liderada por Manuel Valls, la historia de esta alianza ha estado trufada de conflictos y enfrentamientos. La coalición quedó partida en junio de 2019 en dos grupos municipales distintos, Barcelona pel Canvi y Ciutadans, porque tres de los seis ediles que salieron de las urnas votaron a favor de la investidura de Ada Colau como alcaldesa. Fueron el propio Valls, Corbacho y Eva Parera, ahora líder de Valents. A los pocos días, Corbacho abandonó a Valls y se fue con Ciutadans.

MARILÉN BARCELÓ YA ABANDONÓ CIUTADANS

Durante la primavera de 2021, Marilén Barceló, regidora de Ciutadans, abandonó el grupo municipal por discrepancias con Guilarte y el coordinador, Josep Maria González. Amiga de Parera, pasó a ser regidora no adscrita aunque trabaja con Valents. A finales de agosto de 2021, Valls dimitió como concejal y volvió a la política francesa. Y ahora, tras perder en junio en las legislativas con el partido de Emmanuel Macron, anda desaparecido

Los concejales de Barcelona pel Canvi-Ciutadans, Marilén Barceló (izquierda), Paco Sierra, Luz Guilarte, Manuel Valls, Celestino Corbacho y Eva Parera, en 2019 / CEDIDA

Con la marcha de Valls, Parera convirtió a Barcelona pel Canvi por Valents, una formación de centroderecha con la que se presenta a la alcaldía en 2023. Valents y PP, pendiente de elegir a su alcaldable, se vislumbran como los grandes beneficiados de la nueva crisis de Ciutadans en Barcelona. Y quizá la definitiva.  

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