Julia Barea será finalmente la persona que sustiuirá a Mariluz Guilarte como regidora en el Ayuntamiento de Barcelona. Guilarte renunció al acta de concejal y a ser la alcaldable de Ciutadans este lunes después de que fuera descabalgada de la presidencia del grupo municipal por los otros dos ediles, Paco Sierra y Noemí Martín.

Fuentes del partido naranja en el consistorio han confirmado a Metrópoli que Barea, actual consejera de Ciutadans en Ciutat Vella, tomará posesión como regidora en los próximos días y se unirá a Sierra y Martín.

Julia Barea, en una azotea de la plaza Reial / CIUTADANS

Ciutadans concurrió a las elecciones de 2019 en coalición con Barcelona pel Canvi. La alianza estuvo liderada por Manuel Valls, pero se rompió tras el apoyo de Valls y otros dos ediles de los seis que salieron de las urnas a la investidura de Colau en junio de 2019 para evitar que fuera alcalde Ernest Maragall.

RENUNCIA DE FERNANDO CARRERA

La persona que debía entrar como concejal era Fernando Carrera, que fue el número nueve de la coalición. Carrera era persona de confianza de Valls y pertenecía a Barcelona pel Canvi (ahora Valents). Sin embargo, en mayo de 2021 fue fichado como asesor por Jaume Collboni, el cargo que ocupa en la actualidad.

Carrera ha explicado este martes que renunciaba a ser regidor, lo que ha permitido la entrada de Barea, que fue la número 10 de la coalición de Barcelona pel Canvi-Ciutadans. Carrera ha alegado que el proyecto del que formó parte ya no es el suyo y que ahora está centrado en el PSC.

El asesor del PSC en Barcelona, Fernando Carrera / METRÓPOLI - RP

Barea se convierte en regidora en plena crisis de Ciutadans. El golpe de estado de Sierra contra Guilarte se hizo a espaldas de la dirección del partido, que ha abierto un expediente para expulsar al concejal

Ahora, el grupo municipal tiene ante sí una espada de Damocles: la dirección del partido estudia qué hará con su formación en el Ayuntamiento con la amenaza de que si quita la marca a Sierra y Martín o éstos deciden pasar del partido se convertirán en regidores no adscritos, según la secretaría general municipal, lo que supondría una debacle para Ciutadans a siete meses de las elecciones, ya que entonces la formación perdería la condición de grupo municipal -se necesita un mínimo de dos ediles- y se quedaría sin buena parte de los asesores y consejeros de distrito, y el partido sin la asignación económica municipal.  

Fuentes del partido naranja consultadas por Metrópoli esperan que se alcance un acuerdo entre la dirección del partido y Sierra para evitar la pérdida del grupo municipal.

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