Mariluz Guilarte, hasta ahora presidenta de Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona y alcaldable del partido naranja en 2023, ha anunciado este lunes que deja el acta de regidora en el consistorio y renuncia a ser la candidata a las municipales de la capital catalana.
La edil de Ciutadans, que fue la número dos en la coalición de Barcelona pel Canvi-Ciutadans en 2019, ha tomado esta decisión después de que los otros concejales de la formación en el consistorio, Paco Sierra y Noemí Martín, montaran un golpe de estado contra ella para quitarle la presidencia del grupo municipal.
"TRAMA" PARA ECHARLA
Guilarte ha acusado a Sierra y Martín de montar una "trama" para echarla. Ha calificado la acción de "lamentable e inédita en la democracia del consistorio". "Los hechos de cada uno hablan por sí solos". La expresidenta de Ciutadans en el Ayuntamiento dice que su destitución fue pedida después de que se negara a formar parte de una trama que, según sus palabras, iba contra el partido y el resto de compañeros del grupo municipal.
El plan de Sierra y Martín se empezó a gestar hace meses, cuando se supo que Celestino Corbacho dejaría el Ayuntamiento para jubilarse, y eso supondría la entrada de Martín como regidora.
Sierra y Martín montaron el golpe de estado contra Guilarte de espaldas al partido y de Carlos Carrizosa, presidente de Ciutadans en el Parlament de Catalunya. En un comunicado, la dirección del partido anunció la pasada semana que iniciaba los trámites para expulsar a Sierra, un proceso que se prevé largo porque él puede presentar alegaciones. La decisión sobre si debe ser expulsado o no corresponderá al comité de disciplina.
La pasada semana, Sierra acusó a Ciutadans de tener "tics autoritarios". Fuentes cercanas a este partido detallaron que la acción de Sierra podría estar motivada en el enfrentamiento que mantenía con Guilarte y el coordinador del grupo, Josep Maria Gonzàlez, afín a la presidenta, y que con la llegada de Sierra a la presidencia ha sido cesado.
DECISIÓN SOBERANA EL GRUPO MUNICIPAL
Pero, ¿cómo han podido Sierra y Martín echar a Guilarte con el partido en contra? Muy sencillo, porque la decisión corresponde al grupo municipal y al propio Ayuntamiento de Barcelona, es decir Ciutadans tenía tres concejales -Guilarte, Sierra y Martín- y dos querían que la primera se fuera. Simplemente, es una cuestión numérica. La dirección del partido puede estar en contra, pero no puede decir nada.
Guilarte toma la decisión de irse a siete meses de las elecciones municipales para que el partido pueda buscar una persona que sea la candidata en mayo de 2023, y uno de los nombres que ya se ha puesto encima de la mesa es el de la parlamentaria Anna Grau.
En los siete meses que quedan, ahora está por ver qué pasa con Sierra y Martín. Según distintos concejales, ambos pueden cambiar el nombre de la formación y quedarse en el Ayuntamiento con un grupo municipal propio -el mínimo son dos personas- y no perder de esta forma una parte importante del número de asesores, consejeros de distrito y asignación económica. Otra opción es que se queden como representantes de Ciutadans, pero parece poco probable ya que el partido ha iniciado los trámites de expulsión.
Fuentes del servicio de prensa del Ayuntamiento, citando a la secretaría general municipal, dicen que si Sierra y Martín abandonan Ciutadans, pasarán a ser concejales no adscritos. Entonces, perderían a la mayoría de asesores, consejeros de distritos y la asignación económica.
FERNANDO CARRERA ENTRARÁ COMO CONCEJAL
Ciutadans se presentó en las elecciones de 2019 en coalición con Barcelona pel Canvi, bajo el liderazgo de Manuel Valls. Ahora, la marcha de Guilarte, que seguirá como militante de base, hará que entre como regidor el número nueve de aquella alianza, que era Fernando Carrera. Se da la circunstancia de que Carrera es ahora asesor de Jaume Collboni. Si bien Carrera no podrá entrar a formar parte del grupo municipal del PSC, de facto Collboni pasará a tener un concejal más, de ocho a nueve, en las votaciones.
Esta enésima crisis en Ciutadans, con el partido en caída libre en toda España, deja a la formación municipal tocada de muerte. Las encuestas no garantizan a Ciutadans representación el próximo mandato, y este conflicto tendrá unas consecuencias que difícilmente Ciutadans remontará.