El pleno municipal ha aprobado inicialmente las ordenanzas fiscales de 2023 con los votos a favor de los grupos de gobierno municipal, las abstenciones de ERC y Junts y el voto en contra de Ciutadans, PP y Valents.
La concejal de Hacienda, Montserrat Ballarín, ha explicado que estas ordenanzas responden a un momento de “crisis e incertezas” para “ayudar en momentos de inflación”. La edil ha destacado que se trata de una propuesta “continuista” sobre la que el gobierno municipal queda “abierto a negociar hasta diciembre
"FALTA DE TRANSPARENCIA"
Jordi Castellana, regidor de ERC, ha insistido en que “las formas de este gobierno no son las formas para poder negociar” unas ordenanzas debido a las prisas con las que se llevaron a la Comisión de Economía. El concejal republicano ha asegurado que “si siguen con estas formas, no habrá negociación”.
El edil de Junts, Ferran Mascarell, ha lamentado la “falta de transparencia, poca voluntad de negociación y escasa voluntad de consenso” del gobierno municipal. También ha destacado que “mantener impuestos significa subirlos debido a la inflación”.
“SABLAZO FISCAL”
El concejal de Ciutadans, Paco Sierra, ha recordado que en 2019 el gobierno municipal pactó un “sablazo fiscal con ERC en un momento de bonanza económica”, y ha criticado que después de una pandemia, una guerra y una inflación sobre el “10%” la administración local continúe hablando de “congelación y continuismo”.
El edil del PP, Josep Bou, ha insistido que debido al aumento de “materias primas y energías los negocios que crean trabajos están muy tocados”, por lo que ha reclamado “rebajar la presión fiscal”.
La líder de Valents, Eva Parera, ha remarcado que lo justo no sería una congelación de los impuestos, sino “una rebaja impositiva inmediata”, y ha puesto en duda que la “actividad económica vaya a aumentar con la carga impositiva”.