Colau da dos contratos ‘reservados’ para la Fira del Consum Responsable de Navidad

La Feria de Navidad de Ada Colau ya tiene organizadores. Cuatro empresas se encargarán de organizar los eventos que la plaza de Catalunya acoge del 16 al 30 de diciembre, encuadrados dentro de la Fira de Consum Responsable i Economia Social i Solidària. Esta feria sustituye a la antigua pista de hielo que los anteriores consistorios ubicaban en ese lugar, pero que los comunes desterraron a L'Hospitalet para sustituirla por un acto que realzase y diese contenido a una Navidad laica predicada por los comunes, mucho más acorde con la ideología de esta formación.

Lo cierto es que los responsables municipales han previsto repartir solidariamente los trabajos en torno a esta Fira y adjudicaron a cuatro empresas los trabajos de organización, con la salvedad de que dos de los contratos son reservados para entidades de colectivos con “discapacidad, trastorno mental o exclusión social”, convirtiéndose de ese modo en una decisión más política que económica. Los informes internos municipales de los responsables políticos señalan que “el éxito de ediciones anteriores hace prever un aumento de las empresas y organizaciones de la economía social y solidaria interesadas en participar en este acontecimiento”.

IMPULSAR UNA ECONOMÍA DESMONETIZADA

Con iniciativas como la Feria laica de Navidad, los 'mandamases' locales barceloneses intentan avanzar hacia “una concepción de economía plural que implica democratizar la infraestructura de recursos humanos que han de ser gestionados desde la sociedad; subordinar el mercado a las exigencias del bien común e impulsar la economía desmonetizada, basada en los principios de la reciprocidad y el autoconsumo”. Esta definición no es baladí: se encuentra en las cláusulas de prescripciones técnicas de los contratos adjudicados este 8 de noviembre para la organización de la Fira y que suman en su conjunto alrededor de 100.000 euros.

¿Y qué es una economía plural para los comunes? “Es un sistema económico caracterizado por una combinación de ámbitos (el doméstico, la economía reproductiva; el público, la economía productiva) y de formas diversas de propiedad de los medios de producción (privada, cooperativa, asociativa, consumidores y usuarios, administraciones…), de formas de distribución (mercado, reciprocidad, redistribución, autoconsumo…) y de motivaciones humanas (el servicio, la realización personal, la resolución de necesidades, el lucro…), todos los cuales, de una manera u otra, se ponen al servicio del bien común”. Toda una lección magistral de economía moderna digna de figurar en El Capital. En definitiva, la visión de los ediles que mandan en la ciudad “es que Barcelona sea una ciudad equitativa, justa y sostenible, donde la economía social y solidaria contribuya a la construcción de una economía plural fundamentada en la sostenibilidad integral”.

CUATRO CONTRATOS

Para los comunes, el evento de este año tiene una importancia extraordinaria. “La ciudad y sus personas, y las empresas y organizaciones de la economía social y solidaria y el consumo responsable, después de dos años de pandemia por el Covid 19 y la crisis de precios, están padeciendo una situación económico-social donde aún es más necesaria la visualización de las actividades, productos y servicios de la economía social y solidaria”, dice un informe municipal que justifica la iniciativa del consistorio.

La entidad Puça Espectacles se lleva la organización y gestión logística, la coordinación de los diferentes agentes y el diseño gráfico por 55.853 euros. Las 35 casetas de la feria son alquiladas a un particular por 26.892 euros, que deberá también encargarse del transporte, montaje y desmontaje. De la atención a las empresas se encargará la empresa de inserción Formació i Treball por 9.653 euros, mientras que se contrata también a la cooperativa de inmigrantes Diompcoop para ayudar en el montaje y desmontaje de las casetas por 7.021 euros. Los dos últimos son los denominados contratos reservados.

ELOGIOS A LA ÉPOCA DE COLAU

En las bases del contrato, los responsables del consistorio no escatiman en elogios a la época de Ada Colau como primera munícipe, de tal manera que se arroga los éxitos del último siglo y medio. En las cláusulas técnicas de la licitación, se afirma que Barcelona “cuenta con una larga e intensa historia cooperativa y de economía social y solidaria. Más de 150 años de trayectoria que se vieron reconocidos en el mandato 2015-2019 con la creación de una política pública local, en red con otros municipios, enmarcada en una estrategia de transformación social a medio y largo plazo y enfocada al fomento de la economía social y solidaria”.

No se queda ahí la cosa: resalta que la dirección de Economía Social y Solidaria promueve desde 2016 “políticas socioeconómicas transformadoras a medio y largo plazo, priorizando el apoyo, el refuerzo y la promoción de iniciativas económicas vinculadas al ámbito de la economía social y solidaria, el consumo responsable, la alimentación sostenible, los usos del tiempo y la economía de los cuidados. Al mismo tiempo, desde la Dirección de Servicios se busca reforzar y mejorar las iniciativas existentes y promover los nuevos proyectos, poniendo en el centro de la economía las necesidades y aspiraciones de las personas y colectivos, así como el respeto por el medio ambiente, la sostenibilidad integral (social, económica y ecológica) y el consumo responsable”. Una nueva oda a la estrategia  y a las iniciativas de los comunes.