La formación de Barcelona en Comú se ha quedado sola en la defensa del avance de las superillas en Barcelona. El grupo liderado por Ada Colau se ha quedado solo en el Ayuntamiento en cuanto a la implementación de este modelo urbanístico se refiere.
La oposición en bloque se posicionó favorablemente a frenar la implementación de nuevas superillas y reclamó la realización de estudios que valoren el impacto generado por estas transformaciones. Incluso el PSC, socio de gobierno de los comunes, se unió a esta reivindicación tanto en comisión como en la pasada sesión plenaria municipal.
Aislados pero insistentes, los comunes se han lanzado a defender su modelo mediante una campaña de publicidad institucional y en medios de comunicación con la que pretende convencer del beneficio del modelo a golpe de afirmaciones no demostradas y renders.
50.000 EUROS
El consistorio barcelonés ha dado luz verde al desembolso de 50.812,36 euros para la "Campaña de Comunicación Superilla/Modelo Urbano 2022", una cuantía que ha recaído sobre la compañía Carat España, afincada en Madrid pero con una segunda oficina en la avenida Diagonal de la capital catalana.
El autobombo municipal en defensa de las superillas se ha hecho en forma de publicidad institucional y campañas de comunicación en todo tipo de medios: televisión, prensa, revistas, radio, exteriores y digitales.
A ello se suman otras campañas anteriores, e incluso una web municipal dedicada íntegramente a este modelo. El coste del mantenimiento de esta página se incluye dentro del contrato por valor de 235.868,68 euros a la compañía Whads, en el que se incluyen otros portales que forman parte del Área de Ecología Urbana liderada por Janet Sanz, como los correspondientes a la movilidad en bicicleta y al programa Obrim Carrers.
'SUPERILLA' DEL EIXAMPLE
La superilla del Eixample continúa en el centro de la polémica por las consecuencias que puede tener para la capital catalana. Entre las principales críticas, se encuentra la generación de calles sin tráfico y otras que absorberán toda la circulación o la finalización del uso actual de los chaflanes, en una planificación que supone una ruptura con el plan Cerdà.
A los problemas de movilidad que provocará la medida se suman otros, como la preocupación de las personas con movilidad reducida en cuanto a que se garantice la accesibilidad en la reurbanización de las calles afectadas.
A las numerosas críticas también se han añadido tres denuncias que trataron de frenar el inicio de los trabajos, entre las que se encontró la realizada por el exarquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Joan Antoni Acebillo, pero que no evitaron el comienzo de éstas el pasado verano.
LOS COMUNES SIGUEN ADELANTE
Todo ello no ha frenado las intenciones de los comunes, que ya anunciaron que seguirían adelante con el modelo Superilla Barcelona. La concejal de Urbanismo, Janet Sanz, aseguró tras el pleno municipal del pasado mes de diciembre que esta planificación conllevará un "30% menos de contaminación en Barcelona" y "más ventas para el pequeño comercio en calles pacificadas".
Poco antes, durante la sesión plenaria, Sanz se mostró desafiante y despejó cualquier tipo de duda sobre las intenciones de la formación: “Pueden traer tantas veces como quieran esta propuesta, pero no cambiará la realidad”, afirmó dirigiéndose a los grupos municipales.