La derecha de siempre en Barcelona puede ser decisiva para la suerte del próximo alcalde de la ciudad. Esa aseveración no ha parado de escucharla Daniel Sirera en las últimas semanas, desde que fue elegido como candidato del PP para competir en las próximas elecciones del 28 de mayo. Pero, ¿qué derecha y con qué elementos? El PP ya saboreó esas mieles, en 2011, con la obtención de nueve concejales, con los 14 en aquel momento de CiU, con Xavier Trias de candidato, lo que le posibilitó la alcaldía. Las cosas ahora son diferentes, y hay otros grupos políticos que aspiran a representar esa derecha, como es el caso de Valents, que lidera Eva Parera. En el último momento, como admiten fuentes de los dos partidos, se podría concretar algua operación para no perder ningún voto y ser realmente decisivos en la ciudad.
En 2011, el entonces líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, se mostraba eufórico con esos nueve concejales, con la idea de llegar a acuerdos con Xavier Trias. “El PP decidirá el futuro de Barcelona”, aseguraba tras aquella feliz noche electoral. Ahora la situación es mucho más complicada. En las últimas encuestas, el PP pasa con cierta holgura del 5% necesario para tener representación, pero eso dependerá también del nivel de participación. En el último minuto, en las elecciones de 2019, el candidato del PP –después denigrado—Josep Bou, logró pasar esa frontera por la mínima y dejó a la CUP sin representación en el consistorio. Eso puede ocurrir en 2023 en sentido opuesto.
¿Qué hacer? Valents, el partido nacido a partir del grupo municipal de Barcelona pel Canvi de Manuel Valls, tras desgajarse de Ciudadanos –la lista original en 2019—recibe cada semana a algún concejal de Cs, o de listas de independientes en distintos pueblos y ciudades, que se suman al proyecto que dirige Parera. Ésta, exdirigente de CiU, que fue en las listas del PP al Parlament de Catalunya, como número tres por detrás de Alejandro Fernández, busca ahora un acercamiento con el PP de Daniel Sirera para afianzar esa derecha en Barcelona, que se declara constitucionalista. Parera y Sirera se conocen bien. Colaboraron como miembros del Consell Audiovisual de Catalunya (CAC), y guardan una buena relación. Y hay un elemento en común que los puede unir, y que puede ser decisivo: Joan López Alegre –exdiputado del PP en Parlament, que fue el número dos de la lista del PP en Cataluña en las elecciones generales de abril de 2019. López Alegre, ahora en Valents, y tertuliano en Rac1, es amigo de Sirera. ¿Quién podrá influir más entre ellos dos?
¿APOYAR A COLLBONI?
El espacio político es el mismo, pero, como ocurre siempre, las cuestiones personales serán determinantes. Parera ha buscado en los últimos meses una complicidad en Madrid con la dirección nacional del PP. Entiende que esos dos espacios se deberían encontrar, con ella como cartel electoral, al considerar que el PP sigue teniendo grandes dificultades para establecerse como una fuerza política autónoma y con fuerza en Cataluña. Pero el PP quiere ahora hacer respetar con toda contundencia sus propias siglas, en un momento de auge, con Alberto Nuñez Feijóo, que tiene todos los números –según las últimas encuestas—para lograr el poder en la Moncloa.
La operación, que podría pasar por una candidatura conjunta, aunque se mantendrían las siglas de las dos formaciones, solo tiene posibilidades de realizarse si llega justo antes de las elecciones, con una guerra de nervios previa entre los distintos dirigentes. Parera todavía no ha probado la suerte en unas elecciones. En 2019 lo hizo dentro de la lista que encabezó Manuel Valls. Y ella, desde el consistorio y tras la marcha del ex primer ministro de Francia, se ha hecho fuerte en el consistorio llegando a acuerdos con el gobierno municipal de Ada Colau. Su intención, resuelta, para nada improvisada, es que esos apoyos beneficien a los socialistas, que cogobiernan con Colau. De hecho, la operación que permitió a Colau ser alcaldesa lo que buscaba era “permitir a los socialistas que gobernasen”, según las fuentes consultadas. Valls consideró que era mejor que el PSC de Jaume Colboni estuviera en el equipo de gobierno municipal antes de que el republicano Ernest Maragall fuera alcalde.
EL TODO O NADA DEL PP
Y ese es otro de los problemas centrales de la operación del PP con Valents. ¿Servirían los cuatro o cinco concejales que pueda conseguir esa candidatura para elegir como alcalde al socialista Jaume Collboni a pocos meses de las elecciones generales? Parera lo tiene claro. Apuesta por el PSC, para dejar a Colau en la estacada. Para Daniel Sirera las cosas son más complicadas, aunque señala, como apuntó en Metrópoli, que no tomará decisiones esperando la orden de Madrid: “Mis jefes serán los votantes de Barcelona”, señala.
Lo que prima en el PP, ahora, es que el pacto debe ser entre el PP y “los electores de Valents o de otras fuerzas políticas”. Es decir, que se buscará el todo o nada, para que esa derecha en Barcelona sepa y se incline por una sola fuerza: el PP. Pero el peligro de no pasar esa barrera del 5% es muy real, en tanto Valents dispute unos miles de votos al partido de Feijóo y Alejandro Fernández. Y todos con la intención de que Vox no obtenga representación.
Valents exhibe ahora su enorme actividad, desde el Ayuntamiento, y que tendrá los derechos electorales de Barcelona pel Canvi durante la campaña electoral. Entre las dos formaciones hay amigos en común, formas similares de entender la política y un programa político similar. Esos amigos comunes, como López Alegre, intentarán aproximar posiciones.
Mientras, quien cree que puede avanzar y buscar parte de esa bolsa es Xavier Trias, dispuesto, pese a las contradicciones que ofrece su partido, Junts per Catalunya, con Carles Puigdemont por detrás, a ser el gran representante de la “centralidad” en Barcelona, que es el espacio que permite ganar de forma clara las elecciones.