La candidata de los comunes a la alcaldía de Barcelona, Ada Colau, está convencida de que su partido tiene un "modelo" para la ciudad y que se ha podido demostrar, a su juicio, en este último mandato. Sin un ápice de autocrítica, Colau, en un acto en el Col·legi de Periodistes, ha abrazado grandes proyectos para la ciudad, los que impulsó su socio de gobierno, el PSC, como la Copa América de Vela, o la Vuelta Ciclista de España, y ha rechazado otras inversiones, con un mensaje nada ambigüo: "Haremos la vida imposible a los inversores, a los fondos buitre, que quieran venir a Barcelona, ya se los pueden quedar", ha zanjado con contundencia.

Con un discurso en el que Colau ha destacado el urbanismo táctico de los comunes, con reformas como la superilla en el Eixample, la alcaldesa ha insistido en que la ciudad debe "elegir" los grandes acontecimientos que se presenten, y que no está dispuesta a determinadas inversiones "especulativas". Una de ellas, a su juicio, es la del Hermitage, que, finalmente, quedó frustrada y que está sujeta a un proceso judicial. El modelo alternativo es la Copa América de Vela, que es uno de los acontecimientos deportivos más elitistas del mundo, y que se celebrará en 2024, gracias a una gestión público-privada, con un papel determinante del PSC, con el ex primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, y por el lobi empresarial Barcelona Global. Ser la sede de la Copa América de Vela creó un gran malestar en el seno de los comunes. Ahora, para Ada Colau, es su modelo. 

La candidata de los comunes, Ada Colau, en el Col·legi de Periodistes / MA

El objetivo, como fue desde el primer momento de su mandato, es la inversión en vivienda. Para Colau lo que se debe impedir es la llegada de fondos de inversión, que ella ha calificado de "buitres", y que buscan, a su juicio, el máximo beneficio. Un caso es, para Colau, la Casa Orsola, en el Eixample. La líder de los comunes ha señalado que el municipio ha comprado "hasta 47 edificios, y dos de ellos recientemente en la calle Consell de Cent, para que no suceda lo que ha pasado en la Casa Orsola".

Colau ha insistido en que el objetivo debe ser el de "pacificar" toda la ciudad, y que las obras en el Eixample, con la llamada superilla, son el ejemplo. La candidata de los comunes solo ha asumido una cierta autocrítica sobre el ritmo de esas obras, al entender que pudieran ser cuestionadas por esa razón. Pero ha insistido en que la prioridad "es reducir la contaminación" en toda la ciudad".

El modelo, con idea de que los comunes lo tienen, según Colau, se mantiene firme. A juicio de Colau "Barcelona ha ganado con la regulación del turismo", y ha señalado que ha tenido al lado al sector hotelero por reducir los pisos turísticos, por limitar el funcionamiento de Airbnb, y por un nuevo plan que ha impedido la llegada de inversiones en nuevos hoteles. En ese sentido no se ha mostrado contrariada al hecho de que la ciudad perdiera la inversión de un hotel de la firma Four Seasons, y que en su lugar se haya construido en el mismo edificio que había elegido la empresa hotelera pisos de lujo que se venden a precios millonarios, el último a 40 millones de euros. "Insistito, Barcelona gana con la regulación turística", ha zanjado Colau.

COMPRA DE EDIFICIOS EN LA SUPERILLA

El ‘producto’ de los comunes, desde el primer día en el consistorio de Barcelona, ha sido la vivienda pública, pero con resultados inciertos, al frenar, inicialmente, un plan del Área Metropolitana de Barcelona, que contaba con la colaboración del sector privado. Ahora, a pocos meses de las elecciones, Colau ha anunciado la compra de dos fincas en la superilla del Eixample, en Consell de Cent y en la calle Villarroel, y cuentan con una inversión de 2,2 y 5,6 millones de euros respectivamente, lo que incluye la compra y la rehabilitación, y que supone, según los comunes, un ahorro del 27% respecto a la media del mercado en ambos casos.

El acto de Colau, en el Col·legi de Periodistes, le ha servido a la candidata de los comunes para pedir a la Generalitat que realice un mayor esfuerzo en la inversión en vivienda. “Si nosotros hemos comprado 47 fincas, ¿cómo no puede hacerlo la Generalitat?”, ha insistido Colau.

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