Un contratiempo que puede ser importante. Xavier Trias, el alcaldable de JxCat por Barcelona, que ha buscado diluir esas siglas con su propia persona, y con la idea de que es necesario un cambio en la ciudad a partir de que gente muy plural comparta ese objetivo, “una candidatura que va mucho más allá de Junts”, ha visto cómo su campaña se puede torcer tras el regreso desde el ‘exilio’ de la exconsejera de la Generalitat, Clara Ponsatí. Con la boca pequeña, y sabiendo lo que puede pasar a partir de ahora, Trias dejó en su cuenta de Twitter y un lacónico: “Bienvenida, consellera Ponsatí. Bienvendia a Barcelona, bienvenida a tu casa”.

Trias presentó su candidatura con el deseo de que la causa independentista no estuviera en el centro de la campaña electoral en Barcelona. Y, a pesar de que en todos los foros a los que asiste señala que él es “independentista” y que tiene “una muy buena relación con Carles Puigdemont”, su intención es la de lograr, en torno a su persona, una mayoría de barceloneses que tengan un solo objetivo: conseguir que la alcaldesa Ada Colau deje de serlo en la noche del 28 de mayo, cuando se celebran las elecciones.

TURULL Y BORRÀS, A LA CONFRONTACIÓN

El regreso de Ponsatí, sin embargo, promete ahora una primavera caliente. Para anunciarlo se encargaron los propios dirigentes del partido de Trias, JxCat. Tanto Jordi Turull como Laura Borràs –que está sujeta a una causa judicial, con una sentencia que puede ser inmediata y que puede encender más la causa independentista— mostraron su alegría por la llegada de la exconsejera desde el “exilio”. El tono de Turull, por ejemplo, fue de confrontación: “Instamos al Estado a respetar la inmunidad que tiene y a no emprender ninguna actuación que impida su libertad. Si España pretende ser una democracia plena ahora tiene la oportunidad”.

Xavier Trias, en el acto en el que ha proclamado su candidatura, con JxCat / JXCAT

Borràs se dedicó a cargar contra España, al conocer que Ponsatí había sido detenida por los Mossos, a su llegada a Barcelona. “España demuestra, una vez más, su gran respeto por las instituciones democráticas y europeas”, ironizó tras esa decisión, que se tomó en cumplimiento de las órdenes de la Justicia española.

TRIAS DEBERÁ MOJARSE

Todo el movimiento independentista reaccionó, con concentraciones ante la Ciutat de la Justícia, y con declaraciones de dirigentes y de entidades soberanistas, desde la ANC hasta Òmnium Cultural. En las próximas semanas ese ambiente cabalgará con la campaña electoral de las municipales, y Trias deberá tomar partido. Era una de las posibilidades con las que contaban los partidos constitucionalistas en Barcelona, que han señalado en los últimos días las "contradicciones" en la que podía caer el que fuera alcalde de Barcelona entre 2011 y 2015.

Tanto Trias como Ernest Maragall estarán ahora pendientes de las indicaciones de sus partidos para gestionar ese retorno de Ponsatí y las consecuencias que puede tener también para los todavía “exiliados” Carles Puigdemont y Antoni Comín, los dos en las filas de JxCat.

¿Es lo que deseaba Trias? Según fuentes del partido lo que se busca es lograr un amplio apoyo para conseguir un cambio en Barcelona, sin que ello implicara renunciar a una base independentista, todavía fuerte en la capital catalana. Pero, al mismo tiempo, se quiere llegar a capas sociales que no quieren saber nada del proceso independentista, y que, de hecho, culpan al movimiento y a todo lo que sucedió en octubre de 2017, del deterioro de Barcelona. Trias lo pudo escuchar en el Círculo Ecuestre la pasada semana, cuando muchas de las preguntas que recibió hacían referencia a su posición respecto a Carles Puigdemont o Laura Borràs. La percepción clara que extrajo Trias es que sus políticas gustan, su talante también, pero se destesta a JxCat, que ahora tendrá en Clara Ponsatí a una de sus banderas, en la pugna que mantiene sin descanso con Esquerra Republicana.

CAMBIO DE CLIMA

Aunque Puigdemont prometió a Trias que podía hacer y deshacer en su campaña electoral, el movimiento de Ponsatí, instigado por el propio ex pesidente de la Generalitat, --porque él podría hacer lo mismo en función de lo que pase con ella—el independentismo buscará gestos por parte de los alcaldables de Barcelona. Y las concentraciones en la capital catalana serán constantes, a partir de ahora, aunque la situación de la ex consejera no supondrá, en ningún caso, su entrada en prisión. Pero el clima cambia. Se podrá hablar de gestión de la ciudad, pero “también sobre qué hacer con los ‘exiliados’”, señalan fuentes municipales, a partir del cambio legal que propiciaron el Gobierno de Pedro Sánchez y Esquerrra Republicana, que anuló la pena de sedición.

En las redes sociales se ha recordado en las últimas horas cómo Trias apoyó al movimiento, --con fotos con independentistas radicales-- con la idea de que ahora debería secundar cualquier iniciativa que haga resurgir el independentismo en la capital catalana. 

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