Con contundencia, sin medias tintas. El adversario de Esquerra Republicana en Barcelona y en toda el área metropolitana es el PSC, aunque los socialistas hayan aprobado el presupuesto de la Generalitat, con lo que Pere Aragonès dispondrá, como mínimo de un año más como president. Los malos resultados de Ernest Maragall en las encuestas, en su lucha por la alcaldía de Barcelona, y los malos presagios de figuras como Gabriel Rufián en Santa Coloma de Gramenet, ha llevado a la dirección de ERC a cargar duramente con la exhibición de uno de sus grandes referentes, Marta Rovira.
La prueba de carga la manifestó el mismo Maragall en el último debate televisivo, en Betevé, al despreciar al PSC. “Ni es socialista ni es catalanista, y por esa razón me fui, porque solo obedece órdenes del amo”, que identifica con el PSOE. Marta Rovira, que sigue en Suiza, pese a que podría volver a Barcelona tras los cambios legislativos que adoptó el Gobierno de Pedro Sánchez con la reforma del delito de malversación y la eliminación del delito de sedición, ha recuperado la vieja acusación de sucursalismo hacia el PSC.
¿Qué ocurre? Hasta ahora Esquerra quería protagonizar una campaña muy centrada en el modelo socio-económico de Maragall para Barcelona. Con las encuestas a favor hasta que Xavier Trias anunció su candidatura, los republicanos estaban convencidos de que la alcaldía caería como fruta madura. Y ahora se ven en la tesitura de luchar contra lo que consideran una amenaza muy real: la colaboración que puedan iniciar los socialistas con los exconvergentes. Eso podría ser letal en el ámbito municipal y en el conjunto de la política catalana.
La reacción llega con dos destinatarios, los socialistas, de forma directa, y la lista de Xavier Trias para la alcaldía de Barcelona. En un flanco Marta Rovira, en el otro Oriol Junqueras, que carga contra JxCat por contar con dirigentes que se bajaron del autobús en el verano de 2017, antes del referéndum de independencia de octubre de 2017, en alusión a la número dos de Trias, Neus Munté.
LOS COMUNES MIMAN A ERC
Pero la carga es contra los socialistas. “La única manera de proteger a la ciudadanía y a los ayuntamientos es que no haya votos para el PSC”, reclamó Rovira a través de un vídeo en las redes sociales de Esquerra. Y, según Junqueras, cada voto que va al PSC sirve para que la Moncloa “prive de recursos a los ayuntamientos”.
Los nervios en Esquerra han aflorado al percibir, a través de las distintas encuestas, que el pulso que había planteado al PSC en Barcelona y en el área metropolitana lo está perdiendo. La joya de la corona, en todo caso, es el Ayuntamiento de Barcelona. Si Jaume Collboni logra la alcaldía, eso lo determinará todo, también la situación de Pere Aragonès al frente de la Generalitat.
Los comunes, además, alientan que ERC marque todas las distancias posibles con los socialistas, a pesar de que Ada Colau presume de que ha contado con el apoyo “progresista” tanto del PSC como los republicanos, con la idea de repetir esa experiencia en el próximo mandato. En el debate de este lunes en Betevé, Colau alabó el papel del consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, por mantener ahora una buena relación con el Ayuntamiento, con una mayor atención a la ciudad por parte de los Mossos d’Esquadra. Eso gustó a Maragall, que no forzó la máquina, en ningún momento, frente a los comunes.
El hecho es que los republicanos consideran tan nocivo que pueda ganar Collboni, que tachan a todos los adversarios por ser posibles socios de los socialistas. Rovira, en un acto de ERC, y conectada desde una pantalla telemática, lo define sin complejos: “Votar a Trias es votar a los socialistas, votar a Colau es hacer exactamente lo mismo: entregar el poder a Valls, que forma parte de las élites”, en referencia al ex primer ministro francés que se decantó en 2019 por la candidata de los comunes y dejó a Maragall en la estacada, aunque había ganado las elecciones, por unos miles de votos.