Ada Colau cesa como alcaldesa en pocos días, pero deja algunas cosas atadas y bien atadas. Entre ellas, la adjudicación hasta el año 2027 (o sea, durante todo el mandato que ahora comienza) del mantenimiento del mobiliario urbano de la ciudad de Barcelona. Se trata de un contrato de dos millones de euros que ha ido a parar a la compañía Constraula, una de las constructoras mimadas por el Ayuntamiento de los comunes. Esta empresa se integra dentro del grupo industrial Acsa-Sorigué, una multinacional que encabeza el empresario Julio Sorigué.
El contrato se adjudicó el pasado 18 de mayo, 10 días antes de las elecciones municipales. ¿Por qué y para qué se formaliza el contrato en estos momentos? Un informe justificativo elaborado por técnicos municipales explica que el objeto del encargo es "el mantenimiento del mobiliario urbano de la ciudad de Barcelona. Contempla actuaciones derivadas de urgencia en el espacio público por razones de alborotos, manifestaciones incívicas y otras situaciones de alteraciones del orden público que afecten al mobiliario urbano y que hagan necesarias intervenciones no incluidas en el mantenimiento ordinario del mobiliario urbano". Se trata, pues, de un suplemento al margen de los abultados contratos anuales que ya paga el propio consistorio.
INVENTARIO DEL MOBILIARIO
Según un documento que relaciona el inventario del mobiliario urbano de Barcelona, los principales elementos que se han de reparar o preservar son bancos (tanto de madera como de metal o de piedra), las pilonas, los protectores de los kioscos, los pasamanos, los juegos de los parques infantiles, las barreras de seguridad o las rejillas, entre otros. En la ciudad existen, por ejemplo, más de 26.000 bancos y más de 106.000 pilonas, así como más de 7.500 elementos protectores de kioscos o 18.000 elementos de parques infantiles.
Tanto material obliga, según los responsables municipales, a mantener siempre al día las reparaciones. En el año 2022 se repararon 113 bancos y sillas (un número que en el 2021 había subido a 300, pero que en 2019, el año durante el que hubo graves incidentes en las calles de Barcelona, se dispararon hasta los 507). Las reparaciones de barandillas y barreras de protección también bajaron significativamente: si en 2020 hubo que hacer reparaciones o sustituciones en 235, en el 2021 el número bajó a 113 y el pasado año se quedó en 81. Los números de mojones reparados o sustituidos bajó en esos ejercicios también de 1.863 a 1.102 para quedar el año pasado en 374.
SEIS EMPRESAS INTERESADAS
El pliego de prescripciones técnicas, no obstante, añade a todos esos elementos la vegetación. “El adjudicatario deberá velar por la conservación y protección del arbolado y especies vegetales que puedan estar temporalmente dentro de la zona de influencia de cada una de sus actuaciones y obras, estableciendo las medidas necesarias y especialmente en aplicación del decálogo de protección del arbolado en las obras que se establece en el Plan de Gestión del Arbolado Viario en Barcelona”, dice el pliego.
Se da la casualidad de que al concurso acudieron seis empresas: Constraula quedó en primer lugar y se llevó el gato al agua, pero la segunda en puntuación fue Acsa Obras e Infraestructuras, otra empresa del mismo grupo. Una de las contendientes, Urbatec, fue descartada por baja temeraria. En la justificación de su propuesta, esta última compañía argumentó que debido a su alto volumen de trabajo en Barcelona podía rentabilizar los equipos que tenía desplegados territorialmente, además detener acuerdos marco con proveedores y subcontratistas locales que les permiten ajustar costes. También argüía la disminución de los gastos generales y el beneficio industrial. Los técnicos municipales, sin embargo, rechazaron las argumentaciones señalando que “no demuestran la viabilidad de la baja realizada”. Y subrayaban que “los porcentajes determinados de gastos generales y beneficio industrial, del 7% y 2% respectivamente, en lugar del 13% y el 6% indicados en el pliego se consideran poco realistas en la práctica, dada la duración del contrato de cuatro años”.
UN CHORRO DE CONTRATOS
Una vez descartada la oferta de Rubatec, el camino se le allanó a Constraula, aunque no fue la oferta más barata: su más directa competidora sacó mayor puntuación en el presupuesto económico, pero los técnicos le restaron muchos puntos en el capítulo dos, que hacía referencia a la experiencia profesional del equipo asignado al contrato, por lo que la empresa de Sorigué pudo llevarse sin problemas el millonario encargo.
Desde inicios del 2022, Constraula ha tenido alrededor de una cincuentena de contratos menores del Ayuntamiento o de sus organismos, además de haber ganado otros suculentos concursos, no en vano es una de las compañías que más obras ejecuta. Sólo del Consorci d’Educació de Barcelona se ha embolsado unos dos millones de euros. Además, se hizo con contratos licitados directamente por las gerencias municipales, como la construcción de una pista deportiva en el Besòs, que se supuso casi un millón de euros. Las obras de reforma de los espacios infantiles de la biblioteca de Nou Barris le supusieron más de 360.000 euros.
El próximo alcalde, pues, se encontrará con el trabajo hecho: las obras de mantenimiento de todo el mobiliario urbano de la ciudad ya tienen dueño durante todo su mandato, una herencia que se podría calificar de envenenada, ya que la adjudicación fue materializada en plena campaña electoral municipal.