Collboni será alcalde de Barcelona con los votos del PP si Colau se va
Los socialistas esperan que los comunes asuman la disyuntiva, "o Trias o Collboni", mientras la dirección del PP presiona para que no haya un alcalde independentista en la segunda ciudad de España
15 junio, 2023 23:55Noticias relacionadas
La dirección nacional del PP ha interiorizado en los últimos días lo que puede suponer que la segunda ciudad de España, Barcelona, tenga un alcalde independentista, con dos fuerzas políticas remando a favor de la causa, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. El presidente del PP, Alberto Nuñez Feijóo, ha estado en contacto directo con Daniel Sirera, el alcaldable popular por Barcelona, y con Alejandro Fernández, el presidente del partido en Catalunya. Y el ‘consejo’ ha sido claro: mejor el socialista Jaume Collboni que Xavier Trias, ayer un respetable dirigente de Convergència, hoy un candidato que reclama su autonomía, pero rodeado de ‘maduros turcos’ que compiten con Esquerra por mantener la llama independentista. Y Collboni podría ser alcalde, pero siempre que Ada Colau deje el consistorio y los comunes entiendan “lo que se juega realmente”, según fuentes socialistas.
La presión de determinadas personas que Nuñez Feijóo escucha con atención ha sido decisiva. Uno de ellos es el periodista Arcadi Espada, que ha reflejado en El Mundo que el PP no debería actuar con frivolidad en Barcelona. No puede ser lo mismo, señala, Trias que Collboni, porque la importancia de Barcelona es mayúscula: “El hecho de que Barcelona tenga un alcalde independentista no es un asunto menor ni en lo práctico ni en lo simbólico, como cualquiera puede suponer. Cataluña es Barcelona y su jardín”, señalaba en El Mundo.
El PP ha asumido ese esquema, pero necesita gestos claros del PSC, que Jaume Collboni no ha podido ofrecer todavía. El más importante es dejar a un lado a Ada Colau del conjunto de la operación, y buscar, sí, un acuerdo discreto con los comunes, que pase por un gobierno municipal “sensato”, como lo verbalizó este jueves Alejandro Fernández. El PP es consciente –aunque jugó a un imposible hace unos días—que Collboni, con diez concejales, no podría gobernar sin el concurso de los comunes, y que, de hecho, no podrá ser alcalde en la votación de este sábado si no reúne los nueve concejales de la formación de Colau. Pero se insiste en esa sensibilidad a la hora de formar un equipo de gobierno sólido y eficaz, que no repita los errores y las acciones sectarias del pasado mandato.
¿Los tiene Collboni esos nueve concejales? Todavía no. Y, tal vez, no los alcance a tener. Su comparecencia en la sede del PSC este jueves, con un discurso directo y duro, con la disyuntiva “O Trias o Collboni”, fue contestado casi al minuto por Jordi Martí, la mano derecha de Colau. Los comunes señalan que los socialistas no han querido saber nada de ellos y que no desean que el PP les preste sus votos, a diferencia de la actitud que mantuvieron en 2019 cuando se mostraron encantados con los votos de Manuel Valls. La clave, como apuntan dirigentes socialistas tras el acto de Collboni, “es que Colau no presente su candidatura, porque, en caso de que falle el PP, se reunirían 19 votos, por los 11 de Trias y los cinco de ERC, es decir, sería un 16 contra 19, por lo que Trias entendería que tiene una oposición importante desde el primer minuto”.
Pero Martí dio a entender que los comunes se votarán a ellos mismos. Y toda la operación quedaría frustrada. Horas más tarde, era Xavier Trias quien deslizaba un acuerdo con ERC, circunscrito a su investidura, pero con el deseo de llegar a un pacto de gobierno, con una cláusula complicada para el alcaldable de JxCat: a propuesta de ERC se pide que durante todo el mandato no se deje entrar en el equipo de gobierno al PSC. Toda una declaración de intenciones que muestra la animadversión de Ernest Maragall contra sus anteriores compañeros de partido, del PSC.
Trias no desea esa cláusula para nada. Sus intenciones pasan por un acuerdo estable con los socialistas, pero ese momento todavía no ha llegado. Lo que está en juego es la investidura, y Collboni mantiene sus opciones, impulsado por la convicción del PP de que debería ser útil en Barcelona y en el conjunto de Catalunya, con políticas más atrevidas. Una de ellas, --la que más justo antes de unas elecciones generales—es hacer alcalde a un socialista. “No me causa placer”, admitió Alejandro Fernández, pero consciente de que se trata de un candidato de un partido constitucionalista, y que permitir el paso de Trias podría ser utilizado por Vox, y penalizado por muchos electores del propio PP que recuerdan la responsabilidad de Junts per Catalunya en los últimos años, con el proceso independentista que costó la marcha de miles de empresas de Catalunya, al entender que se había perdido la seguridad jurídica, y que no han vuelto.
Los comunes tienen en las próximas horas toda la responsabilidad, y, en concreto, Ada Colau, que ya se despidió del pleno del Ayuntamiento, asegurando que tenía claro que no lo presidiría en más ocasiones, porque no repetirá como alcaldesa. Pero los comunes se resisten –ahora—a que Colau abandone el barco. Y este mismo viernes presentarán la lista para las elecciones generales, que podría haber estado liderada por Colau, como cabeza de lista por Barcelona de Sumar.
Esas desavenencias podrían allanar, ya definitivamente, la alcaldía a Xavier Trias, aunque en los próximos meses se pudiera orquestar alguna moción de censura, aprovechando la negociación de los primeros presupuestos de Trias, a mediados de octubre.