La victoria en las elecciones garantizaba a Jaume Collboni la vara de alcalde, con distintas posibilidades para lograr un socio de gobierno, a derecha e izquierda. Quedar por detrás de Xavier Trias, en cambio, lo ha imposiblitado por completo. La negativa de los comunes a votar al socialista Collboni, con el posible acuerdo del PSC con el PP para que aportara los dos concejales que necesitaba, deja el campo abierto para que en la tarde de este sábado el veterano dirigente de Convergència Democràtica, Xavier Trias, sea el nuevo alcalde de Barcelona.
El partido de Ada Colau, que es también o, principalmente, un movimiento que sólo se ha unido gracias a su figura, no podía renunciar a ella –esa era la condición del PP, desde Nuñez Feijóo a Daniel Sirera, pasando por Alejandro Fernández— y se ha conjurado para no avalar la candidatura de Collboni. Los comunes se votarán a ellos mismos, con lo que el PSC no conseguirá una cuestión para nada menor: presentar sus diez concejales, junto con los nueve de los comunes, frente a los once de JxCat y los cinco de ERC. Es decir, 19 contra 16, aunque el alcalde sea Trias, por ser el jefe de filas de la lista más votada. Dirigentes del PSC de Barcelona señalan que esa imagen era muy necesaria, y, si en las horas previas no hay una rectificación, no se producirá.
La mano derecha de Colau en los comunes, Jordi Martí, lo ha dejado claro en las últimas horas: el partido no votará a Collboni, si éste ha pactado con el PP. Y el PP insiste en lo que era un imposible desde el primer momento: apoyo a cambio de que Collboni prescindiera de los comunes para gobernar. Aunque quisiera, primero debía reunir 21 concejales, por lo que los nueve de Colau eran imprescindibles. Esos reparos, en todo caso, no los tuvo Colau en 2019, cuando fue el PSC el que impulsó una operación para que Manuel Valls se inclinara por ella y no por el republicano Ernest Maragall, que había ganado los comicios.
El hecho es que Xavier Trias será alcalde, y contará con el apoyo del republicano Ernest Maragall, que tiene la idea de ser primer teniente de alcalde en el nuevo gobierno municipal, aunque el alcaldable de JxCat no tenía mucho interés en esa cuestión. Esquerra, pese a todo, tendrá dos tenencias de alcaldía. Los dos partidos, JxCat y ERC someten a su militancia en las próximas horas el acuerdo de investidura y piden el aval para ir más allá y negociar la formación de un gobierno municipal. Para el republicano Maragall, que ha votado casi todas las cuestiones vitales del último mandato con los comunes y el PSC, no supone ningún problema ahora abrazar al partido de Carles Puigdemont.
Los socialistas intentaban en las últimas horas inyectar más presión en los comunes con un argumento factual: Colau nació como una dirigente con posibilidades de lograr la alcaldía como reacción a Xavier Trias y a su mandato como alcalde entre 2011 y 2015. Pero ahora permitirá que vuelva a tomar la vara de mando: “No se entendería que quien nació para hacer frente a Xavier Trias en 2015 acabe su mandato haciéndolo alcalde”, señaló la concejal socialista Laia Bonet, responsable de las negociaciones en los últimos días.
Tampoco es coherente el apoyo a Trias en el caso de Ernest Maragall, que se pasó buena parte de su carrera política como dirigente del PSC, en el Ayuntamiento, con un discurso siempre muy crítico con Convergència Democràtica. Sin embargo, en su última etapa política busca ser el teniente de alcalde de Trias, uno de los más fieles dirigentes que tuvo nunca Jordi Pujol.
LA LISTA MÁS VOTADA
Esos son los hechos. La victoria en las elecciones de Xavier Trias, con once concejales, surgido en los últimos meses como el antídoto para acabar con los mandatos de Ada Colau en Barcelona –arrasó en los distritos más acomodados de Barcelona, cuyos electores no querían saber nada de Colau ni de los comunes—le aseguraba la alcaldía, ante la imposibilidad del resto de partidos de trazar una alianza que sume 21 concejales. Esa es la ley: es alcalde el líder de la lista más votada.
¿Pero, podrá Xavier Trias acabar el mandato que puede iniciar este sábado? Esa es otra cuestión. La convocatoria de las elecciones generales para el 23 de julio cambió de forma notable la posición de todos los partidos. Pero una vez se conozca el nuevo equilibrio de fuerzas, Trias podría ser objeto de una moción de censura. O él mismo podría someterse a una moción de confianza para tratar de aprobar sus primeros presupuestos, algo que ya experimentó en su etapa de alcalde, con los presupuestos de 2014. Entonces la oposición no pudo reunir esos 21 concejales.
Lo que pretende Trias es un gobierno municipal con el PSC. Los socialistas, siendo segundos en las elecciones, no han querido –por ahora—iniciar unas negociaciones serias en esa dirección. Pero no se descarta para los próximos meses, máxime ahora, después de comprobar que los comunes han preferido a Trias como alcalde.
Xavier Trias, en todo caso, se ha negado a la pretensión de Maragall de incluir en las negociaciones para formar el gobierno municipal una cláusula para impedir que entre en el ejecutivo local el PSC.