El rostro del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, no ofrecía dudas. “Sí, Javier Burón será asesor en vivienda”. El que fuera gerente de Vivienda con Ada Colau, el responsable de una de las políticas más cuestionadas de la líder de los comunes, había sido ‘fichado’ por Collboni como asesor 2 (categoría en el escalafón municipal) adscrito a la alcaldía, pero, finalmente, se le colocaba en el área de Vivienda que dirigirá la primera teniente de alcalde, Laia Bonet. La cuestión es que el propio Burón renunciaba al cargo, minutos después de que lo verbalizara Collboni. Y de la seguridad del alcalde se pasó, en el equipo de gobierno, a la perplejidad, aunque la renuncia se explica por la estrategia que sigue el partido de Colau. ¿Cuál?

Colau, que dejará en manos de su organización su propio futuro en el grupo municipal de los comunes, ha insistido en que desea un acuerdo con el PSC, pero en el que también figure Esquerra Republicana. Fuentes conocedoras de los entresijos de los comunes, señala que la gran sorpresa en la votación de investidura no fue la decisión del PP, sino la de los propios comunes, que siempre toman decisiones a partir de acuerdos “muy bien trabajados”. Colau ofreció sus votos a Collboni, sin pedir nada a cambio, --oficialmente—y asumiendo las exigencias del PP: no entrar en el gobierno del PSC. ¿Podía haber hecho otra cosa el partido de la exalcaldesa?

Lo que está en juego ahora, según las mismas fuentes, es cómo participar en ese gobierno municipal, cuando se conozcan los resultados de las elecciones generales del 23 de julio. La insistencia de los comunes en que participe también ERC obedece a la voluntad de que el PSC vea su poder muy condicionado, con áreas específicas para cada partido. Sería un retorno a los tripartitos que gobernaron la Generalitat, y que acabaron con fuertes enfrentamientos.

Jordi Valls, Laia Bonet, Jaume Collboni y Maria Eugènia Gay, en el Ayuntamiento de Barcelona / EP

El ‘fichaje’ de Burón, que atesora una larga trayectoria profesional –trabajó con el gobierno vasco—podía invalidar esa estrategia de los comunes, que lo que desean –si llega el caso—es negociar en bloque su entrada en el gobierno municipal, con áreas específicas. Burón se ha visto condicionado por esa estrategia, porque había aceptado el ofrecimiento de Collboni.

En la misma mañana de este jueves, antes de que Collboni explicara los nombramientos y el esquema central del equipo de gobierno, y ante la posibilidad de que el alcalde fuera preguntado por ese ‘fichaje’, Burón dio muestras de que aguantaba la presión, y entendía que esas preguntas podían ser lógica. “Sí, acepto”, señalan las fuentes consultadas, en relación con la respuesta del ex gerente de Vivienda. Y por eso Collboni afirmaba con rotundidad que iba a ser asesor en esa materia, adscrito a la tenencia de alcaldía que dirige Laia Bonet.

La lectura ‘oficial’ de los comunes es que ha sido el propio Burón el que ha renunciado, pero había dado su consentimiento a Collboni, según las fuentes consultadas del consistorio.

¿GOBERNAR CON JXCAT?

Los comunes esperan con ansiedad los resultados de las elecciones generales para buscar una salida en el Ayuntamiento. En paralelo, Collboni ha dejado claro que ve “plausible” un acuerdo con Junts per Catalunya, que, sin embargo, se ha cerrado –por ahora—en banda frente a los socialistas. El enojo de Xavier Trias todavía es enorme, por el pacto que le impidió la alcaldía. Y su partido también ha rechazado el ofrecimiento del PSC para gobernar la Diputación de Barcelona.

Los socialistas esperan esos resultados, que pueden marcar también el propio futuro de Colau, de Trias y del republicano Ernest Maragall, que se ha presentado como candidato al Senado.

Collboni tiene claro que no podrá gobernar con sólo diez concejales, y que necesita un socio. Puede gobernar en solitario con los nombramientos que ha realizado, basándose en gerentes de área y de ocho comisionados, que dependerán de las cuatro tenencias de alcaldía. Pero sabe que la estabilidad sólo la logrará con el concurso de otro partido. Con JxCat alcanzaría la mayoría de 21 concejales. Con los comunes, que tienen nueve ediles, precisaría de algún apoyo más, aunque la estabilidad ya estaría garantizada.

El caso Burón, en todo caso, evidencia la estrategia de los comunes. Que nadie se mueva, y la espera de si se abre la puerta para un gobierno en el que el precio a Collboni sea alto. Burón, por ahora, no será asesor del equipo del PSC.

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