Damià Calvet (JxCat), Janet Sanz (BeC), Elisenda Alamany (ERC) y Jordi Valls (PSC) serán los nuevos vicepresidentes del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para el mandato 2023-2027 que empieza este jueves, con la constitución del organismo supramunicipal.
Cada uno de ellos se responsabilizará de una vicepresidencia con área propia asignada, un reparto que llega después de que PSC, JxCat, ERC y los comunes firmarán este martes un acuerdo para gobernar la administración metropolitana, que incluye un pacto con el PP para integrarlo en el área institucional. Esa ha sido la voluntad de los socialistas, que no lo necesitaban, porque tienen mayoría absoluta en el ente local. El vicepresidente ejecutivo, Antonio Balmón, alcalde de Cornellà, ha liderado las negociaciones.
RESPONSABILIDADES COMPARTIDAS
Calvet --exconseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat-- liderará la vicepresidencia de Políticas Urbanísticas, y Sanz --exteniente del Ayuntamiento de Barcelona-- ocupará la de Acción Climática y Agenda Estratégica Metropolitana.
Oriol López (ERC), Antonio Balmón (PSC), Isidre Sierra (JxCat) y Lluís Mijoler (comunes) en la firma del acuerdo de gobierno del AMB / AMB
Por su parte, Alamany asumirá la de Área Internacional y Metrópolis Digital (que ostentaba Ernest Maragall), y Valls --actual teniente de alcalde en el gobierno de Jaume Collboni-- liderará la vicepresidencia de Promoción Económica y Política Social.
En un comunicado este miércoles, Sanz ha celebrado "el liderazgo del espacio de los comunes en la construcción de una agenda metropolitana conjunta que fije el rumbo de la gobernanza metropolitana y los retos" de las administraciones y municipios.
Sin embargo, los comunes han quedado diluidos en el ente local, tras la decisión de los socialistas de responsabilizarse de las áreas con mayor peso o más sensibles, como vivienda o las denominadas políticas del "ciclo del agua". El reparto de asignaciones ha buscado un equilibrio entre las distintas fuerzas políticas, pero bajo la preponderancia del PSC. El objetivo es impulsar políticas integrales, en todo el área metropolitana, que interpelen al gobierno de la Generalitat. El propio Balmón defiende que la Generalitat ha estado durante muchos años de espalda a esa realidad metropolitana, sin políticas claras en el ámbito de la vivienda, la movilidad o sobre el cambio climático.