El PP en Barcelona vuelve a sufrir un momento complicado. Llega la hora de la constitución de los plenos de cada distrito en la ciudad, y el líder local del partido, el concejal Daniel Sirera, quiere colocar a los militantes más idóneos. Pero, ¿con qué efectos? En los distritos de Gràcia y Sant Andreu las juntas locales se diluyen, con las dimisiones de sus presidentes, Miguel Raposo y Miguel Torrubiano, respectivamente. Se trata de un movimiento interno que avanza la lucha de poder en el PP catalán, que, por ahora, preside Alejandro Fernández, y que no cuenta con la confianza de la dirección nacional del PP, que preside Alberto Nuñez Feijóo.
Esas dimisiones obedecen a una cuestión de carácter local, pero con implicaciones para todo el partido. Las fuentes internas consultadas señalan que los consejeros de distrito se eligen tras la consulta con la militancia en los distritos, aunque las indicaciones que puedan ofrecer no sean vinculantes. Esa consulta, se insiste, “no se ha realizado” por parte de Daniel Sirera y su equipo de confianza. Y las dimisiones no se han hecho esperar, con el argumento de que Sirera tiene la intención de colocar consejeros de otros distritos, en una especie de “ordeno y mando”. En la dirección del partido, sin embargo, se resta trascendencia a esos cambios, y se considera que forma parte de un proceso natural por el que pasan todos los partidos.
Las apreciaciones de uno de los dimisionarios, Miguel Raposo, de Gràcia, han sido contundentes: “Me voy después de diversos meses sufriendo el menosprecio, el vacío y el abandono, con unos métodos que recuperan el despotismo de la dirección provincial de Manu Reyes –alcalde de Castelldefels—y Josep Tutusaus, y el grupo municipal de Daniel Sirera”.
Esa es una de las claves. Raposo ha sido un hombre de confianza del ex concejal Óscar Ramírez, que aguantó el partido en el Ayuntamiento de Barcelona durante el pasado mandato, con la dirección de Josep Bou, defenestrado por la cúpula del PP. Con la designación de Sirera como candidato, Ramírez perdió el pulso, tras su intención de formar parte de la lista como número dos o tres. Y ahora, antes del posible cambio de todos esos consejeros de distrito, éstos saltan al entender que no se les tendrá en cuenta.
PROBLEMAS EN OTROS DISTRITOS
La nueva dirección del PP provincial de Barcelona, que lidera Manu Reyes, hombre de la total confianza de Nuñez Feijóo para articular, a partir de él, otra realidad del PP en Catalunya, junto con el liderazgo de Sirera en Barcelona, evidencia un cambio en la cúpula cuando se convoque el congreso del PP catalán. El presidente es Alejandro Fernández, que no cuenta con el beneplácito de la dirección de Madrid. Fernández ha acabado desmarcándose de Feijóo de forma clara, al afearle que quisiera negociar con Junts per Catalunya su investidura como presidente del Gobierno. Para Fernández, JxCat es el “adversario”, con el que no es posible una negociación.
En juego está, por tanto, un cambio de época, con consejeros de distrito en Barcelona distintos, a pesar de que los existentes han “mantenido la llama del partido” en los últimos años, marcados por el proceso independentista en Catalunya.
Las fuentes consultadas añaden que los problemas pueden llegar en otros distritos como Ciutat Vella o Sarrià Sant-Gervasi, que ha sido el bastión del PP con un muy buen resultado en las últimas elecciones generales, que le llevó a la tercera posición, solo por detrás del PSC y de Sumar, y por delante de ERC y de JxCat en Barcelona.