Nuevo alcalde, nueva imagen. Algo está cambiando en el Ayuntamiento de Barcelona, tanto en la superficie como en lo más profundo de la Administración local. Lo cierto es que los cambios en la cúpula del Ayuntamiento se dejan notar en todos los campos y van desde los profundos cambios estructurales en cuanto a política municipal hasta el
talante y la forma de hacer las cosas. Si una imagen vale más que mil palabras, lo cierto es que el consistorio barcelonés también está obligado a transmitir otra imagen para dejar atrás la pátina de decadencia en la que se ha instalado los últimos años.
La nueva era municipal llega a todos los extremos de la actividad local, incluso a la televisión pública, que es una suerte de espejo del talante del equipo municipal. Así, la empresa Broadcasting Media Company Project asesorará a la cúpula de betevé en el vestuario y estilismo de los presentadores de los espacios de información, programas y en retransmisiones especiales de la emisora municipal barcelonesa. Podría parecer una nimiedad, pero el tema es mucho más importante de lo que parece, porque intenta adecuar la imagen de la ciudad y de sus gestores a la actualidad y transmitir así la intensidad y la esencia de los políticos que tienen en sus manos la gestión de la cosa pública.
SOBRIEDAD Y DISCRECIÓN
La sociedad privada municipal Informació i Comunicació de Barcelona (ICB), gestora de la emisora local betevé, considera que comienza otra etapa y hay que adaptarse a los nuevos tiempos. “Se requiere un servicio integral de vestuario y estilismo para atender a los presentadores de los espacios de información, programas y retransmisiones especiales de betevé designados como producción propia”. Ahí entra el vestuario y estilismo de los conductores de los programas informativos, pero también los de los presentadores de galas, directos o festivales que, generalmente, tienen lugar fuera de las instalaciones de la emisora. El servicio integral al que se refiere es “el asesoramiento y seguimiento de la imagen global de cada presentador, siguiendo los patrones dictados desde la dirección de betevé”.
Hasta el momento, ese cometido lo llevaba otra empresa, pero los responsables municipales realizarán una “ordenada continuidad en la prestación del servicio”. Se pretende “mejorar la imagen de la cadena”, pero con las directrices que quieren implementar desde la cúpula de la misma. Los estándares que deberán imponerse en la imagen de la televisión local son pocos, pero muy precisos. En primer lugar, “sobriedad y discreción”. Esta máxima “no implica el uso exclusivo de colores fríos: se pueden utilizar colores llamativos, especialmente en los presentadores, siempre que las piezas sean sobrias, favorezcan al presentador y sean coherentes con el decorado”.
NO A PRENDAS MUY AJUSTADAS
Las directrices para ese cometido señalan que “el estilismo no ha de ser concebido para el lucimiento de piezas ni del presentador: lo relevante es la noticia; el presentador ha de ir vestido de manera que no desvíe la atención del espectador, ni por defecto ni por exceso”. Además, advierten que “es imprescindible que las piezas se ajusten a las medidas de los presentadores: ni holgadas ni excesivamente ajustadas”.
La empresa adjudicataria se encargará de buscar fórmulas de financiación del vestuario, conforme suelen hacer las emisoras: siempre bajo el visto bueno de la dirección de betevé puede buscar, por ejemplo, acuerdos de cesión, con intercambio de publicidad y menciones de agradecimiento en pantalla, conforme se suele hacer en todas las televisiones tanto en programas informativos como en diferentes magazines. Además de los informativos y los espacios de información del tiempo y de deportes, también se debe encargar del estilismo de los programas La Porteria, Plaça Tísner y Bàsics. En programas especiales, el cometido se extenderá a los programas de las jornadas electorales y los programas especiales de las fiestas de la Mercè, la Cabalgata de los Reyes, la jornada de Sant Jordi y la gala de los premios Ciutat de Barcelona.
UNA EMPRESA DE ANTONI ESTEVE
La empresa deberá “obtener, gestionar, elegir, supervisar y asesorar en el vestuario y en la imagen de todos los presentadores de los programas sujetos a contrato”. Ello quiere decir que también tendrá voz y voto en el maquillaje o el peinado de cada uno de los presentadores afectados. Las propuestas de nuevos estilismos deberán estar listas en un plazo de un mes a mes y medio (el encargo fue realizado el pasado 7 de septiembre).
La empresa que se encargará de este cometido, pese a su intrincado nombre y a que su sede está en Pozuelo de Alarcón, en realidad es propiedad del grupo Lavinia, es decir, de Antoni Esteve y su esposa, Victòria Piany. Esteve tiene una larga experiencia en el cometido. De hecho, trabajó durante 14 años en TVE, donde fue el director de los programas Comarques, Miramar, Panorama, 135 escons, Línia 900 y Vidas paralelas. Además, trabajó para diversos medios, como Mundo Diario o El Periódico de Cataluña, además de colaborar con diversas radios y de dar clases en la universidad. La primera parte del contrato, por valor de 86.575 euros, ya está en marcha, aunque se prevén sucesivas prórrogas hasta completar 214.650 euros, la cifra total que la televisión pública barcelonesa gastará en el vestuario de sus presentadores.