Una pared del Raval, plagada de grafitis

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Información municipal

Adiós a la Barcelona decadente: 35 millones para limpiar la suciedad que ahoga la ciudad

El Ayuntamiento contrata a una UTE para adecentar la ciudad durante esta legislatura

9 noviembre, 2023 23:30

Los grafittis, la suciedad y el incivismo son algunas de las principales lacras que tiene la ciudad de Barcelona. Se trata de deficiencias históricas agravadas durante las últimas legislaturas municipales. No es una cuestión baladí. “El paisaje urbano es uno de los elementos del medio ambiente urbano necesitado de protección para garantizar a todos los habitantes de la ciudad una adecuada calidad de vida”, dicen los estudios realizados por el consistorio sobre el tema. Y pone el dedo en la llaga cuando detalla: “La afectación mediante pintadas, carteles u otros elementos en la vía pública, cuando se alarga en el tiempo, modifica la percepción de los espacios, dando lugar a una sensación de inseguridad y degradación”. Lo cierto es que el espacio público barcelonés se ha ido deteriorando los últimos años. El propio Ayuntamiento lo reconoce: “La ciudad de Barcelona está sujeta a una degradación del espacio urbano originado por la proliferación de pintadas y el uso abusivo e indiscriminado de carteles, adhesivos, pancartas y otros elementos añadidos, sin permiso, para dar a conocer toda clase de propuestas y/o mensajes”. Los ciudadanos, advierte el consistorio, esperan “que la administración municipal responda de forma ágil y eficiente ante estas actuaciones incívicas, especialmente en los casos de mensajes que atenten contra la dignidad de las personas o presenten un comportamiento discriminatorio para determinados colectivos”.

LA CULPA ESTÁ REPARTIDA

Mantener una mínima decencia paisajística es una labor de titanes y el esfuerzo económico es enorme: las gamberradas y el incivismo nos costarán a los barceloneses la friolera de casi 35 millones de euros esta legislatura. ¿Tan sucios somos los barceloneses? “No es una cuestión sólo de los ciudadanos de aquí: también de los que están de paso. No se puede culpabilizar a nadie en concreto, sino que se trata de un cúmulo de factores y de protagonistas que se suman para degradar el paisaje urbano”, explican fuentes municipales a Metrópoli.

¿Las pintadas en plena calzada contribuyen a esa imagen negativa del paisaje urbano barcelonés? No son la principal causa. “Pintadas, graffitis, carteles, anuncios, propaganda… todo eso transmite la sensación de suciedad y degradación”. Y, en los últimos años, los bloques amarillos, el caos de las calzadas pintadas o los carriles de circulación han contribuido en algo a la sensación de suciedad o de decadencia. “A nadie le parece bonita una terraza de un establecimiento en plena calzada y vallada con bloques de cemento de un amarillo chillón, que se asemeja más a una barricada que a otra cosa. En realidad, todo suma para transmitir una imagen que no es precisamente idílica”, admiten las fuentes.

COMIENZA LA PRIMERA FASE

El pasado 30 de octubre, el Ayuntamiento firmó un contrato de más de 17,3 millones de euros para realizar una primera fase de limpieza de la ciudad. La Barcelona decadente necesita pasar página para volver a recuperar la ciudad de antes. En concreto, la unión temporal de empresas denominada Neteja Pintades BCN percibirá 17.334.640 euros para dedicarse durante los años 2024 y 2025 a adecentar la ciudad. Esta UTE está formada por FCC Medioambiente y por Eurocatalana. El contrato podrá ser prorrogado por otros dos, que abarcarán los ejercicios de 2026 y 2027, según se establece en las cláusulas del mismo, por lo que el monto total se eleva a los casi 35 millones citados.

Un grafiti contra los turistas en el Turó de la Rovira / HUGO FERNÁNDEZ

Un grafiti contra los turistas en el Turó de la Rovira / HUGO FERNÁNDEZ

La situación de suciedad y degradación del paisaje urbano afecta a edificios tanto privados como catalogados, pero también al mobiliario urbano. De la limpieza de esas empresas quedan excluidos algunos ámbitos, como cabinas de teléfono (apenas hay en la ciudad), contenedores, escaleras mecánicas, estaciones de bicing, puntos verdes, espigones, túneles de la ciudad, vehículos, armarios y cajas de las compañías de servicios, buzones de Correos y edificios catalogados con nivel de protección A, es decir, los que son considerados “bien cultural de interés nacional”. Estas exclusiones se deben a que estos ámbitos urbanos ya disponen de sus propios planes de limpieza y conservación.

PROTOCOLO PARA PINTADAS OFENSIVAS

Pero el trabajo es ingente. Se limpiarán las pintadas y graffitis, así como la cartelería prendida en las fachadas de edificios públicos y privados con niveles de protección B (considerados bienes culturales de interés local), C (bienes de interés urbanístico) y D (bienes de interés documental) o los que no tengan protección alguna. También se deberán adecentar elementos y mobiliario de infraestructuras municipales, desde las placas indicadoras de los nombres de las calles hasta los pilones, las jardineras, los bancos, los pirulís informativos, las barandillas o las fuentes. En realidad, se trata de una doble protección hacia estos elementos, porque legalmente el mantenimiento de todos esos elementos recae sobre el operador que los instaló, conforme dictan las normas legales. Pese a todo, la iniciativa del nuevo ayuntamiento que preside Jaume Collboni viene a intentar acabar con la dejadez de las instalaciones públicas.

Muestra de incivismo en Barcelona: grafitis en una plaza de Gràcia / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA 

Muestra de incivismo en Barcelona: grafitis en una plaza de Gràcia / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA 

Cuando se trate de la aparición de pintadas ofensivas, se establece un protocolo especial de actuación: el borrado será automático y urgente, independientemente de su localización. Para realizar esta labor, la UTE dispondrá de 36 vehículos (desde coches pequeños hasta furgones grandes, furgones pequeños, vehículos de hidropresión o un furgón grande de hidropresión GNC.