El acuerdo de Trias con Collboni, más cerca tras la investidura de Sánchez

 “Es Jaume Collboni quien debe decidir”. Es la frase que repiten los dirigentes de JxCat en Barcelona, y, principalmente, Xavier Trias, que entiende que el PSC, si quiere de verdad “un cambio en la ciudad”, debe demostrarlo con una negociación a fondo con su grupo municipal. La aproximación se ha alcanzado, con medidas como la aprobación de la ordenanza de terrazas. Y ahora, tras el acuerdo de JxCat con el PSOE, para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, el pacto en Barcelona está más cerca. Pero hay, todavía, muchas dudas.

Collboni ha reiterado y defiende que Barcelona votó en las pasadas elecciones municipales del mes de mayo por un pacto de izquierdas. Señala una y otra vez que ese es su deseo. Interpreta, sin embargo, un acuerdo distinto al del anterior mandato, con los comunes en una posición secundaria, con políticas distintas, más proclives al diálogo con los principales sectores económicos de la ciudad. Lo que Collboni espera es la nueva posición del partido de Ada Colau, y los próximos pasos de la ex alcaldesa.

La posición de Trias ha sido en las últimas semanas ambivalente. Aunque se muestra una disposición a ese acuerdo, también se quiere presentar batalla, porque el malestar es todavía enorme por la forma en la que Collboni accedió a la alcaldía. En el seno del grupo municipal existen diferencias sobre qué hacer con los socialistas. Pesa, sin embargo, la idea de Trias de buscar algún tipo de acomodo, con la entrada en el equipo de gobierno. Y esa posibilidad, de hecho, es un problema para Collboni.

LA CUESTIÓN DEL IBI 

El alcalde de Barcelona cuenta con diez concejales, por los once de JxCat, tras la victoria de Xavier Trias en las elecciones. Lo que reclaman los post convergentes es un acuerdo generoso, con áreas concretas de gobierno, teniendo en cuenta que son el primer grupo municipal en el consistorio. ¿Puede el PSC ofrecer más de la mitad de las áreas de gobierno a JxCat? Según fuentes conocedoras de los contactos que se han ido produciendo en las últimas semanas, eso supone un quebradero de cabeza notable para Collboni.

Jordi Martí, Xavier Trias y Ramon Tremosa, en el Ayuntamiento de Barcelona METRÓPOLI

Sin embargo, a la hora de gobernar, Collboni ha tomado decisiones que agradan a JxCat. La ordenanza de terrazas, muy importante para la propia ‘parroquia’ de JxCat, se desestimó en el último pleno sólo por una cuestión política: el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, no había negociado directamente con JxCat, aunque sí tenía un pacto sellado con el Gremi de Restauració. Alertados de lo que suponía para los restauradores no contar con esa nueva ordenanza –pagar mucho más en función de la ordenanza de 2019 de Ada Colau—Trias buscó alternativas. Y el acuerdo con el PSC llegó el martes pasado, y se concretará en una comisión de economía esta semana y en un pleno ordinario a finales de este mes.

Aunque por ahora “gusta más la música que la letra”, porque Collboni sí ha cambiado las formas respecto a Colau con una apuesta sin titubeos por el “diálogo” con todos los actores económicos de la ciudad, JxCat espera cambios importantes que llegarían con miembros del grupo municipal en las áreas de gobierno. Y se pide, como garantía de que se quiere "pasar página", una bajada del IBI para dejar claro que habría una política distinta a la que defienden los comunes. Eso supone un auténtico reto para los socialistas.

¿MOVIMIENTOS EN LOS COMUNES?

El PSC, tras el acuerdo de JxCat con el PSOE, vive momentos de cierto vértigo. Defiende el pacto, pero también se considera que el partido en Barcelona no puede prescindir, sin más, de los comunes. ¿Cómo explicar ahora que se renuncia a ese pacto de izquierdas para la ciudad, con una retórica que ha sido constante en los últimos meses? El problema para Collboni es que con los comunes en el gobierno municipal se producirían, de nuevo, disonancias y protagonismos públicos no deseables.

Los dirigentes de los comunes que tuvieron responsabilidades en el consistorio en el anterior mandato se han refugiado en la cúpula del partido. La nueva dirección, que se acaba de constituir, está formada por Janet Sanz y Gemma Tarafa, entre otros. Son caras que despertaron un gran malestar en los sectores económicos y más activos de la ciudad en los años de mandato de Ada Colau. Sin embargo, el PSC quiere esperar. Necesita saber qué hará la propia Colau y cómo se podría integrar el partido en un gobierno municipal en el que tener la alcaldía es determinante. Y ahora el alcalde es Jaume Collboni, no Ada Colau.

Collboni asume ahora que deberá negociar los presupuestos y la “gobernabilidad” de Barcelona

La cuestión es que un pacto con JxCat en Barcelona supondría un vuelco notable en toda la política catalana, con la apertura de una vía que podría explorar Salvador Illa de cara al gobierno de la Generalitat, si gana las próximas elecciones autonómicas.

En la balanza de Collboni también está una cuestión importante. El acuerdo con los comunes no sería suficiente. Necesitaría dos votos más, los que podría aportar ERC, aunque los republicanos pudieran quedar fuera del gobierno municipal. Esa posibilidad llevaría a un tripartito en la práctica. Y dejaría fuera a JxCat, que, en ese caso, se haría fuerte en la oposición.

Collboni sigue meditando, aunque la propia dinámica de los hechos lo acerca más a Xavier Trias. La idea de un pacto de izquierdas precisará de algún movimiento claro de los comunes, que pueda convencer al PSC. Por ahora no se vislumbra.