La retórica se mantiene, pero los pasos no se acaban de producir. El alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, quiere llegar a un acuerdo “progresista”, con los comunes y el apoyo de Esquerra Republicana. Pero los socios no se muestran convencidos. Y sólo Junts per Catalunya, el partido de Xavier Trias, se ha mostrado a favor del “diálogo”, aunque “sin prisas”.
Los socialistas gobiernan en Barcelona con sólo diez concejales y la presión de los grupos municipales ya ha comenzado a ser intensa. Despejada la incógnita de la investidura de Pedro Sánchez, que recibió el apoyo de Junts, y también de ERC, ahora a Collboni se le pide que actúe con cierta celeridad. Pero, ¿en qué dirección? Por ahora Collboni quiere ganar tiempo, a la espera de las decisiones políticas y personales de Ada Colau y de Xavier Trias.
El partido de Trias es consciente de que cuenta con cierta ventaja. Collboni ha querido distanciarse de los comunes, en determinadas políticas del día a día, aunque sin cerrar todavía ninguna puerta. El grupo de Junts per Catalunya muestra sus cartas. “No tenemos prisa en obtener ninguna silla y estamos abiertos a dialogar”, señala Jordi Martí, el portavoz del grupo de JxCat. Lo que desean los postconvergentes es aprovechar al máximo el camino que ha abierto Collboni, para buscar “consensos sobre futuras medidas que contribuyan a que la ciudad deje atrás los gobiernos nefastos”.
La predisposición existe, aunque la entrada en un gobierno de Collboni supondría un salto adelante que debería avalar Carles Puigdemont. Fuentes nacionalistas admiten que se debería ponderar bien la decisión, porque para Puigdemont no se puede pasar del “cero a cien”, es decir, de no querer saber nada de Pedro Sánchez, de tacharlo de “mentiroso” a pactar con él su investidura y, dando un salto mortal, gobernar con los socialistas codo con codo en la capital catalana. Aunque Xavier Trias siempre ha reivindicado su autonomía para tomar sus políticas en Barcelona, la decisión implica a toda la dirección de JxCat, teniendo en cuenta la batalla partidista que mantiene con ERC para conseguir la hegemonía en el campo nacionalista.
LA MANIOBRA DE COLLBONI
El grupo que recela del PSC es, precisamente, Esquerra. El partido en Barcelona se encuentra dividido, tras unas elecciones internas que no han marcado una clara tendencia. Los candidatos en la federación de Barcelona de ERC afines a Oriol Junqueras ganaron por la mínima, frente a los dirigentes que reclaman una mayor autonomía local, liderados por los más veteranos del partido como Oriol Amoròs, y que tenían como candidata a Patrícia Gomà, frente a la ganadora Eva Baró.
Esa difícil situación ha llevado a los republicanos a mostrar una enorme prudencia. “Esperamos, sin prisas, lejos de las que parece que tienen tanto los comunes como Junts”, señala el grupo que todavía lidera Ernest Maragall, aunque ha dado paso a Elisenda Alamany. Pero para los socialistas Esquerra es vital, aunque no entre en el equipo de gobierno. El PSC cuenta con diez concejales, por nueve de los comunes. Collboni necesitaría dos concejales más para sacar adelante las grandes cuestiones de la ciudad, que sólo podrían llegar de los republicanos. Para Collboni supondría un alto coste: no poder contar para nada con Junts per Catalunya, que tiene clara la disyuntiva: o tripartido de izquierdas o acuerdo de “centralidad” entre PSC y JxCat.
EL CONSEJO DEL PP
Las maniobras, en todo caso, son intensas. Collboni ha sondeado a consejeros municipales de otros grupos para poder formar las comisiones de gobierno en los distritos donde los socialistas no cuentan con la minoría necesaria de cinco consejeros para poder constituirlas. Fue este miércoles Jordi Martí, el portavoz de JxCat, quien desveló el intento del PSC. Y es que los socialistas no alcanzan esa cifra en Sarrià-Sant Gervasi, Les Corts, Gràcia y el Eixample.
Para Martí las acciones de Collboni tienen una explicación: “Es un ejemplo de la debilidad y la precariedad con la que el gobierno de Collboni está impulsando su proyecto, que no puede continuar de ninguna manera. No tiene concejales para gobernar la ciudad ni suficientes efectivos para constituir las comisiones de gobierno”. Y en la misma línea se pronunció el concejal del PP, Juan Milián, que le pide a Collboni que intente seguir en solitario, apoyándose, cuando lo necesite en el propio PP, sin apostar por un tripartito de izquierdas.