Agentes de la Guardia Urbana con un detenido en Barcelona

Agentes de la Guardia Urbana con un detenido en Barcelona

Información municipal

El Gobierno de Collboni se pone firme: encarga 2.800 chalecos antibalas para sus guardias urbanos

El consistorio invierte más de 2 millones en mejorar la seguridad de los agentes locales tras la época de ‘sequía’ de Colau

22 septiembre, 2024 23:30

Barcelona se rasca el bolsillo y compra medidas de protección para los guardias urbanos. Se trata de chalecos antibala para minimizar los efectos de las agresiones a agentes de la policía local. Durante las dos últimas legislaturas, los sindicatos se cansaron de denunciar al abandono de la seguridad de los agentes ante el entusiasmo con que los responsables del Ayuntamiento defendían a los alborotadores o a los manifestantes incluso violentos. Pero las aguas vuelven a su cauce: el plan aprobado por el actual equipo gobernante preveía aumentar la seguridad de los policías y eso es lo que hacen al contratar 2.869 chalecos para sus agentes.

 Eugenio Zambrano, portavoz del sindicato CSIF en el Ayuntamiento, señala a Metrópoli que “hasta ahora, se habían hecho parches. Esta medida ha sido una iniciativa del equipo de gobierno y hay que reconocer que es muy buena. Nosotros habíamos reclamado un cambio de fundas para adaptarlas al nuevo chaleco y la compra que se pretende servirá no sólo para surtir a las nuevas promociones, sino también para reponer los equipos que hay en la actualidad”.

Más de dos millones

 El Ayuntamiento ha firmado ya el contrato con la firma Fábrica Española de Confecciones. Y no repara en gasto: 2.029.896 euros para garantizar la seguridad de los funcionarios que garantizan a su vez la seguridad de los ciudadanos. En ese precio se incluyen 2.869 chalecos interiores, 3.400 fundas externas con protección balística en la espalda y 3.500 portagalones, entre otras cosas. Paralelamente, se cambiarán y destruirán 2.800 chalecos antiguos, en gran parte caducados.

Jaume Collboni, Núria Parlon y los responsables de los Mossos y la Guardia Urbana

Jaume Collboni, Núria Parlon y los responsables de los Mossos y la Guardia Urbana AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

 Los chalecos tienen una garantía técnica de 10 años y se presentan como “una protección segura ante posibles cuchilladas e impactos balísticos producidos por armas de fuego, además de cumplir con ciertas cualidades de confort y ergonomía, especialmente con respecto al. Peso mínimo, grosos, la flexibilidad y la adaptación al cuerpo”.

Resistente a balas semiblindadas 

 Zambrano destaca que, aún así, “estamos escasos de material en una ciudad muy violenta. Necesitamos más reformas y más recursos humanos, así como más apoyo institucional para recuperar el principio de autoridad perdido”. El dirigente sindical critica que durante años, bajo el mandato de Ada Colau, se dejó de invertir “en determinadas herramientas y eso lo hemos pagado caro”.

La normalización, pues, llega a uno de los cuerpos clave de la gestión municipal.

Los chalecos vienen a dotar de material moderno a un Cuerpo que adolece de muchas carencias. Esta prenda abarca el pecho, el abdomen, la espalda y los lados del tronco, con un peso total de entre 1,5 y 2 kilos, dependiendo de la talla del agente. Su diseño con láminas está pensado para soportar disparos con munición de 9 mm de diversas marcas y condiciones, así como para munición del 22 o del 357 Magnum con proyectil semiblindado de 159 granos de masa nominal disparada desde 3 metros. Asimismo, son también anticuchillo y antipunzón. Cada chaleco va etiquetado en catalán de forma indeleble.

Faltan palas de detección 

Aunque la compra de los chalecos es una buena noticia, el representante de CSIF señala que “aún nos queda camino por recorrer. Nos hacen falta, por ejemplo, palas de detección de metales. Estamos en un momento en que se han disparado las agresiones con arma blanca, los atracos con este tipo de armas y los apuñalamientos y las palas de detección son una herramienta básica”. En Barcelona, la guardia Urbana dispone de 200 vehículos, pero tiene sólo 75 palas detectoras de metales. “Son insuficientes para dotar a todos los vehículos. Lo lógico es que cada patrulla disponga de, como mínimo, una pala. Lo mismo que llevamos señales de tráfico para disponer en cualquier momento, o conos, o linternas, deberíamos ir dotados de una pala por coche”.

Zambrano explica también que los agentes locales tienen otra deficiencia en guantes de detección de metales y anticuerpos. “Los guantes refuerzan la labor de la pala. Pero también sería bueno disponer de esprays de pimienta de dotación individual y en coches”. Subraya que “durante los últimos años, ha habido un aumento importante de peleas multitudinarias, en las que aparecen armas blancas o bates. En esos casos, sacas una pistola de pimienta y es mucho más fácil reducir a los violentos. Ese espay no es mortal, puesto que su efecto se va con agua. Pero serviría para utilizar mucha menos fuerza a la hora de recudir a alguien”.

En este sentido recuerda que fue precisamente la política municipal en la época de Colau la que debilitó la seguridad. “No se puede tener a una policía desarmada y, encima, no apoyarla mientras le ríes las gracias y le das la razón a los delincuentes”, critica el dirigente del CSIF.