Con Oriol Junqueras al frente del partido. Y con Jaume Collboni, en el gobierno municipal. A falta de conocer el rumbo que tomará ERC tras la celebración de su congreso, la unanimidad de la formación en Barcelona es absoluta.
El grupo municipal, con el liderazgo de Elisenda Alamany, alcanzó hace unos meses un preacuerdo para formar parte del ejecutivo barcelonés. La citada edil es, además, la encargada de hacer tándem con el exvicepresidente de la Generalitat en Militància Decidim, una candidatura que aspira a tomar el mando de la ejecutiva.
La federación republicana en Barcelona está en sintonía. El enfrentamiento interno entre Eva Baró y Patrícia Gomà se saldó con victoria de la primera, partidaria de Junqueras, y con la cesión de la exsecretaria de Educació, quien optó por remar en la misma dirección que su oponente tras su derrota, en favor de un liderazgo de Junqueras y de la entrada republicana en el Ejecutivo barcelonés.
Preacuerdo con el PSC
La salida de Ernest Maragall como líder del grupo municipal, hace prácticamente un año, despejó el camino para un eventual acuerdo entre republicanos y socialistas en el consistorio. Elisenda Alamany y Jordi Coronas, líder y portavoz del grupo respectivamente, ejercieron como catalizadores de un preacuerdo con el PSC, que las bases de ERC no llegaron a refrendar tras el congreso fallido del pasado mes de junio.
El ofrecimiento a los republicanos, entre otras cuestiones, comprendió el área de Promoción Económica y turismo, una invitación que se ha evidenciado en la aprobación de las ordenanzas fiscales para el próximo año. El ejemplo más claro será el incremento del recargo municipal al impuesto turístico hasta los ocho euros, una medida que ha contado con el beneplácito socialista desde el momento de su propuesta.
El preacuerdo entre las partes fue más allá. La transformación del Eje Besòs, la creación de una Oficina de la Lengua Catalana, la consecución de 1.000 nuevos pisos públicos anuales, la construcción de 11 nuevos CAPs en la ciudad y la pacificación de calles, fueron otras de las condiciones marcadas en el escrito.
Discrepancias enterradas
Las discrepancias entre facciones para dirigir la federación de Barcelona están enterradas. Baró, quien también ejerce como concejal en el Consejo Municipal, venció por la mínima a Gomà, lo que la convirtió en la máxima dirigente de ERC en territorio barcelonés.
Lejos de mantener un papel opositor, la exsecretària de Educació abrazó la propuesta de Militància Decidim, el liderazgo de Junqueras y Alamany. Gomà también ensalzó nombres con una “solvencia contrastadísima” como los de Coronas y Enriqueta Duran, quien formó parte de la lista de ERC en las pasadas elecciones municipales como independiente.
“Avalo esta candidatura porque quiero una nueva Dirección Nacional, con fuerte liderazgo barcelonés, por una ERC moderna y conectada con la capital del país y su área metropolitana”, aseguró Gomà.
Congreso
Con la unidad en Barcelona en torno a Junqueras y a favor de entrar en el gobierno de Collboni, las miradas estarán puestas en el congreso republicano del próximo 30 de noviembre. Las candidaturas de Nova Esquerra Nacional, Foc Nou y Col·lectiu 1-O pugnarán con Militància Decidim para tomar las riendas del partido.
La victoria de Junqueras y Alamany sería la garantía para materializar un acuerdo de gobierno con el PSC en la ciudad. De darse el caso, Collboni avanzaría en el acuerdo progresista que busca en la capital catalana y que supondría un impulso para sacar adelante las aprobaciones con mayor incidencia en la ciudad, como los presupuestos, a falta de una eventual adhesión de los comunes, ya sin Ada Colau en el consistorio.