Janet Sanz durante una rueda de prensa de BComú

Janet Sanz durante una rueda de prensa de BComú EUROPA PRESS

Información municipal

Los comunes piden para 2025 que el Ayuntamiento retome sus grandes fracasos

Exigen implantar medidas ilegales, como el dentista municipal o la obligación de ceder el 30% de pisos nuevos para alquiler social, sentenciadas por los tribunales

Colau ya tiene trabajo: rehacer la hoja de ruta de Barcelona en Comú

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El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Los comunes, también. Barcelona en Comú (BeC) envió a sus activistas el pasado 1 de enero sus 12 deseos para el año 2025 y, entre ellos, se encuentran los grandes fracasos y tropiezos que ya sufrió Ada Colau mientras estuvo al frente del consistorio.

Si la justicia y la realidad son tozudas, los comunes no se quedan cortos e insisten en imponer normas obsoletas o directamente ilegales. No hay que olvidar que cuando Colau accedió al consistorio anunció que sólo obedecería las leyes que le parecieran justas. Ahora vuelve a sus curiosos principios.

La lista de los 12 deseos para 2025 es algo así como una carta a los Reyes Magos pero sin monarquía. El republicanismo de Colau y los suyos queda fuera de toda duda.

No hay que olvidar que, tras ser elegida alcaldesa, una de sus primeras medidas fue retirar el busto del Rey del salón de plenos; además, mientras la lideresa fue primera edil de Barcelona, boicoteó todos los actos de la Corona (es decir, el protocolario  besamanos), aunque a la postre, cuando no estaban las cámaras presentes, acabase confraternizando con los Reyes en los grandes salones oficiales.

Erosionar a Collboni

Los puntos contenidos en la lista de deseos de Barcelona en Comú no fueron materializados durante las dos legislaturas en que gobernó Ada Colau, ya fuese porque los proyectos no llegaron a fructificar o porque la justicia los tirase atrás.

Algunos deseos entran dentro de toda lógica, como el primero: “Regular los alquileres de temporada”. Éste es uno de los caballos de batalla de los comunes y el principal tema con el que quieren erosionar la imagen del actual alcalde, Jaume Collboni.

La portavoz de los comunes, Janet Sanz, y la teniente del PSC, Laia Bonet

La portavoz de los comunes, Janet Sanz, y la teniente del PSC, Laia Bonet FOTOMONTAJE METRÓPOLI

No es extraño que éste sea el primero de los puntos. Apenas dos días antes de enviar la comunicación de los deseos a sus militantes, BeC envió un scoop: “Collboni vuelve a suspender y la vivienda preocupa aún más”, refiriéndose al nuevo barómetro municipal.

“La ciudadanía suspende al alcalde Jaume Collboni por segunda vez desde el inicio de mandato. El malestar por la crisis de la vivienda sube y se convierte en la primera preocupación de la gente, mientras al PSC le tiembla la mano cuando es preciso regular el mercado inmobiliario”, argumentaba el partido en su breve y contundente alocución proselitista.

Deseos discutibles 

El segundo deseo, en cambio, ya es más discutible: “Que continúe la rebaja del transporte público”. Se trata de algo inusual, porque fue precisamente Colau la que se opuso siempre a la rebaja del transporte y cuando ésta se materializó fue debido a la presión de su socio PSC, que ahora gobierna y que, en solitario, prolongó la rebaja en el transporte este año.

En 2023, la alcaldesa se negó a rebajar la parte que le tocaba a determinadas tarjetas, mientras que el Gobierno central mantuvo sus descuentos, lo que permitió un alivio para el bolsillo de los ciudadanos gracias al Ejecutivo central.

Sus vaivenes en ese tema fueron constantes: en 2020, en plena pandemia, era partidaria de subir los precios, mientras que en 2022, antes de que el Ejecutivo central hiciese pública su oferta de rebajar los billetes, se adelantó y propuso un recorte del 50%, atribuyéndose más tarde el mérito de la medida.

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, durante una manifestación contra el genocidio en Gaza.

La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, durante una manifestación contra el genocidio en Gaza. QUIQUE GARCIA / EFE

Los deseos de los comunes reúnen a los temas estrella que Ada Colau intentó materializar desde el consistorio cuando era alcaldesa. Ahí están, por ejemplo, la intención de “presionar para ganar más espacio público para los vecinos”, “culminar la ampliación del tranvía por la Diagonal”, “que Barcelona sea la capital con más inversión social del Estado”, “cerrar dos terminales de cruceros” o “hacer crecer el parque de vivienda pública en Barcelona”, otro de los grandes fracasos de las legislaturas de Colau.

Algunos de esos temas le produjeron dolores de cabeza e incluso sentencias judiciales en contra, como las de las superillas y la peatonalización de la via Laietana, cuyo coste de revertirlas se podría cifrar en muchas decenas de millones de euros.

El actual consistorio negocia con los colectivos que no fueron escuchados por Colau y que la llevaron a los tribunales, para no tener que ejecutar las sentencias por el golpe económico que supondría a las arcas públicas del consistorio.

Deseos ilegales 

Pero no se quedan ahí los deseos. Sorpresivamente, entre ellos se encuentra “la creación de una funeraria pública”, que ya fracasó con el inefable Eloi Badia al frente.

De hecho, la creación de esa empresa municipal fue rechazada por todos los partidos (salvo por BeC y por ERC, que se abstuvo) por dos veces, la última en 2019. Ahora renace otra vez la idea en forma de deseo para 2025.

También pide “que el dentista público sea, por fin, una realidad”. Éste es un tema ya zanjado por la justicia: el Tribunal Supremo sentenció el pasado mes de octubre que el Ayuntamiento no tiene competencias para desplegar un servicio de salud como ése, ya que es sólo potestad de la Generalitat.

Vivienda pública

Ajena a las disposiciones legales, BeC vuelve a la carga con una figura ilegal. Sus rivales sospechan que el empecinamiento se debe al intento de culpar a Jaume Collboni de la no implantación del dentista municipal en Barcelona, cuando en realidad no se puede establecer legalmente esa figura.

También exige “conseguir que el PSC no se cargue la medida del 30% para garantizar la vivienda protegida”, esto es, exigir a cualquier constructor que destine el 30% de los pisos que construya a vivienda social.

Pero el pasado mes de octubre, el Tribunal Constitucional también declaró ilegal la parte de la ley catalana de obligar a ofrecer alquiler social.

A los comunes, la sentencia les da igual y vuelven a exigir la medida anticonstitucional que implantó Colau. Por último, vuelven a plantear un tema ajeno a Barcelona pero que es uno de los temas bandera de Colau: “Parar de una vez por todas el genocidio contra el pueblo palestino”. Otro brindis al sol. Los tiempos cambian, pero las artes continúan siendo las mismas.