Render de la Casa del Sucre tras la rehabilitación
Barcelona rehabilita una antigua harinera junto a la plaza de les Glòries
El renovado espacio se destinará a los adolescentes y albergará los Castellers de la Sagrada Família, un esplai y el Club de petanca La Cènia
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El Ayuntamiento de Barcelona rehabilitará la antigua harinera conocida como la Casa del Sucre, ubicada junto a la plaza de las Glòries, para destinarla a los adolescentes y otros equipamientos comunitarios del barrio como los Castellers de la Sagrada Família, un esplai y el Club de petanca La Cènia.
El consistorio ha informado que se encuentra a la espera de encargar el proyecto ejecutivo este otoño, pero ya se ha determinado que el inmueble contará con un Espai Jove con sala de actos para dar conciertos de pequeño formato, charlas, presentaciones, talleres...
Además, habrá una sala de circo y otra polivalente en el Espai Castellers para formación, entrenamiento, ocio y apoyo a la creación en técnicas de circo.
Render del Espai Castellers en la Casa del Sucre tras la rehabilitación
El espacio Esplai se relegará al Agrupament Escolta Antoni Gaudí, quienes realizarán actividades con grupos de niños de entre 5 y 16 años y monitores voluntarios. Finalmente, la última zona se destinará al Club de petanca La Cènia y estará dotado de armarios para almacenar material y sillas.
Tres plantas
La nave, situada en la calle Cartagena 166, ocupa en planta 612,65 metros cuadrados y tiene una superficie construida de 1.875,25 metros cuadrados.
El futuro equipamiento rehabilitado se organizará en una planta baja con el acceso principal y recepción, además de dos plantas superiores.
Render del Espai Jove en la Casa del Sucre tras la rehabilitación
Sobre la harinera
La Casa del Sucre, como se conoce popularmente a la harinera La Ceres Catalana, forma parte de un conjunto de edificios de pasado industrial que se fueron construyendo en distintas etapas.
Según la documentación encontrada en el Archivo Contemporáneo de Barcelona, la primera nave industrial proyectada en esta ubicación fue promovida en 1893, a petición del propietario Don Andrés Batllori, y, posteriormente, el promotor la convirtió en la fábrica de harina.
