Jaume Collboni, en el stand de Barcelona en la FIL de Guadalajara
Barcelona se abraza a la cultura en Latinoamérica frente al Madrid del latino rico
La ciudad de Guadalajara en México vibra con los autores catalanes invitados en la FIL y ensaya en sus calles el día de Sant Jordi, tras la apuesta de Collboni de ejercer de puente con el continente americano
Barcelona otorga la medalla de oro a Marisol Schulz, directora general de la FIL de Guadalajara
Un modelo, una apuesta ambiciosa que pone en valor lo que Barcelona ha sido y sigue siendo: una ciudad de cultura, pegada al libro, una ciudad donde se imprimen libros desde el siglo XV. El primero fue Ética, de Aristóteles, en 1473, en latín, sólo unos años después de que Gutenberg inventara la imprenta. Se conserva un ejemplar en la Biblioteca de Catalunya.
Esa idea es la que el Ayuntamiento de Barcelona ha llevado a la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (México), con el objetivo de ejercer de puente con Latinoamérica, de impulsar las relaciones culturales y comerciales y señalar que no sólo Madrid puede ocupar ese puesto, centrada ahora la capital española en la atracción de ciudadanos latinos con gran poder económico que están adquiriendo inmuebles enteros en algunos barrios de la ciudad.
La operación de Barcelona en la FIL, que ha liderado el alcalde Jaume Collboni, junto con el concejal de Cultura, Xavier Marcé, es la de mayor alcance en las últimas décadas. Aunque Collboni y Marcé habían pensado en la FIL –la segunda mayor feria del libro del mundo tras la de Frankfurt—hace unos diez años, la idea comenzó a poder ser una realidad a partir de 2022.
Cola en la FIL para ver un montaje inmersivo sobre la novela de Ruiz Zafón, 'La sombra del viento'
En las jornadas económicas React Barcelona, en uno de los foros, fue invitada la directora general de la FIL, Marisol Schulz. Y fue el hoy teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, quien sugirió a Schulz algún reconocimiento de Barcelona. Quien lo concretó más fue Pau Solanilla, entonces responsable municipal de desarrollo económico, junto a Schulz, con orígenes familiares en España, con abuela y padre republicanos, exiliados en México. La semilla ya se había puesto, y el resultado ha llegado a lo largo de toda esta semana.
En catalán y castellano
Los números son apabullantes. Barcelona ha sido la ciudad invitada en la FIL –habitualmente se invitan países, no ciudades— que acoge a unos 750 autores y autoras que proceden de 49 países. Se han presentado más de 2.000 sellos editoriales y se han celebrado más de 3.000 actividades. Todo en un espacio de 34.000 metros cuadrados, unos tres campos de fútbol.
Barcelona se presenta como capital editorial de dos lenguas, las dos propias, catalán y castellano. Y la representación ha sido equiparable, con autores consagrados y noveles, con escritoras y escritores de éxito. Se ha contado con Mercè Ibarz, Javier Cercas, Xavier Bosch, Carme Riera, Miquel de Palol, Carlos Zanón, Josep Pedrals, Mireia Calafell, Adrià Targa, Irene Pujadas, Victoria Szpunberg, Eduardo Mendoza o Joan Manuel Serrat, que tuvo que parar el acto ante la avalancha de gente que se había quedado fuera del auditorio y pedía entrar.
El stand de la universidad mexicana Unam, en la FIL de Guadalajara
Por la FIL habrá pasado cerca de un millón de personas, como en la anterior edición. No es un público que se pasee. Son jóvenes y mayores que compran libros y se quedan en las charlas, que pueden ser de diez personas o de cien, porque los formatos son muy variados. En cada caseta hay gente charlando, con una presencia muy notoria de las universidades mexicanas, que en el país latinoamericano ejercen un papel sociopolítico de primer nivel.
En ese contexto ha estado Barcelona, apoyada por el Govern de la Generalitat que preside Salvador Illa. El Ayuntamiento ha buscado ese impulso a través de la cultura, con actividades que se relacionan también con la arquitectura, el cine y la gastronomía. Pero también se ha aprovechado para conectar proyectos empresariales a través de una nueva edición de Barcelona Business Bridge, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento y la Cambra de Comerç, cuyo presidente, Josep Santacreu ha estado presente en la mayoría de actos de la FIL.
Stand de Penguin Random House en la FIL de Guadalajara
Ese programa se ha implementado en Guadalajara y en Ciudad de México, con una misión empresarial y con encuentros de networking, liderados por el propio presidente Salvador Illa.
El impulso político no se esconde. A juicio del alcalde Collboni, Barcelona no puede sustituir el papel que hoy tiene Madrid, que ejerce ya como una especie de nuevo Miami, como gran hub del mundo latino. Sin embargo, a diferencia de ese impulso económico que supone la entrada de latinos con alto poder adquisitivo, que proceden de Venezuela o México, Barcelona aspira a potenciar los lazos culturales, y, a través de la cultura, aumentar las conexiones comerciales.
Stand de Grupo Planeta, en la FIL de Guadalajara
Se trata, en todo caso, de algo intangible, de la conexión emocional. Hay que practicar una “conexión emocional”, señalan fuentes municipales, porque hay muchos responsables en puestos clave de instituciones y empresas latinoamericanas que estaban esperando el contacto de Barcelona.
Personas como Marisol Schulz o cargos editoriales, como el argentino Javier López Llovet, CEO para América Latina de Penguin Random House, dentro del equipo que lidera la barcelonesa Núria Cabutí. López Llovet es nieto de Antoni López Llausàs, que fue editor y fundador de la librería Catalònia, en la plaza Catalunya de Barcelona, hoy ya desaparecida.
Uno de los stand en la FIL de Guadalajara con un cartel de Ana María Matute
Desde el punto de vista cultural la misión puede ser de vital importancia, porque la presencia de Barcelona en la FIL ha servido para traducir a decenas de autores que escriben en catalán, y que verán en los próximos años cómo se abre un nuevo mercado. Esas traducciones, del catalán al castellano, las ha llevado a cabo el Institut Ramon Llull, y suponen una apuesta clara por los creadores en catalán.
El impulso de Barcelona en los últimos años ha sido notable. El concejal de Cultura, Xavier Marcé repite un comentario: “El sector cultural, sin ninguna duda, está haciendo su trabajo, de forma seria y efectiva”.
Ensayo de Sant Jordi
La ciudad ha exhibido estos días –la FIL finaliza este domingo siete de diciembre– el poder de la cultura a partir de lo que se ha realizado en las últimas décadas. Barcelona posee una red de bibliotecas públicas reconocida internacionalmente. Las bases se pusieron en los primeros años de la democracia, con un impulsor muy claro, el entonces concejal Ferran Mascarell.
Son 41 equipamientos que se reparten por todos los barrios. El Plan Director 2030 ha definido un objetivo que es el de garantizar el derecho a la lectura, a la escritura y a la expresión oral a toda la ciudadanía. Este último objetivo es muy apreciado en Latinoamérica, donde se lee de forma colectiva y la expresión oral se cuida con especial mimo.
Cola para pagar en el stand de Barcelona en la FIL de Guadalajara
Otra luz que emana de Barcelona es el día de Sant Jordi, que une la tradición de la rosa con el libro. En Guadalajara este sábado se ensayará esa propuesta, con un Sant Jordi en algunas calles de la ciudad. La posibilidad de llevarlo a cabo de forma periódica enamora a las autoridades locales y al público que ha pasado por Guadalajara.
Conexión latinoamericana
La capital catalana quiere aprovechar todos esos intangibles, que se han concretado con la creación de una beca-estancia por tres meses para autores y autoras latinoamericanas, y que ha sido criticada por el nacionalismo catalán más radicalizado. Lo que se pretende es hacer ver una realidad: fue la ciudad de García Márquez, Vargas Llosa o José Donoso. Fue también la ciudad de Roberto Bolaño, y es la ciudad de Jordi Soler, de Rodrigo Fresán, de Paulina Flores o de Santiago Roncagliolo. Y en Barcelona mantiene su actividad Casa América Catalunya. Ese lazo con Latinoamérica nunca se ha perdido.
El Ayuntamiento ha llevado a Guadalajara varias exposiciones. Una de ellas define muy bien lo que se ha pretendido. Se ha instalado en el MUSA, el museo de arte de la Universidad de Guadalajara.
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Se trata de Los libros de Barcelona, que ha ideado el diseñador Enric Jardí, con la colaboración del DHUB, que dirige Mireia Escobar. La exposición incluye una selección de más de 300 libros, con ejemplares que se remontan al siglo XVII, y cubiertas ilustradas por Lluís Domènech i Muntaner. También se pueden apreciar las cubiertas de la librería Catalònia, la del abuelo de López Llovet, o los diseños de Panorama de Narrativas, de Anagrama.
Una ciudad, por tanto, entregada a los libros que busca su nueva conexión con Latinoamérica.