Guillumet: "Colau pasa de los vecinos de Zona Universitària"

Zona Universitària no es un barrio como tal, pero sus vecinos lo sienten como si así lo fuera. Por ello, tienen sus propias reivindicaciones en el marco geográfico de Pedralbes, entre las que destacan los problemas de movilidad o la inseguridad escenificada en robos a domicilios de particulares. El presidente de la asociación de vecinos, Josep Maria Guillumet, conoce estos asuntos mejor que nadie ya que, como explica, algunos casos los ha vivido en primera persona.

¿Cuáles son los principales problemas de Zona Universitària?

Toda la movilidad que funcionaba en este barrio ahora no funciona. Se ha parcelado la calzada, dividiendo en autobuses, coches, bicis... Quizá se debería establecer en algunos puntos, pero donde el tráfico es bastante reducido no tiene sentido. En la rotonda de la avenida de Xile con el camino de Torre Melina, por ejemplo, han puesto 27 semáforos. Antes, sin semáforos, el tráfico era fluido, ahora hay caravanas desde la rotonda hasta la carretera de Collblanc. Esto también produce mucha contaminación.

Han pacificado varias calles a zona 30. En la avenida de l'Exèrcit hay una parada de buses muy importante, donde a veces están en doble fila. Si a esto le añades el carril bici, la zona queda colapsada, y además los vehículos pasan a gran velocidad. Si en algún sitio debían hacer una zona 30, tenía que ser aquí, esto es una reivindicación vecinal. En materia de movilidad, demandamos diversas estaciones de Bicing, ya que en la parte norte no había.

¿Qué más necesita la zona?

Nosotros necesitamos un casal de barrio. Se colocaría en la calle de John M. Keynes, porque hay un local que se utiliza para dejar las herramientas de los jardineros de aquí pero está medio vacío y se trata de una construcción que ya está hecha. Lo propusimos a Colau y no lo vio mal, pero no sabemos más desde entonces. Es una reivindicación en la que todos estamos de acuerdo.

¿Cómo es la relación entre los festivales y el barrio?

Muy mala. El Festival de Pedralbes comenzó hace siete u ocho años con siete conciertos, y ahora hay 27. No es solo los conciertos, sino el tiempo que tardan en montar y desmontar, que es de 15 días. Les pedimos que pusieran algún tipo de barrera sónica, y no lo han hecho. Tenemos una reunión para tratarlo en enero con ellos y el Ayuntamiento. Además hacen destrozos con el arbolado y hay que hipotecar la zona durante tres meses.

También ha surgido el Festival Polo, que genera molestias a los vecinos de la zona, pero no ha tenido mucho éxito.

¿Qué significan los centros universitarios para la zona?

Queremos promocionar el aspecto cultural y de investigación, proyectar este conocimiento del que disponemos en el barrio hacia toda Barcelona. La asociación facilitará todo lo que pueda y hará todas las cosas que sean necesarias para ello.

Por otra parte, la UB hizo un edificio en económicas, dejando un vial por encima. Está pendiente de hacer desde 1976, además de las zonas verdes de la calle de John M. Keynes. Ahora la zona está cedida al Ayuntamiento, supongo que por lo menos la nueva calle la tendremos en el primer trimestre del año que viene, será muy importante para el barrio.

El colapso que sufre Les Corts en días de partido del Barça, ¿es extensible a Zona Universitària?

Lo sufrimos mucho. Los coches están muy mal aparcados, hay una ocupación total de todas las calles. Hay que hacer más transporte público para solucionarlo. En Barcelona fallan las líneas ortogonales, creo que han reducido número de autobuses y frecuencias. La gente no tiene confianza en el transporte público, porque saben que los domingos irán y no sabrán cuanto esperarán. Un transporte público tiene que ser siempre público o con muy pocas diferencias entre unos días y otros. Y aquí esto no se ha hecho. Se tendría que hacer park & ride, se podría haber hecho en la zona de Can Rigal. Se ha hecho mucha organización del transporte público y se han subido las tarifas. La gente no cree en el transporte público.

¿Se producen robos generalizados en domicilios del barrio?

Sí, en mi casa forzaron la cerradura. En la calle de la Alfambra unos hombres entraron simulando que iban a hacer una reparación a un piso, el portero les dejó entrar, subieron, abrieron una puerta y se fueron con unas maletas. Por las azoteas, como están comunicadas, también acceden para los robos. Es una situación que sufrimos mucho desde hace bastante tiempo.

Falta presencia policial en Les Corts, por la noche sólo hay una patrulla de la Guardia Urbana.

¿Hay falta de inversión por parte del Ayuntamiento?

Sí, completamente. Hay una diferencia notable de inversiones en Zona Universitària respecto a otros puntos de la ciudad. Pedralbes está muy abajo. Es de los barrios con menor inversión de todos.

¿Cómo valora el pasado mandato municipal en Barcelona?

Hablaron mucho del tema de participación, inicialmente se hicieron reuniones para que supiéramos qué era. Muchos vecinos se rebotaron porque ya se había hecho antes. Con Trias se escuchaba y se hacían cosas. A veces la teoría hace esconder la participación real. No ha habido participación real de los vecinos. El tema del Barça fueron meses y meses de reuniones con buena fé y al final ha quedado igual que al principio. En Can Capellanets no ha habido participación. Por no decir 0%, la participación podría ser del 0,01%. Además, hacen gala de haber llevado a cabo proyectos participativos, eso es muy duro.

También hacen cosas que nadie ha reivindicado, lo que queremos es que la avenida de l'Exèrcit y la calle Jordi Girona sea también zona 30. Han destruido toda la movilidad, han creado nuevos problemas.

De todas las reivindicaciones, ¿cuál es la más urgente?

A nivel de ciudad, alguien tiene que poner sentido común en el tema de la movilidad y el espacio de circulación. También queremos el centro cívico y pacificar la zona de la calle Jordi Girona.

CAN CAPELLANETS

Además de presidente de la AV de Zona Universitària, Guillumet fue el arquitecto encargado de realizar un dictamen sobre la inviabilidad del proyecto del bisbado en Les Corts con Can Capellanets. Tal y como él mismo explica, se trata de "un bien protegido por la ley" donde se explicita que "se tiene que mantener íntegramente el volumen, las fachadas y conservar el jardín".

Por contra, asegura que "no se conserva el volumen porque se amplía el edificio, una fachada queda totalmente tapada" y "se pasa dos o tres plantas de lo que permite el plan general".