Los vecinos de Les Corts denuncian un aumento de la sensación de inseguridad en un barrio que nunca antes se había caracterizado por este tipo de problemas. El pasado domingo los Mossos d'Esquadra hicieron una redada en un after que se saldó con cuatro detenidos y más de 80 personas identificadas. Este operativo ha sido la gota que ha colmado el vaso y que ha puesto de manifiesto un cambio de paradigma en esta zona de Barcelona.
Les Corts, a diferencia de otros barrios, siempre había gozado de una situación privilegiada por la tranquilidad y el civismo de sus calles. No obstante, tal como explican fuentes vecinales a Metrópoli, en los últimos años, ha dado un giro de 180 grados y "ya no es lo que era". Un claro ejemplo de ello es el after Magnolia que hay entre la calle de Entença y la avenida de Josep Tarradellas.
Varias personas se quejaron a la policía de que las peleas, las armas blancas, y el tráfico y consumo de estupefacientes se habían convertido en un fenómeno habitual y que interfería en la buena convivencia del barrio. Cuando la policía catalana entró en el local, comprobó que lo que decían los vecinos era cierto y pusieron 16 denuncias por delitos relacionados con las drogas, una de ellas al propietario, ya que, presuntamente, permitió que se vendieran y consumieran en el interior del local.
"SE PELEAN Y SE DROGAN"
De los cuatro detenidos, dos de ellos eran los porteros del establecimiento y los arrestaron por un delito de tenencia ilícita de armas. Las 84 personas identificadas tenían un total de 91 antecedentes policiales. "Orinan en la calle, se pelean entre ellos y se drogan", lamenta una mujer que trabaja justo al lado, y que asegura que ha sido víctima de acoso callejero por parte de los clientes del local.
SEXO EN LA CALLE Y NAVAJAZOS
"Te sientes un poco intimidado. He visto todo lo que te puedas imaginar: gente drogándose, orinando, teniendo sexo en la calle, navajazos... de todo", explica un trabajador de esa calle, que ha querido preservar su anonimato. Este hombre asegura que ha tenido que avisar a Emergencias porque los jóvenes del local se estaban agrediendo entre ellos. "Personalmente, yo no he tenido ningún problema con esa gente, pero es cierto que son conflictivos, hacen ruido y se pelean. Por esta zona pasan niños, y los padres no quieren que sus hijos vean según que cosas", lamenta.
PASEO DE ZOMBIS
"Los fines de semana parece un paseo de zombis. Esto es un continuo", dice otro trabajador, que tampoco ha querido revelar su identidad por miedo a posibles represalias. Igual que el anterior hombre, este también ha tenido problemas con los clientes del after. Según su testimonio, una vez se encontró con tres chicos drogándose en una portería y, de repente, se empezaron a pelear arrancando una barandilla.
Según explican los vecinos, el Ayuntamiento de Barcelona quería poner unos bancos muy cerca del local Magnolia, pero, al final, no se pusieron por sus múltiples quejas. Pensaban que este mobiliario urbano empeoraría aún más la delicada situación de la zona, ya que los clientes los podrían utilizar para beber o drogarse.
GENTE GRITANDO Y PELEÁNDOSE
"Son personas problemáticas que dan una imagen que no nos gusta tener. No es agradable ver a gente en mal estado, gritando, peleándose. No queremos eso, ni en Les Corts ni en ningún barrio de Barcelona", concluye.
SECUESTRO EN LES CORTS
El after no ha sido el único problema de Les Corts en las últimas semanas. A principios de noviembre, la policía autonómica liberó a un hombre secuestrado y torturado durante dos meses en un piso de este barrio. Detuvieron a dos personas, que aseguraron que se trataba de un juego de rol consentido, pero esta explicación no convenció a los agentes y la víctima necesitó atención hospitalaria.