El Camp Nou, hoy en obras, cumplirá mañana 66 años. En los años 50, el antiguo campo de Les Corts se había quedado pequeño y obsoleto, y el club proyectó un estadio vanguardista, con capacidad para 90.000 espectadores. El entonces presidente del FC Barcelona, Francesc Miró-Sans, encargó el proyecto al arquitecto Francesc Mitjans y el coste se disparó de los 67 millones de pesetas (unos 400.00 euros) presupuestados inicialmente a 288 millones (algo más de 1,7 millones de euros). Reformado y ampliado en 1982, con motivo del Mundial de España, el estadio del Barça necesitaba una profunda transformación que en 1999 ya visualizó el expresidente Josep Lluís Núñez. Hoy, 24 años después, el Camp Nou se prepara para ponerse al día y, de nuevo, ser una instalación moderna. El coste, una vez más, será importante: unos 960 millones de euros.

Inauguración del Camp Nou, en 1957 / REDES

El Barça presumía en los años 80 del Camp Nou. El 13 de junio de 1982 acogió el partido de inauguración del Mundial de España que disputaron Argentina y Bélgica, y en 1989 fue la sede de la final de la Copa de Europa que disputaron el Milan y el Steaua de Bucarest. Con capacidad para 120.000 espectadores tras la construcción de la tercera grada, permitió el crecimiento de su masa social. El club pasó de tener 78.000 socios a superar los 108.000.

LA SEGUNDA REFORMA

Núñez había prometido “un Barça triomfant” y el Barça era el club español con más abonados. También era, económicamente, el más sólido. La excelencia deportiva llegó en la década posterior y el expresidente activó la segunda reforma del estadio en 1994. El Camp Nou no crecería entonces por arriba, sino por abajo, con el hundimiento de la primera grada. El aforo, sin embargo, se redujo al eliminarse progresivamente todas las localidades de a pie. Con capacidad para 99.000 espectadores se adaptó a los nuevos tiempos.

Obras del Camp Nou con vistas al Mundial de 1982 / REDES

El mismo Núñez, que ya había intentado otra remodelación sin éxito, ambicionó la gran transformación del Camp Nou y su entorno en 1999. Era el Barça 2000, el primer proyecto que contemplaba la modernización del estadio vinculada a la construcción de salas multicines y comercios. Chocó, sin embargo, con la oposición de los vecinos de Les Corts. Un año después, Núñez renunció a la presidencia del Barça y su plan quedó en el olvido.

EL PROYECTO DE NORMAN FOSTER

Núñez ya había visualizado la necesidad de renovar el Camp Nou para aumentar la facturación del club. Siete años después, el entonces presidente Joan Laporta también abordó la necesidad de mejorar las instalaciones del Barça. Y se encomendó al arquitecto británico Norman Foster.

El Camp Nou que diseñó Foster tenía un presupuesto de 240 millones de euros y contemplaba la eliminación del Miniestadi para construir nuevas viviendas. El gran cambio radicaba en la fachada, muy colorista, con baldosas translúcidas con los colores del club, azul y granate, intercalados con tonos blancos, amarillos y rojos.

El Camp Nou que proyectó Foster por encargo de Laporta / REDES

REFORMA O NUEVO ESTADIO

Foster se inspiró en Antoni Gaudí para desarrollar su Camp Nou, que contempla la total cubierta de las localidades y una capacidad máxima del estadio para 106.000 espectadores. Su proyecto tampoco fue bendecido por los vecinos de Les Corts y se desmoronó en 2010, tras la victoria electoral de Sandro Rosell.

Laporta y Núñez, dos presidentes antagónicos, se estrellaron con la reforma del Camp Nou. Con el proyecto más ambicioso del Barça en el siglo XXI, retomado por Rosell, quien se planteó dos opciones: la remodelación del viejo Camp Nou, cifrada en unos 600 millones de euros, o la construcción de un nuevo campo, por unos 1.000 millones de euros.

EL REFERÉNDUM DE BARTOMEU

Rosell, sin embargo, tampoco pudo hacer realidad su sueño de levantar un nuevo Camp Nou. El 23 de enero de 2014 presentó su dimisión y fue relevado por Josep Maria Bartomeu, quien dio continuidad a un proyecto que, por primera vez, fue aprobado por referéndum el 6 de abril del mismo año. El nuevo Camp Nou fue respaldado por el 72,36% de los votos que acudieron a las urnas.

Josep María Bartomeu, entonces presidente del Barça, vota en el referéndum de 2014 / EFE

Bartomeu ya tenía la autorización de los socios para modernizar el Camp Nou. Nikken Sekkei ganó el concurso y diseñó un nuevo estadio. El jurado estaba formado por nueve personas: cinco del club, tres del Colegio de Arquitectos y uno del Ayuntamiento de Barcelona.

EL NUEVO PALAU BLAUGRANA

El presupuesto del nuevo Espai Barça, que también contemplaba la construcción de un nuevo Palau Blaugrana y de un nuevo estadio que sustituiría el Miniestadi, quedó cifrado en 600 millones de euros. Bartomeu quería iniciar las obras en 2017 y terminarlas en 2021, pero los permisos y las licencias se demoraron mucho tiempo.

El Barça, tras los anteriores intentos fallidos, sí consiguió que los vecinos de Les Corts aceptaran un proyecto mucho más sostenible que eliminaba las actuales barreras arquitectónicas. El futuro Camp Nou debía ser mucho más abierto y amable con los ciudadanos.

LOS CAMBIOS DE LAPORTA

El nuevo Camp Nou sufriría nuevos cambios tras la victoria de Laporta en las elecciones de marzo de 2021. El actual presidente retocó el proyecto inicial de Nikken Sekkei que obligaba a recolocar a 12.000 abonados de la primera grada. El mal estado de algunas zonas del estadio, sobre todo de la tercera grada, con muchas patologías, fue otro argumento esgrimido por Laporta para validar una renovación más ambiciosa del campo.

Laporta presenta el Espai Barça / REDES

La actual junta directiva repensó el proyecto del arquitecto japonés. Apenas retocaría la primera grada y construiría una tercera totalmente nueva, con dos anillos de palcos para obtener más ingresos. El club estima que, desde la temporada 2025-26, podrá facturar unos 340 millones de euros anuales por la explotación del estadio. La inversión total del Espai Barça, intereses incluidos, ascenderá a 2.820 millones de euros, según admitió el vicepresidente económico, Eduard Romeu.

CAPACIDAD PARA 105.000 ESPECTADORES

El nuevo Camp Nou será más sostenible, más ecológico, y tendrá una capacidad para 105.000 espectadores. Todas las localidades estarán cubiertas y se modernizarán todos los accesos. También se construirá un nuevo museo, mucho más interactivo y moderno, que será la principal fuente de ingresos del club.

Recreación virtual del nuevo Camp Nou / FCB

El Barça, asimismo, levantará un hotel y nuevas oficinas, que estarán integradas en el actual perímetro del Camp Nou. El nuevo Espai Barça también contempla la construcción de un nuevo Palau Blaugrana, con capacidad para 15.000 espectadores, un Petit Palau, con 4.000 asientos, y una pista de hielo.

El nuevo Palau está previsto que se inaugure en 2030. Mucho antes el nuevo Camp Nou debe ser una realidad para un Barça atormentado por su delicada situación económica. Con el nuevo estadio, el club se pondrá al día y su casa volverá a ser una de las más admiradas por los aficionados al fútbol.

Noticias relacionadas