Los taxistas viven su particular día de la discordia

Los taxistas están decididos a aprovechar el revuelo de las protestas de las últimas semanas para presionar al Gobierno central, con el que mantienen un largo enfrentamiento por la polémica concesión de licencias a vehículos de alquiler con conductor (VTC). En un momento clave para el sector, amenazado por la competencia “desleal” de las plataformas móvil como Uber y Cabify y nuevas empresas VTC, el taxi está más unido y dividido que nunca.

El mismo día que unas 60 asociaciones de todo el país (con unas 30.000 licencias a sus espaldas) celebraban en Madrid el I Congreso Nacional del Taxi, la principal organización del sector, Fedetaxi (que agrupa a más de 42.000 licencias), contraprogramaba a sus compañeros con una Asamblea General. Esto puede interpretarse como un distanciamiento con las asociaciones emergentes, como Federación Elite Taxi España, que tienen un estilo más combativo que no gusta mucho entre los dirigentes tradicionales del sector.

CALENDARIO DE PAROS

Las asociaciones presentes en el “histórico” I Congreso Nacional del Taxi, que ha contado con la asistencia de unos 200 delegados, han decidido convocar paros contra el “intrusismo y establecer una hoja de ruta de paros y movilizaciones para los próximos meses”, según han explicado las organizaciones presentes en el acto. El objetivo es llevar a las calles las negociaciones que mantienen a nivel político y que hasta ahora les han reportado más buenas palabras que hechos. 

El primer paso será “una manifestación en todas las comunidades autónomas” acompañada de un paro de los taxistas el próximo 26 de abril. Si la protesta no surte efecto, hay programadas al menos tres fechas más con “un incremento de la intensidad”. El 30 de mayo se celebrará una marcha multitudinaria en Madrid con marchas lentas hacia la capital desde toda España; el 29 de junio habrá concentraciones en todas las ciudades y paro nacional; y el 31 de julio otra manifestación en Madrid con nuevas marcha lentas desde las ciudades y un paro general.

MISMO OBJETIVOS, CAMINOS DIFERENTES

La contradicción de esta celebración de actos paralelos es que en ambos sitios se defiende lo mismo: luchar contra el intrusismo que sufren los taxistas y hacer frente común (dos frentes, en este caso) para evitar que Uber y Cabify aprovechen el vacío legal creado por las sucesivas modificaciones de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT) y salgan al mercado miles de licencias VTC cuya autorización está pendiente de resolución en el Tribunal Supremo (TS).

Ante el calendario de paros convocado en el congreso, Fedetaxi ha optado por una vía más diplomática, que centra sus esfuerzos en la modernización del sector (algo por lo que también apuestan Elite y las otras asociaciones), pero sin enfrentamientos con el Gobierno ni manifestaciones. La organización pide una “adaptación del servicio de taxi a la nueva realidad, implicando a las administraciones en un esfuerzo público por su transformación y reestructuración”.

Por su parte, las 60 asociaciones presentes en el congreso han pedido al Gobierno que retire la autorizaciones VTC a los vehículos sancionados por reincidir en la captación ilegal de pasajeros en la vía pública. “Necesitamos que nuestras peticiones sean escuchadas. Tenemos que conseguir que se recupere el carácter representativo de las VTC’s y que la administración establezca un precio suelo para que no se pueda rebajar más ni estén sujetos a descuentos especiales”, han pedido.