El gobierno municipal de la alcaldesa Ada Colau aplicará en los próximos meses un total de 140 medidas para dar una mayor prioridad al autobús. El paquete de actuaciones ha sido anunciado esta mañana por la regidora de Movilidad y presidenta de TMB, Mercedes Vidal, quien busca mantener el incremento de usuarios del transporte público.
ACTUACIONES ESTIVALES
Si bien Vidal considera que las mejoras en el metro tienen “un recorrido corto, porque es una infraestructura prácticamente completada”, donde encuentra que hay “mucho camino por recorrer” y donde se ha actuado “poco” es en el transporte público en superficie, ha señalado. En total, la primera fase de mejoras supondrá una inversión de 261.000 euros, destinados a pintar cuatro nuevos carriles bus, segregar físicamente algunos de ellos, instalar 11 semáforos exclusivos y reprogramar 38 de ellos. Todo, para abrir paso a la implantación de la Nova Xarxa de Bus.
Las operaciones que se llevaran a cabo este verano y otoño se sumarán a la renovación que hay en marcha de la flota de vehículos. Si bien comprar nuevos buses para llevar los más viejos al desguace supone un coste de 30 millones de euros anuales, este 2017 TMB prevé ampliar el parking con 43 nuevos vehículos. Una ampliación del servicio que “no serviría de nada poner nuevos autobuses si no tienen las condiciones óptimas para circular por la ciudad”, ha reflexionado la regidora.
MÁS PRESIÓN A LOS INCÍVICOS
Para conseguir el objetivo, la Guardia Urbana también jugará un papel esencial. Si bien se reforzará su presencia en los tramos más comprometidos para asegurarse que por el carril solo circulan los articulados y los taxis, en algunos de los puntos más conflictivos se instalarán incluso radares. Aparatos fijos que hasta ahora no se han instalado en Barcelona para la vigilancia específica del carril bus, pero que empezarán a sancionar a aquellos coches, motos y furgonetas que pasen la gruesa línea continua del bus. El primero de ellos se espera instalar en el vial paralelo a la Ronda de Dalt (sentido Llobregat), a la altura de la carretera de la Arrabasada.
Tal como ha destacado Vidal, estos puntos conflictivos se han detectado a raíz de los análisis llevados a cabo entre la regidoría de movilidad y TMB, así como las opiniones de los usuarios. “Hay sitios que la gente se da cuenta que el transporte público no va bien, no es suficientemente eficiente o se engancha y necesita medidas específicas para que el carril bus esté libre de cualquier otro vehículo”, ha señalado. Actuaciones destinadas a que “gane en velocidad y regularidad”, ha sintetizado.