La terminal T1 del Aeropuerto de Barcelona-El Prat ha despertado este miércoles por tercer día consecutivo con colas, de unos 40 minutos. Los controles de seguridad ya estaban colapsados antes de las seis de la mañana, según han apuntado a Efe los mismos trabajadores encargados de estos filtros y han confirmado empleados de otros servicios de la infraestructura.
Las quejas de los usuarios se han hecho visibles en las redes sociales, que han mostrado indignados por esta situación, que se repite desde hace tres días y que no tiene su origen en un volumen extraordinario de pasajeros, ya que según los datos de Aena el número de vuelos y pasajeros se encuentra en la media de la temporada estival.
El origen de los problemas radica en el conflicto laboral entre la empresa concesionaria del servicio, Eulen, y los trabajadores, que aseguran necesitar más personal y más formación para que todos puedan asumir la totalidad de las funciones que hay en los filtros, ya que esto facilitaría los relevos y agilizaría los controles.
Esta mañana, a primera hora, también se ha colapsado el filtro de seguridad que hay en el piso inferior de la terminal, un acceso válido solamente para vuelos regionales. Trabajadores de Eulen han atribuido la llegada masiva de pasajeros a estos controles a dos factores: la publicidad que se le ha dado recientemente a través de los medios de comunicación y derivaciones desde los filtros convencionales de la planta superior.
Esta nueva jornada, en la que las colas se alargan o acortan según las puntas de pasajeros -las primeras se han deshecho antes de las 7 horas-, llega un día después de que la empresa y la plantilla se reunieran con la mediación de la Generalitat.
El encuentro acabó sin acuerdo, y los trabajadores han avisado de que no se volverán a sentar a la mesa de negociación sin la presencia de Aena, a quien consideran responsable en última instancia, si bien la compañía ha manifestado su voluntad de permanecer al margen de lo que consideran un conflicto interno de una empresa privada.