Este viernes, el día que el pleno municipal de Barcelona tiene que votar la unión del tranvía por la Diagonal, ERC saldrá con una propuesta en la dirección opuesta. Los republicanos propondrán destinar la inversión prevista a las obras pendientes del metro y de los Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), "infraestructuras que son de gestión y explotación pública", dice el concejal Alfred Bosch. Coincidiendo con esta iniciativa de los independentistas, la teniente de alcalde, Janet Sanz, ha hecho un último intento para que ERC vote favorablemente la unión del tranvía. Sobre la mesa ha puesto un pacto político in extremis, al margen del pleno, que recoja todas las reclamaciones del grupo republicano. 

Bosch ha recordado que hay obras del metro y de los FGC pendientes de ejecutar, como el tramo central de las líneas L-9 y L-10, la L-4 de la Pau a la Sagrera, la L-2 de Paral·lel a Zona Franca, y la conexión de FGC entre la plaza de Espanya y Gràcia. "No se entendería que Ada Colau votara en contra de las obras pendientes del metro y de los FGC". Según ERC, el proyecto más importante es el tramo central de metro de la L-9 y L-10, "porque permitiría conectar la franja Besòs y el Llobregat".

AVAL POLÍTICO

"No tiramos la toalla de que haya un acuerdo político a favor del tranvía por la Diagonal" ha resaltado Sanz en rueda prensa. Con el pacto ofrecido a ERC, el gobierno municipal busca tener el aval político que le pidió la Autoritat del Transport Metropolità para seguir adelante con los trabajos necesarios para avanzar con la conexión, como el convenio y la licitación.

Sin embargo, ERC, reacio a dar el visto bueno a la unión porque la gestión del tranvía sería privada hasta el 2032, sostiene que Sanz no ha ofrecido nada nuevo. En su opinión, lo que ha quedado claro con el nuevo posicionamiento del gobierno es que la votación de este viernes no supone hacer el tramo ni detenerlo. "Escuchando los argumentos contradictorios de Sanz nos llena de razones y el viernes votaremos negativamente al proyecto como habíamos anunciado", afirman fuentes del partido.

16 CONCEJALES A FAVOR

Colau necesita el voto de 21 concejales del pleno --o sumar un voto más que los grupos que se oponen-- para sacar adelante el proyecto. Por ahora sólo cuenta con 16 votos, 11 de su partido, 4 del PSC y este jueves se ha sumado el regidor no adscrito, Gerard Ardanuy. Ante este panorama y sin los apoyos necesarios, no sería extraño que la alcaldesa acabe retirando el punto del orden del día del pleno para evitar encajar una derrota a un año de las elecciones municipales en el que es su proyecto estrella. Sanz no lo ha descartado: "En función de como evolucione esto, las cosas pueden variar o no". Hace pocos días, Colau ya perdió el primer embiste cuando el proyecto del tranvía se votó en comisión.

El PSC también ha criticado la nueva propuesta de acuerdo "fuera del pleno" de Colau a ERC. El líder socialista municipal, Jaume Collboni, se ha mostrado sorprendido por lo que ha considerado "gesticulaciones e improvisaciones de última hora", y ha reclamado a Colau "más rigor y menos mercadeo en un proyecto estratégico para Barcelona". El PSC ha pedido a los comuns un "pacto político real y por una votación seria en el pleno". 

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