La tensión era evidente. La decisión no iba a gustar a todos. Tras una reñida votación, los taxistas han trasladado su veredicto este miércoles: se van, darán "tregua a las administraciones hasta septiembre". A lo largo de esta noche empezarán a recoger sus cosas, limpiarán las calles y a las tres de la madrugada despejarán la Gran Via de les Corts Catalanes, que en la última semana se había convertido (casi) en un barrio habitado por unos 2.000 taxistas. 

La iniciativa ha llegado después de una larga y tendida reunión en Madrid con el ministro de Fomento, José Luis Ábalos. Tal como ha declarado, "no se transferirán las competencias en VTC, sino que se dará a los gobiernos autonómicos que así lo deseen capacidad regulatoria en la materia". En este sentido, el ministro espera tener lista en septiembre la normativa necesaria para ello. Aunque los taxistas no las tienen todas y esperarán recelosos.

UN ENCUENTRO TENSO

El punto fundamental del encuentro lo constituía la propuesta de Fomento de transferir a los gobiernos regionales la competencia efectiva para conceder licencias de VTC, una de las principales reivindicaciones de los taxistas: conseguir establecer la ratio de una licencia VTC por cada 30 de taxis. La cita ha terminado con un pacto incierto: que el Gobierno y las comunidades autónomas (CCAA) podrán gestionar juntos las licencias de vehículos de alquiler con conductor (VTC), si es que así lo desean.

Los taxistas, al igual que algunos ayuntamientos, como los de Madrid y Barcelona, reclaman que en una segunda fase se permita a los Consistorios exigir a las VTC una segunda licencia para circular por sus ciudades, un instrumento con el que podrían así frenar la expansión de aplicaciones como Uber y Cabify.

De hecho, la aprobación por parte del gobierno de Ada Colau de un reglamento para articular esta licencia municipal, y la decisión el pasado jueves del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya de dejarlo en suspenso por las dudas competenciales que presentaba, son el factor que ha desencadenado el repunte del conflicto que desde hace años enfrenta el sector del taxi y las VTC.

Los taxistas votando en la asamblea para desconvocar la huelga en Barcelona | HUGO FERNÁNDEZ



UNA HUELGA SIN PRECEDENTES

Las reivindicaciones de los taxistas, un sector que no duda en alzar la voz, venían de lejos. Tras varias manifestaciones y rifirrafes con las administraciones decidieron ocupar la Gran Via en el caso de Barcelona. La huelga que ha durado ocho días ha marcado un precedente histórico en su lucha. A los pocos días de empezar el paro decidieron ofrecer servicios mínimos, aunque tanto los comerciantes como el sector del ocio nocturno y el turístico han mostrado su disconformidad con esta huelga que, según han declarado, les ha causado pérdidas.

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