La L5 del metro de Barcelona tiene dos estaciones fantasma. Una de ellas es la parada de Gaudí. Situada entre Sant Pau-Dos de Maig y Sagrada Família jamás llegó a inaugurarse, aunque se encuentra en perfecto estado y se utiliza para hacer rodajes, entre otras actividades. La parada se construyó en los años 60 para lo que entonces era la línea 2, pero finalmente la línea 2 se integró con la actual 5 y la estación no llegó a entrar en funcionamiento.   

La segunda de las paradas fantasma de la L5 es la que lleva el nombre del político socialista Ernest Lluch, asesinado por ETA en Barcelona el año 2000, y que se encuentra a caballo entre Barcelona y Hospitalet. Las obras de la estación llevan paradas desde 2012. "Se invirtió 57 millones de euros, pero la infraestructura está inacabada y sepultada", dice el concejal del PP en el Ayuntamiento barcelonés, Alberto Fernández. "Faltan por ejecutar los accesos y el vestíbulo por un importe de 14 millones". 

INCUMPLIMIENTO

Según el PP, en mayo de 2017, el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, anunció en el Parlament que las obras se retomarían durante la primera mitad de 2018 para que estuvieran terminadas en octubre de 2019. Pero no ha sido así y los trabajos siguen sin ejecutarse, "lo que demuestra una vez más que la Generalitat no cumple con los plazos que anuncia", afirma el edil popular.

Alberto Fernández, junto a la valla de la parada de metro de Ernest Lluch, en Collblanc / PP



Fernández destaca la importancia de la parada de metro de Ernest Lluch, que debería disponer de una boca de metro en Barcelona y otra en Hospitalet. El regidor popular defiende la importancia de esta parada y la necesidad de ponerla en marcha para mejorar la conectividad de la L5 con la red de autobuses (H8) y el tranvía

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