Andrés, en el metro de Barcelona

Andrés, en el metro de Barcelona

Movilidad

Una hora para salir del metro a la calle

Una persona con movilidad reducida vive un calvario en Barcelona

17 octubre, 2018 17:05

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Una hora. Tal vez un poco menos, pero más de 50 minutos. Éste es el tiempo que tardó Andrés, una persona de 42 años con movilidad reducida, en salir a la calle tras bajar del metro en Plaza Catalunya. En esta céntrica y concurrida estación del metro de Barcelona empezó su calvario.

Andrés, que hace seis años tuvo un accidente de tráfico en Martorell, tenía una cita con su abogado. Este miércoles, por la mañana, cogió los Ferrocarriles Catalanes en Olesa de Montserrat y se dirigió a Barcelona.

Le hubiera gustado bajarse en la estación de la plaza Espanya, pero descartó tal posibilidad por culpa de un escalón que le impide desplazarse por esta concurrida estación. Optó por bajarse en Avinguda Carrilet y coger la línea 1 del metro.

ASCENSORES AVERIADOS

De Avinguda Carrilet hasta Plaza de Catalunya todo fue bien. Un desplazamiento rápido y cómodo. Su siguiente objetivo era coger el ascensor de la estación y desplazarse hasta su destino por la Rambla Catalunya. Desgraciadamente, sus planes se fueron al traste. Para empezar, el ascensor de la estación estaba averiado y un trabajador del metro le recomendó que se bajara en la siguiente parada.

Andrés, que se mueve con un scooter eléctrico, se trasladó hasta Urquinaona, otra parada con dos líneas. Para su sorpresa, en esta estación no hay ningún ascensor y reculó. Siguiente destino: Arc de Triomf. Curiosamente, el elevador de turno también estaba estropeado. No fue el último contratiempo.

Cartel que informa de que el ascensor de Plaza Catalunya está averiado

Cartel que informa de que el ascensor de Plaza Catalunya está averiado



Desesperado, Andrés cambió de sentido y se trasladó hasta Universitat. El ascensor de la plaza estaba averiado. Otro más. Y decidió cambiar de línea. En la 2, encontró la solución. Le comentaron que no fuera hasta Sant Antoni, porque se hubiera encontrado con el mismo escenario, y se trasladó hasta Passeig de Gràcia. Y tras casi una hora de dar vueltas por el subterráneo, vio la luz de Barcelona.