Las sospechas se confirman: el Metro de Barcelona está lleno de amianto. Tal como informaba Metrópoli Abierta, hace unos días detectaron la presencia de esta sustancia tóxica en algunos vagones de convoyes de las Líneas 1 y 3, que TMB se niega a retirar. Este domingo ha salido a la luz que no solo los vagones están afectados: hay 200 elementos con amianto. En un principio, la empresa se compromete a retirar en los próximos años, sin especificar cuándo.
La empresa de transporte ha emitido un inventario con todo el amianto que hay en la red subterránea. De este modo, hay 185 elementos con amianto en 125 estaciones y 13 puntos más en seis cocheras, según ha informado Betevé.
UNA EMPRESA EXTERNA LES HA DADO LA SORPRESA
Hace unos meses, los responsables del metro de Barcelona decidieron curarse en salud y poner en marcha un proyecto para comprobar que ni en las instalaciones ni en los vagones había rastro de amianto.
Para ello, tras 15 años realizando ellos mismos las pruebas, adjudicaron un estudio a una empresa externa para que realizara un diagnóstico de todas las instalaciones, líneas, túneles, estaciones y vagones, y así descartar la presencia de este peligroso material cancerígeno. Pero el resultado ha sido inesperado: se han llevado una sorpresa.
EL ESTUDIO DEL AMIANTO EN EL METRO ESTÁ A MEDIAS
La identificación de objetos con este material todavía no ha concluido, así que la lista del inventario podría verse alterada dependiendo de los próximos hallazgos. El amianto se puede encontrar estaciones, canalizaciones, salas técnicas y techos, entre otras zonas, según se indica en el inventario.
En el caso de los vagones afectados, el amianto es uno de los componentes de la pintura bituminosa que se usó para pintar zonas del bastidor y de interior de caja, y mientras esa pintura no se degrade las fibras de amianto no se desprenden, se argumenta desde la empresa, por lo que mientras se mantengan los preceptivos controles, los riesgos estarán controlados.
CONSECUENCIAS DEL AMIANTO A LARGO PLAZO
Cabe recordar que, según un estudio de la Unión Europea, de aquí a 2030 medio millón de personas morirán en Europa de cáncer por la exposición al amianto. Solo la transformación de su estructura cristalina lo hará seguro para posteriores generaciones.
La producción y el consumo de amianto se prohibió en España en 2002 pero las consecuencias de la exposición de este material despiertan ahora, puesto que los síntomas tardan entre 20 y 40 años en manifestarse. Así, se han retrasado hasta ahora las consecuencias de su exposición. En el caso del Metro de Barcelona, un extrabajador con cáncer de pulmón ha demandado a la empresa por exposición a esta sustancia tóxica.