La implantación de las sanciones de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) continúa sumando damnificados. Además de todos los barceloneses a quienes se les impide hacer uso de su vehículo en un contexto de crisis marcado por la pandemia de coronavirus, los talleres de la capital catalana también están sufriendo un duro revés a causa de esta medida.

Forzados por las restricciones, hay quienes se han desecho de su vehículo sin disponer de la capacidad económica suficiente para adquirir otro que disponga de los polémicos distintivos ambientales. Esta situación, se ha traducido en una pérdida de clientes por parte de los talleres, que ven como se reduce su facturación tras haber sufrido un estado de alarma y entrar, de nuevo, en una segunda excepcionalidad que se presenta manifiestamente incierta.

'FALSEAN LOS DATOS'

Joan regenta Tallers L'Illa, un servicio que se encuentra a las puertas de Vallvidrera. Precisamente, por la avenida que cobra este nombre sí se permite la circulación al no estar incluida en la ZBE, pero cualquier conductor que se aventure a tomar esta vía hasta la Ronda de Dalt con un vehículo catalogado como "contaminante" será multado.

Este mecánico barcelonés, asegura que algunos de sus clientes "han tirado el coche" ante esta imposición, y los que tenían "necesidad de entrar en el centro han tenido que hacer una inversión o se han quedado sin coche porque no han podido comprar", viéndose obligados a optar por el "transporte público" perdiendo "movilidad".

Joan critica que "los clientes no se pueden desplazar en los horarios que el taller está abierto". Además, denuncia que la ZBE "no tiene nada que ver con la contaminación", sino que se trata de "un tema político". En este sentido, explica que "los 50.000 coches" que la administración explica que circulan es un dato "falso", y recuerda que hoy "se están matriculando coches que contaminan más que otros de hace 30 años".

Ronda de Dalt, afectada por la ZBE, a su paso por Esplugues / RP



 

'SE VAN AL DESGUACE'

El taller especializado en motocicletas Only Motos, en Les Corts, también está sufriendo los efectos de la ZBE. Su propietario, Josep Maria, lamenta que se están "sacando motos" de las carreteras y "no se compran" nuevas. En este sentido, asegura tener "clientes que tienen las motos catalogadas como contaminantes y se van al desguace", ya que "la mayoría de gente no sabe si puede gastar los 3.000 o 4.000 euros que vale una moto de 125 centímetros cúbicos.

Respecto a la implantación de las motos eléctricas, el mecánico lamenta que "las subvenciones no son suficientes" teniendo en cuenta su elevado coste. Además, afirma que se necesitan "más puntos de carga en la ciudad".

'DISCRIMINATORIA'

Kristina califica la ZBE de "discriminatoria". Junto a Xavi, gestiona 080 Motoprotecció, establecimiento en accesorios, recambios y venta de motocicletas en Sant Andreu. La gerente asegura que no se puede decir que "los coches viejos contaminan más si no se sabe si circulan a diario", y recuerda que estos vehículos "pasan la ITV" con sus registros contaminantes en regla.

La trabajadora remarca que coches y motos son "una herramienta para quien lo utiliza para ir a trabajar" y que ésta es una medida con un carácter "100% recaudatorio".

Kristina en su negocio de Sant Andreu, 080 Motoprotecció / RP



852 TALLERES AFECTADOS

El secretario general del Gremi de Tallers de Barcelona, Ramón Casas, asegura que hay "más de un 30% de vehículos afectados" por la ZBE, un porcentaje que incide sobre los "852 talleres" a los que perjudica esta situación. Además, explica que para los talleres dedicados a la "reparación de históricos y clásicos" la medida es especialmente dura, porque "ven afectada su facturación al 100%".

Casas afirma que la situación que debe afrontar ahora el sector se ve recrudecida por la caída de facturación durante el estado de alarma, que en "abril" fue de un "75%" y en el global de 2020, de un "25%".

MEDIDAS PARA LA RENOVACIÓN

El presidente del Gremi del Motor, Joan Blancafort, recuerda que nos encontramos en un momento de "mucha dificultad" tanto a nivel particular como "empresarial" para implementar la ZBE. Cree, además, que la cuestión clave en estos momentos es plantear el cambio del "parque de vehículos", cuya medida de edad se encuentra entre los "12,1 y 12,7 años de media".

Pese a ello, afirma que el Gremi echa en falta "medidas para acelerar" esta renovación. Para hacerla posible, Blancafort apuesta por un trabajo conjunto "público-privado" que facilite un descenso de la edad actual de los vehículos.

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